2011/01/20

Cambalache bananero

Desde las páginas del diario ruso Kommersant, se confirmó lo que ya era del dominio público: Que los rusos se instalarían en las tierras productivas que confiscó abrupta e ilegalmente el Gobierno de Hugo Chávez en el Sur del Lago.
Según informa el diario ruso, el magnate bananero ruso Vladimir Kejman y la estatal Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL, S.A.) planean crear una empresa conjunta para "gestionar" más de la mitad de las plantaciones de plátano en Venezuela (20.000 hectáreas). También se conoció que el empresario Kejman es el principal accionista de JFC, una empresa que posee plantaciones bananeras en Ecuador y Costa Rica, y el cual es el principal suplidor de cambures al mercado Ruso.
En otras circunstancias y lugares, VenEconomía aplaudiría la iniciativa del Gobierno para atraer inversionistas extranjeros al país. Sería un beneplácito, por ejemplo, traer de otras tierras expertos para que presten asistencia técnica para incrementar la productividad, el rendimiento y la calidad de este importante rubro, de consumo casi diario en los hogares venezolanos.
Pero, nada hay que celebrar cuando para cumplir con convenios comerciales que ha firmado el Gobierno venezolano con Rusia (su principal proveedor de armas, para más ñapa) se violarían los derechos de propiedad de decenas de venezolanos. Nada hay que aplaudir de una gestión que trae inversión rusa a costa de arrojar a los agricultores del Sur del Lago de Maracaibo de las tierras donde la mayoría de ellos ha invertido y producido por más de cincuenta años, y algunos incluso con una trayectoria de hasta cien años en la zona zuliana.
Es un hecho comprobado, que estas tierras están en plena producción, que satisfacen al mercado nacional e incluso, queda para la exportación, y que además es una importante fuente de generación de empleo en la región.
Hace poco la Universidad de Los Andes publicó un estudio que reflejaba que la mayor producción de plátanos de Venezuela se concentraba en el Sur de Lago.
Es por ello, que se hace aún más condenable que el Gobierno entregue a una empresa extranjera tierras venezolanas donde nacionales estaban invirtiendo y produciendo. Y más condenable aún que el propio mandatario, dejándose ver las feas costuras del entreguismo, antes de afincarle las garras al Sur del Lago se haya jactado ante los rusos de que "en Sabaneta, en Barlovento y en el Sur del Lago, tenemos las tierras para esas siembras y también lo haremos con el café y el cacao; llevar esos productos al Mar Negro es tan lejos o tan cerca como llevarlos a Buenos Aires, son maneras de diversificar nuestra economía", como declaró en noviembre al firmar el cambalache bananero.
. Disponible en inglés en: www.veneconomy.com