2013/05/05

7977.- Adriana... en tres camiones...

"La vida se fue en 3 camiones"
La familia Silva perdió toda la materia prima de su negocio de repostería
La familia Silva trata de rescatar algunos objetos de valor
 KISAÍ MENDOZA, DALYLA DENNERY 
EL UNIVERSAL martes 23 de octubre de 2012  12:00 AM



Deudas, una casa vacía y dolor le dejó a Adriana Silva y a su familia el paso del río de lodo que inundó toda su casa ubicada en la Alta Florida.

Ahora se pregunta "¿Cómo empezar de nuevo? Nosotros ya no somos unos muchachos".

Para Adriana, una de las cosas más difíciles que le ha tocado sortear es asimilar que, en efecto, se perdió todo. "Me resistía a creer que fuera así, pero los muebles de madera se empezaron a partir. No hubo más remedio que empezar a botarlos, hemos sacado tres camiones llenos de cosas, de nuestra vida", dijo mientras a duras penas contenía las lágrimas.

En la entrada de la casa se observan apilados montones de ropa llena de barro. Ya el televisor, colchones, mesas y otros muebles se los había llevado el servicio de aseo. Dentro de la casa solo queda el olor a humedad que dejó la inundación.

Desde el viernes pasado duerme junto a su hija y nieto en una cama improvisada de toallas y edredones sobre puestos que le han facilitado amigos.

Perdió también el negocio de repostería que llevaba junto a su hija desde su casa. "Había pedido dos créditos por doscientos mil bolívares y lo había invertido en materia prima y los setenta paquetes llenos de materiales se lo llevó el pantano. Ahora no sé cómo haré para responder por ese dinero".

Ese negocio era el sustento de toda la familia.

La historia de los Silva también se la llevó la corriente. Ya no hay videos, ni documentos; solo quedan unas fotos que lograron recuperar entre la tierra, aunque afirma que "los recuerdos se llevan en la mente".

Adriana considera que el camino para regresar a la normalidad no será sencillo porque "no es fácil surgir en este país, la capacidad adquisitiva es muy poca", sentenció.

En la quinta de enfrente la mayor pérdida fue una de las mascotas. Un loro que tenía diez años con la familia Pinto se ahogó con el barro.

Al momento de la anegación en la casa solo se encontraba la hija de los Pinto con un bebé de cuatro meses que se refugiaron en el piso de arriba y no pudieron salvar al animal. "Solo me quedó la jaula, es lo que más me duele, porque lo material lo podemos recuperar".

Este fue el reportaje  que las periodistas le hicieron a Adriana el día después de la debacle, ya han pasado cinco meses... Adriana siempre ha sido una luchadora... Su grito de... "Ya no somos unos muchachos" se quedó atrás... había que luchar y se esta luchando... con la corriente y contra ella... hay que sobrevivir, hay que recrear las condiciones, salir adelante y ser... SER... no permitir que las desgracias naturales, en el caso de la inundación, o las políticas, como las que estamos viviendo, nos impidan vivir como gente, como personas de una sociedad en desarrollo, tenemos que apartarnos de la vorágine de la sociedad esclavizada en que pretenden colocarnos quien sabe porqué atavismo...
Hoy, después de casi 200 días las cosas han cambiado, no podía ser de otra forma, ante la adversidad la familia ha luchado y, con apoyos y sin apoyos, están con la vista al frente dándole cara al futuro, como debe ser, sin esperar dádivas de nadie, luchando como siempre lo han hecho, con la valentía, el tesón, la fuerza, la inteligencia que siempre los ha mantenido.
Ha sido y es una lucha difícil buscando nuevos derroteros... la lucha y la adversidad han sido maestras singulares que les han enseñado que por si mismos se bastan, y se sobran, para enfrentar el mundo, que su fuerza se concentra en su voluntad y en su intelecto, que la vida tiene sus altas y sus bajas y que, en ellas, altas y bajas, siempre encontramos fuerzas para salir adelante. No es que haya sido sencillo. En la vida nada lo es. 
Desde este blog les felicitamos por su extraordinario esfuerzo, les vemos como ejemplo de nuestra sociedad y les alentamos a no desmayar... aun cuando, día a día, su odisea se vea inmersa cada vez mas en el océano de odiseas por las que estamos atravesando los 30 millones de venezolanos. Vendrán días mejores y si de la mala lograron salir, de la buena serán los victoriosos.