2016/03/03

263608.- Vida en el Espacio Exterior

Scott Kelly: El hombre que vivió en el espacio

Estudian cambios físicos y psicológicos del astronauta.

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La aurora boreal captada por la cámara del capitán 
EL UNIVERSAL jueves 3 de marzo de 2016  12:49 PM
Después de vivir un año en condiciones de cero gravedad, volvió a la Tierra el astronauta estadounidense Scott Kelly, quien pasó a convertirse en el hombre que ha pasado más tiempo fuera de la atmósfera terrestre.

Kelly regresó acompañado de los rusos Mijaíl Kornienko y Serguei Volkov, quienes pasaron 340 días en la Estación Espacial Internacional (EEI).

El aterrizaje tuvo lugar minutos después de que el módulo Soyuz TMA-18M tocara tierra cerca de Jezkazgan.

"El aire es tan agradable aquí. ¡Me pregunto por qué están todos tan abrigados!", fueron las primeras palabras que Kelly dijo al salir de la nave.

El objetivo de la expedición fue estudiar los cambios que el hombre puede sufrir cuando es sometido a largas estadías en el espacio.

Para ello, al iniciar la misión la NASA quiso aprender lo que ocurría con Kelly y Kornienko una vez superada la estancia habitual de seis meses en la estación espacial.

El trabajo se centró en los huesos y los músculos, que se debilitan en condiciones de ingravidez, al igual que el sistema inmunológico, según explica la agencia espacial estadounidense en la web de la misión.

También han sido objeto de estudio los fluidos corporales, que se desplazan hacia la cabeza cuando la gravedad está ausente, y ejercen presión sobre el cerebro y los ojos, afectando la visión de algunos astronautas en el espacio.

La misión "Un año en el espacio" tenía para los estadounidenses el aliciente de que el hermano gemelo de Kelly, Mark (también astronauta) participaría en el mismo proyecto pero desde la Tierra.

Es decir, los gemelos se prestaron a los mismos exámenes médicos, cada uno en su hábitat, lo que permitiría conocer mucho mejor los cambios registrados por el cuerpo en el espacio en relación al mismo periodo vivido en el planeta.

Redes espaciales

Kelly llegó a la estación espacial el 27 de marzo de 2015 y durante todo ese tiempo ha logrado casi un millón de seguidores en Twitter y más de 800.000 en Instagram.

"Buenas noches desde la Estación Espacial", así terminaba cada día su jornada en Twitter, mensaje que solía acompañar con una fotografía de la Tierra, del Universo o de las espectaculares auroras boreales sobre la atmósfera terrestre que contemplaba desde su atalaya a 400 kilómetros del planeta.

Kelly es uno de los astronautas con más actividad en las redes sociales, a través de ellas ha mostrado la belleza del planeta Tierra.

Su cámara no ha dejado casi ni un lugar por recorrer, desde el Himalaya a los Andes, pasando por las grandes ciudades, de las que ha mostrado espectaculares imágenes nocturnas e incluso llegó a proponer juegos a los internautas para que adivinarán dónde estaban hechas.

"Algunos lugares de nuestro mundo parecen fantasmales", escribió durante la noche de Halloween, junto a la imagen de un paisaje inquietante en tonos blancos fotografiado desde la estación espacial.

"Voy a echar de menos los colores de África", tuiteó la semana pasada, para añadir: "Echaré mucho de menos estas arenas, pero espero con ilusión las de la playa".

En unos de sus últimos tuit el astronauta se despidió diciendo: "Cuenta atrás. Estamos listos para un despertar. Tierra. Voy hacia ti mañana! Buenas noches desde la Estación Espacial Internacional".

Este mensaje lo escribió horas antes de emprender el viaje de regreso, tras lo que publicó una serie de imágenes del último amanecer visto desde la instalación espacial.

263607.- El niño que soy

El niño eterno

El Dr. Machado veía en cada niño una semilla de creaciones nacidas desde y hacia la libertad

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ROSARIO ANZOLA |  EL UNIVERSAL  jueves 3 de marzo de 2016  12:00 AM
Le debo a Luis Alberto Machado unas líneas, así como le debo haberme iniciado en el camino de la educación creativa. Desde la primera vez que escuché hablar de sus controversiales teorías acerca del desarrollo de la inteligencia me quedé enganchada en su gran aventura de vida. Seguí y perseguí cada uno de sus pasos e iniciativas. Y el asombro ante su coraje y convicciones no hizo más que crecer. Su entusiasmo era contagioso. Todo le interesaba: política, religión, poesía, educación, salud, alimentación y futuro. Era inmune a las pugnas sin fundamento de sus adversarios donde más que ataques resultaban francas incomprensiones hacia su obra y mezquindad frente a su trascendencia.

Para el Dr. Machado todos los seres humanos poseemos las mismas habilidades cognitivas, el asunto -para él- es aprender a potenciarlas y aplicarlas en todos los ámbitos. Una de sus máximas era "Hay que perseverar, practicar, perseverar y practicar", es decir que cualquier estrategia debía ser experimentada y ejercitada continuamente para mantener en forma los engranajes del pensamiento. Si usted escribe -solía decirme- pues tiene que hacerlo todos los días.

Diseñó herramientas para aplicar en el aula, cientos de docentes se formaron en sus metodologías y muchos de ellos siguen utilizándolas. Es una verdadera lástima que nuestro sistema educativo haya desechado un eje fundamental como es "aprender a pensar". Por ejemplo, una técnica tan elemental como analizar cualquier hecho o acción con un simple esquema: encontrarle lo positivo, lo negativo y lo interesante. Tres aproximaciones que constituyen un enorme salto para deslindarse del esclerosado análisis lineal de la enseñanza convencional.

En sus conversaciones, el Dr. Machado reflejaba una constante curiosidad por todo lo que lo rodeaba y una inagotable devoción por observar los grandes y pequeños detalles, muchas veces imperceptibles para los demás. Jamás se amilanó ante los retos que se impuso, aún sabiendo que, como experimentos, muchos de ellos no se llegaban a concretar. Pero seguía adelante, convencido de que cada acción pensada y vivida en función de contribuir a la dignidad del ser humano no es más que la continuidad de la creación de Dios.

Una de sus creencias más arraigadas era también que la escuela convencional centra la formación en el llamado hemisferio izquierdo, asiento de la lógica. De esta manera el estudiante se convierte en títere de obligaciones absurdas y de aprendizajes sin sentido que dan al traste con la imaginación y las posibilidades creativas, opacando las maravillas del hemisferio derecho, cuna de la fantasía, de los inventos, de las soluciones inusitadas y del arte.

El Dr. Machado veía en cada niño una semilla de creaciones nacidas desde y hacia la libertad. En un artículo anterior me referí a "pensar al revés" que no es otra cosa que colocarse en perspectivas diferentes frente a una realidad. Eso también me lo enseñó el gran sabio del conocimiento. Jugaba, de veras, jugaba con las preguntas apropiadas e insólitas. ¿Y si... tal o cual cosa fuera de otra manera? ¿Supongamos que... en vez de suceder tal cosa sucediera esto otro? Las preguntas detonantes para generar producciones literarias en mis talleres van siempre en esa línea verificando que a menos edad de los alumnos, más valiosas y originales son las respuestas. Es como si en el camino a la adultez se van perdiendo las facultades de soñar despierto, de coquetear con las innovaciones, de juntar ideas para que nazcan y renazcan nuevos mundos. Al respecto comentamos las palabras de Ray Bradbury, prolífico autor de ciencia-ficción quien confesó lo siguiente: "Cuando yo era niño, me metía en la sección de libros para adultos de la biblioteca. Ahora para asegurarme de que estoy bien informado, voy muchas veces a la sección de niños".

En una oportunidad le regalé mi entonces titulado libro Temario para una maestra, compendio de frases dichas por los niños con quienes trabajé, de cuyas palabras me hice intérprete para mostrar a los padres y maestros cómo quieren los niños ser tratados. No pasaron ni dos días cuando recibí su llamada.

-Leí su libro y le quiero decir algo... Tiene que cambiarle el título, porque ese libro encierra el niño interior que todos llevamos dentro. Ese niño eterno que nos permite abrazar la existencia con amor infinito. Le sugiero que lo denomine El niño que soy.

La sola llamada del Dr. Machado me dio una gran alegría y acaté su recomendación de inmediato. El libro se reeditó con el título que le otorgó Luis Alberto Machado. Cuando salió publicado le entregué el primer ejemplar que salió de la imprenta y no puedo olvidar su cara de satisfacción. Abrazó el libro como un niño abraza un juguete nuevo. Y vaticinó que el libro recorrería muchos caminos y muchos idiomas, como realmente ha sido.

Hoy el niño eterno que fue el Dr. Machado vive la eternidad gloriosa de la infancia.

raconvivarte@gmail.com

263606.- Como en Botica...

sábado, 18 de octubre de 2014


Humberto Ruiz Calderón 18oct15

Financiamiento para el exterior: ¿Se acaba una tradición?

La Puerta del Paraiso (*)
A partir del viernes 03 de octubre de este año, los jóvenes que habían solicitado divisas ante el organismo competente del Gobierno venezolano para realizar estudios en el exterior, se les ha informado que su petición está negada. Son miles los que han recibido el correo electrónico que comunica que la negativa se sustenta jurídicamente en lo establecido en el artículo 8 de la providencia 116. En la misma se indica que “el otorgamiento de la autorización está sujeto a la disponibilidad  del Banco Central de Venezuela  y a las prioridades determinadas por el Ejecutivo mediante Decreto 2320”. 

Con esa medida el Gobierno Nacional venezolano interrumpe, y espero que sea sólo interrupción pasajera, una larguísima tradición del Estado venezolano de financiar a estudiantes en el exterior total o parcialmente, como es este último caso.  La petición de los jóvenes era comprar dólares  a precios menores que los existen en el mercado paralelo.


La primera noticia que se tiene sobre el tema de los estudiantes en el exterior, con financiamiento público, está incluida en las instrucciones giradas por Simón Bolívar, desde Lima al Consejo de Gobierno, el 9 de abril de 1825 (**). Allí se indicaba que:

El Consejo de Gobierno enviará a diez jóvenes con los comisionados a Inglaterra o por separado para que allí aprendan lenguas europeas, el derecho público, la economía política y cuantos conocimientos forman al hombre de Estado: Estos jóvenes deben ser desde doce hasta veinte años… El Consejo de Gobierno dictará las medidas necesarias para su subsistencia y enseñanza en Inglaterra y hará lo más que juzgue conveniente con respecto a este negocio”.

Un año mas tarde en la Ley de Instrucción de la República de Colombia, y en ese momento Venezuela formaba parte de ese Estado, se introduce un capítulo sobre premios y pensiones.  En ese aparte se estableció que:

“Si hubiere en las universidades estudiantes tan aventajados por su talento e instrucción que prometan mejoras para las ciencias y artes útiles… el poder Ejecutivo… podrá enviar a Europa a que perfeccionen sus conocimientos en diferentes profesiones aquellos que más sobre salgan por sus luces y buena conducta” (Art. 69).

Desde esa época, con variadas diferencias, todos los gobiernos venezolanos habían honrado esto, con diferentes énfasis, desde el siglo XIX hasta  el XXI.  Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras, Medina Angarita y Marcos Pérez Jiménez, hasta su caída  en 1958. En la época democrática  eso se mantuvo y se incrementó  con el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez quien instituyó la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho que becó a miles de venezolanos para estudiar en el exterior (***). Cuando el programa creció y los recursos fallaron se pasó de la beca total al crédito educativo, a muy bajos intereses. Chávez cuando llegó al gobierno eliminó el compromiso de pagar y las becas siguieron, por supuesto ya más restringidas. Luego se pasó al modelo del financiamiento con la venta de divisas a precios controlados. Todo eso se detuvo -¿o se suspendió, momentáneamente?-  el pasado 3 de octubre de 2014:

NO HAY DOLARES PREFERENCIALES PARA ESTUDIAR EN EL EXTERIOR, NINGUNA ESPECIALIDAD.

Quienes estudian en Cuba, con financiamiento del Ministerio de la Defensa venezolano… ¿recibirán pesos cubanos? 

A los jóvenes venezolanos que hoy les arropa el desaliente solo queremos decirles: 1. Esto no durará para siempre. 2. Estudien en el país lo que puedan y háganlo poniendo todo el interés y esfuerzo posibles. 3. No abandonen su sueño de estudiar donde quieran. 4. Hay cientos, miles de becas en el mundo esperando por sus postulaciones.      

Notas

_______________________________________________________________

(*) Se conoce como La Puerta del Paraíso a la puerta del Baptisterio de Florencia que está frente a la catedral de Santa María del Fiore. La obra fue realizada por el orfebre italiano Lorenzo Ghierti entre 1425 y 1452. Espero que se entienda que el paraíso humano es el conocimiento y la preparación de los más jóvenes de una sociedad. Esa puerta está ahora cerrada en Venezuela para sus jovenes talentos que desean salir del país y prepararse. Esperamos  que se abra –y pronto- para quienes deseen estudiar afuera. La fotografía se ha tomado de:http://www.nationalgeographic.com.es/medio/2012/09/17/puerta_del_paraiso_1235x2000.JPG

(**) Los datos sobre la experiencia de becarios venezolanos en el exterior en el siglo XIX se pueden leer en: Ruiz, H. (2003): “Con la mirada en: Los estudiantes venezolanos en el exterior (siglo XIX)”. Bitácora-e, Número (0), Enero-Diciembre, pp. 1-27. Ver en el Link:http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18347/1/articulo0-2.pdf

(***) Los datos sobre los programas de becarios en el exterior de Venezuela  en el siglo XX se pueden ver en:  Ruiz, Humberto (1997): Tras el fuego de Prometeo. Becas en el exterior y modernización en Venezuela (1900-1996). Caracas, Nueva Sociedad, CDCHT-ULA, -Fundacyte-Mérida, 283 pp.

263605.- Resiliencia-.-

Maestro de la resiliencia

Febrero 29, 2016

VictorMaldonadoVíctor Maldonado C.- Muy recientemente el portal www.hispanopost.com publicó un reportaje de la destacada escritora y periodista Marian de la Fuente. El artículo llamado “Maestros de la Estrategia. El poder detrás del poder” presentó un ranking con los diez más apreciados consultores políticos de todo el mundo. Para agrado de los venezolanos J.J. Rendón es el único latino que integra la lista “y el único incluido en el Hall de la Fama de los Consultores Políticos por EEUU. Aunque actualmente vive en el exilio político en Miami, es considerado una de las figuras políticas más importantes de América Latina y el estratega político latinoamericano número uno. Sus campañas han incluido las de los actuales presidentes de México, Honduras y Colombia y mantiene el impresionante record de 29 elecciones presidenciales ganadas de las 34 que manejó demostrando, según sus propias palabras, que “las neuronas no tienen fronteras”.
Lo sorprendente es que el llamado “Samurai de la Estrategia” haya logrado tanto en el marco de una situación tan adversa, habida cuenta que es un perseguido político que no tiene acceso libre a su país porque el gobierno lo ha declarado enemigo público número uno de la revolución bolivariana. No solamente eso, tampoco tiene aseguradas ninguna de las condiciones de la ciudadanía al no contar con pasaporte vigente y cédula de identidad. Su caso es atípico y propio de las formas de persecución típicas de los neototalitarismos del siglo XXI. Pero lo que nos atañe en este artículo es indagar en cuáles son las razones de su fortaleza. Precisamente por el hecho de estar sufriendo la situación antes descrita es que el consultor político ha tenido que reflexionar y sistematizar las causas de su resiliencia. En un libro sobre sus experiencias, que está próximo a salir al mercado, J.J. Rendón confiesa que tomó prestado del Bushido, el código del samurái, una visión que lo ha preparado para elevar su resiliencia y funcionar efectivamente. Solo se puede resistir la adversidad si nos desprendemos del ego, si comprendemos que todo pasará, incluso esos momentos en los que sentimos una gran ansiedad o creemos estar atrapados.
Rendón nos aporta una definición de resiliencia: “La capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”. Pero, ¿cómo? ¿Con cuáles herramientas? ¿A través de cuales procesos? Por eso mismo es importante que sea alguien que haya sufrido de infortunios y que haya salido airoso el que nos diga qué hay detrás de ese concepto en términos de actitud ante la vida. “Como en el antiguo precepto zen, veo la resiliencia personal como la rama de un bambú vivo que se dobla con el viento, pero que no se rompe, se devuelve como un resorte, se levanta y resurge de la adversidad. En resumen, es la capacidad que tiene el individuo para manejar situaciones de mucho estrés y florecer después de ellas”.
Para el consultor político el vínculo entre resiliencia y éxito es meridiano. “Nunca debe verse como una fórmula para conformarse con situaciones injustas en nuestras vidas, tampoco como un mecanismo para adaptarse a regímenes opresivos”. Todo lo contrario. La resiliencia es la capacidad para salir de lo malo y asumir lo bueno. Es una disposición vital que nos empuja hacia la victoria a través del mejoramiento constante de nuestra capacidad de lucha.
Para el experto no hay atajos para lograr la resiliencia. No hay saltos cuánticos. No es un mecanismo de conversión. Es el resultado de “una lucha diaria y continua que al final se convierte en una fuerza de paz interior que se reproduce cuando la transmites. Mientras más paz provees más paz tienes”. Cita a Carl Jung para reafirmar el mensaje: “incluso una vida feliz no puede existir sin una dosis de oscuridad, y la palabra felicidad perdería su significado si no tuviese el contrapeso de su tristeza”. Por eso mismo –señala J.J.- que “podemos estar preparados para la derrota y sus noches, pero antes debemos aprovechar cada día para prepararnos para la victoria. La resiliencia es, por lo tanto, un compromiso personal con el éxito, una expresión de fortaleza personal.
¿Se aprende la resiliencia? Rendón es tajante cuando confirma que “se aprende desde el manejo de la adversidad cuando nos negamos a dejarnos vencer. Por eso mismo es que supone una vocación de lucha muy distinta al conformismo que siempre es entrega. Tampoco es resignación ni adaptación servil, sino la búsqueda constante de soluciones creativas para salir de una condición indeseable. Todo comienza por lo que algunos llaman espiritualidad y que yo llamo conciencia. La conciencia determina la forma como pensamos, estoy convencido que somos lo que pensamos porque nuestros pensamientos determinan lo que decimos, lo que hacemos, y nuestro carácter”. Por eso mismo, concluye el maestro, “la victoria es para los que dominan el arte de la resiliencia”.