2014/03/17

8405.- Cardenal Urosa Savino.-


Cardenal Urosa critica a ambos bandos,                                 pide diálogo y se ofrece a mediar



Publicado el Lunes, 17/March/2014
El cardenal venezolano Jorge Urosa criticó en una entrevista publicada este lunes al Gobierno y a la oposición por el clima de crispación nacional, opinó que el diálogo "necesario y posible" debe proseguir y reiteró la disposición de los obispos a mediar en la crisis. "Podemos hacer un papel importante como facilitadores con nuestra actitud de hermanos, padres y amigos de todos, de que no estamos buscando poder político (...); sí, estamos dispuestos (a mediar) y lo hemos reiterado", declaró el arzobispo de Caracas y presidente de honor de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

Cardenal Jorge Urosa
Tras deplorar la cerca de treintena de muertes que ha dejado "una violencia que no tenía que suscitarse", según dijo en una entrevista publicada hoy en el diario caraqueño El Nacional, el cardenal remarcó que "la violencia, la represión y el vandalismo no son los caminos para resolver los problemas".
Del lado del Gobierno, sostuvo, "ha habido un uso excesivo de la fuerza" y hay funcionarios de los organismos de  "que han participado en la muerte de varios ciudadanos".
"Se ha cometido un error al autorizar a civiles a actuar en la represión y disuasión de las manifestaciones", apuntó.
Y del lado de la oposición, el prelado criticó que no se haya "llamado suficientemente a sus seguidores a evitar la violencia".
"No estoy de acuerdo con las barricadas. Por lo menos tres personas han fallecido en barricadas" levantadas en las calles por grupos que operan en momentos en que la oposición evidencia, dijo, "mucha confusión" y no se ha planteado "objetivos específicos".
En este contexto, Urosa insistió en que "el diálogo es necesario y es posible" y que "la postura de los obispos es una: la necesidad del diálogo, rectificación y encuentro".
Con ello aludió a jerarcas que se han resistido a participar en los diálogos convocados por el Gobierno, entre ellos el arzobispo de la ciudad de Mérida, Baltazar Porras, expresidente de la CEV.
"Monseñor Porras en Mérida adujo razones por las cuales no creyó que hubiera condiciones para el diálogo. El diálogo no puede ser  sentarse a conversar. Hay que tener en cuenta una agenda, la actitud y la intencionalidad del encuentro", justificó el cardenal.
Recordó que la CEV, sin embargo, "acudió a la Conferencia Nacional por la Paz" convocada por Maduro.
Valoró que "eso estuvo muy bien porque fue un inicio", pero exhortó a que continúe "con cosas más concretas" a finales de febrero.
"El problema de los medios (de prensa); que haya un verdadero desarme, porque  de los principales problemas es la inseguridad, el hecho de que todos estamos en peligro de ser asaltados, secuestrados, atacados y asesinados. También está el desabastecimiento", enumeró sobre los temas que deben tratarse.
Urosa repitió que "el país necesita de todos" y que el Gobierno de Maduro "está obligado a sentarse con todos los sectores, a tener en cuenta las aspiraciones de la gente y a resolver las dificultades del pueblo".
Para ello, pidió al gobernante "bajar el tono del discurso, que es ofensivo y emotivo, que es hablar con el puño cerrado".
EFE / YU

8404.- Una palabra al oído...

Veneconomía, 17 de marzo de 2014

¡Oído al tambor!

El gobierno de Nicolás Maduro, en vez de arreciar la represión, la militarización y sitiar zonas del país le haría bien poner oído al tambor y analizar lo que expresan los venezolanos, no solo en las ingentes manifestaciones de protesta de los últimos tiempos sino lo que revelan en los sondeos de opinión realizados por empresas independientes.
Es el caso del último estudio nacional realizado por la empresa Datos entre el 26 de enero y el 2 de febrero, o sea antes de que empezaran las protestas estudiantiles que arrancaron el 5 de febrero. Está encuesta contiene muchos datos de interés, a los cuales habría que ponerle la lupa.
Por ejemplo, con respecto al tema tan discutido de si es tiempo o no de buscar la salida al conflicto social en marcha a través del diálogo. La respuesta del 87% de los encuestados es afirmativa. Resultado obvio en un país con una población que mayoritariamente ha comulgado con la democracia, la sana convivencia entre la heterogeneidad de credos, razas y clases sociales, y el respeto de las libertades políticas y civiles. 
Tan solo el 13% no quiere el diálogo ¿tal vez son estos quienes están llevando a Maduro a una represión sin par en la historia de Venezuela en los últimos 80 años? Pues tal como se ven los acontecimientos del último mes, los únicos que están demostrando haberse preparado para la guerra son Maduro-Cabello-Castro, el triunvirato que, según los encuestados, se reparten el mando: Solo un poco más de un tercio de los encuestados menciona a Nicolás Maduro como el que tiene el mando del país (36,6%), junto con Diosdado Cabello (18,9%) y los hermanos Castro (12,5%). Solo un 9,1% percibe que el pueblo es el que manda.
También se puede deducir de las respuestas, que los encuestados están claros en que el diálogo no debe ser para imponer la voluntad de quienes hoy tienen el monopolio del uso de las armas: 87% estima que el gobierno debe rectificar sus políticas sobre el manejo del país.
Otro dato interesante de este sondeo de opinión, es que 83% piensa que habría que desarmar a los “colectivos”; porcentaje que habrá aumentado después de las últimas seis semanas donde estos grupos paramilitares armados han sido co-responsables por la muerte de 30 venezolanos y de cientos de heridos.
Es interesante también revisar a quién se le atribuye la responsabilidad sobre los problemas que más agobian a los ciudadanos, que al final de cuentas han sido la base para hacer explotar las ingentes manifestaciones de protesta que recorren el territorio nacional: 1) El alto costo de la vida y la crisis económica: 51,6% responde que es responsabilidad de Maduro, solo 6,6% se lo atribuye al empresariado privado y apenas 2,0% a gobiernos anteriores. 2) La inseguridad personal y la delincuencia: 50,1% se la atribuye a Maduro vs.1,6% que aún considera que es culpa de gobiernos del siglo pasado. Otros dos temas de interés como son la falta de divisas para traer mercancía y la escasez de productos, también Maduro lleva sobre sí la responsabilidad. 
Otro dato que debería tomar en cuenta Nicolás Maduro para decidir deponer su arrogante actitud de no ceder a las demandas de millones y millones de ciudadanos, es que 64% de los encuestados se inclina por buscar vías constitucionales para salir de su gobierno, incluyendo a personas que apoyan de alguna forma al gobierno.
Y es que para una inmensa mayoría de venezolanos está claro que la forma de gobierno que impera en Venezuela es una dictadura.
Así señor Maduro, deponga sus armas, ponga oído al tambor, restituya el Estado de Derecho y Justicia y retorne al país a la democracia y la paz.

8403.- De Punta a punta...

El peine

MANUEL ACEDO SUCRE |  EL UNIVERSAL lunes 17 de marzo de 2014  12:00 AM

La receta no está mal. La inflación, la escasez y la inseguridad nos afectan a todos. El 80% de la población cree que el país está mal. Sin embargo, el país está partido en dos. Una mitad es chavista o ni-ni, o no se identifica con la oposición. La conclusión te agrede: hay que conquistar a esa mitad. ¿Cómo? Se cae de maduro: llevándola o acompañándola a que proteste pacíficamente contra obvio la inflación, la escasez y la inseguridad. ¿Para qué?, para lograr una mayoría determinante que no pueda desconocerse electoralmente. ¿Qué no se debe hacer? Antagonizar a esa mitad. ¿Cómo se la antagoniza? Con protestas violentas que subvierten el orden público y son rechazadas por esa mitad de la población que hay que conquistar. Al Gobierno le interesa la violencia para mantener de su lado a esa mitad. "No pisen ese peine", se nos dice. Regresemos a protestar por la inflación, la escasez y la inseguridad. Pacíficamente. Sin provocar. Es decir, como nos digan y donde nos digan. Suena bien, ¿no?

Pero el país explotó. Marchas, barricadas de todo tipo, estudiantes en la calle, furia y frustración. Una represión a la que las palabras "brutal" y "salvaje" le quedan cortas, a cargo de una Guardia Nacional que la abraza gustosa y le arregla el mismo disfrute a grupos hamponiles armados y movilizados expresa y delincuencialmente por el Gobierno para aplastar las protestas. Veintiún muertos. Centenares de heridos. Más de mil trescientas detenciones. Manifestantes y estudiantes torturados, presos o privados judicialmente del derecho a protestar. Y preso también uno de los principales líderes de la oposición, simplemente por convocar a protestar "pacíficamente" y a buscar una salida "constitucional".

¿Y el Gobierno? Desencajado, desnudo ante el mundo en toda su perversión represora, usando todo género de violencia para acallar un movimiento que parece fortalecerse y brotar con más fuerza con cada palo, bombazo o tiro que recibe. ¿Y Maduro? Defendiéndose de un "golpe de Estado en marcha", cacareando conspiraciones gringas y atentados fraguados desde las sombras por el ex presidente colombiano Álvaro Uribe. Parece asustado. Clausura un canal internacional de noticias y bota a CNN; recibe a CNN nuevamente y concede una entrevista cómica a la entrevistadora estrella de ese canal, quien pareciera no poder contener la risa ante las bufonadas que provoca en el entrevistado. Responsabiliza a Obama de lo que está pasando, expulsa varios diplomáticos de EEUU y acusa a Panamá de ser un país lacayo de los gringos. Rompe relaciones con Panamá, pero designa un nuevo embajador en Washington y pide que se restablezcan los lazos diplomáticos con el imperio que maneja al títere panameño. Cantinflas en ejercicio. Mientras tanto, las protestas y la represión siguen en todo el país. Maduro llama a una conferencia de paz con los que llama "fascistas" ¡fascistas, vengan acá! mientras rocía el país de lacrimógenas, perdigones y balas. Algunos oficiales se han negado a reprimir y están detenidos. El Gobierno se retrata condecorando la saña de los que sí reprimen y alabando la labor de los paramilitares. Hasta Madonna lo tilda de fascista. De verdad, ¿le interesa todo esto al Gobierno? ¿Nos puso un peine?

Una parte importante de la dirigencia de lo oposición piensa que sí. Nos dice que no pisemos ese peine. Se toma el trabajo de criticar públicamente las barricadas: no son buenas, estimulan la violencia, impiden que la gente vaya a trabajar, antagoniza a los sectores que queremos conquistar. A veces lo hace mejor que el mismo Gobierno. Y es que va contra la receta. Esa que llama a protestar solo por la inflación, la escasez y la inseguridad. La que suena bien. Mejor hablar duro contra el Gobierno, con comunicados bien contundentes, enérgicos, bien bravos. Pero nada de acciones de calle que no sean donde nos las permitan. Tranquilos todos. Así nos atraemos a los que les molestan las barricadas. No importa que estemos diciendo nosotros mismos lo que dice el Gobierno: que se trata de acciones violentas, de grupos de la clase media-alta, de corte fascistoide un dirigente de la oposición habló del fascismo de ambos lados y que atentan contra las libertades de las mayorías. Pero, me pregunto yo, ¿quién es el que puso el peine? ¿Quién lo pisó? Huele a Chacumbele. Y huele mal: ¿quién le responde al Táchira o a Mérida? ¿Quién, a la madre de un estudiante muerto? Veintiún muertos. Pero hay que regresar a protestar contra la inflación, la escasez y la inseguridad, cuando, donde y como nos deje el Gobierno. Tratemos de que rectifique para que bajen los precios, regresen los productos a los anaqueles y el hampa se porte bien. Ése es el llamado: rectifique señor Maduro. Si no lo hace, váyase. Usted mismo. Nosotros, tranquilos. La paz primero. Tómese su tiempo. Ya cumplimos con pedírselo.

La receta
Pero regresemos a la receta. La receta estaba bien para un escenario electoral de corto plazo. Hasta funcionó: fuimos a unas elecciones presidenciales, que ganamos, para luego ver cómo se disolvía el triunfo en protestas de fraude y retrocesos del liderazgo. Pero ahora las elecciones no solo se ven remotas en el tiempo sino aún más ilusorias en cuanto a resultados. El Gobierno aplasta la disidencia y persigue abiertamente a quienes informan. Los periodistas están sitiados. La prensa escrita se encuentra en artículo de muerte. El último canal de televisión independiente fue vendido a la obsecuencia. Otro canal no se atreve a transmitir la entrega de los premios Óscar por miedo a que se diga algo sobre Venezuela. El espectro radioeléctrico es eso: un espectro, la sombra de un fantasma derrotado, cuando no convertido en agente de propaganda del régimen. Unas elecciones en ese contexto no son posibles. Pero, si es que lo fueran, estarían en manos de un CNE convertido en el alcahuete principal de un gobierno que solo conoce la trampa y el ventajismo, y un Plan República administrado por una "Fuerza Armada Bolivariana y profundamente chavista", como ella misma altaneramente se califica mientras masacra y tortura manifestantes. Y es que no puede pensarse en elecciones libres en un país en donde el autoritarismo acabó con la separación de poderes, hasta el punto de que jueces y magistrados corean de viva voz consignas chavistas en los actos protocolares, y los encargados del llamado Poder Moral solo se ocupan de lavarle la cara al Gobierno. Se trata de un sistema en el que las circunscripciones electorales se diseñan para que, con el 48% del voto popular, el oficialismo quede con el 60% de los diputados a la Asamblea Nacional. Y donde ese 60% de diputados no contentos con su ilegítima mayoría inhabilita a los diputados de la oposición cada vez que le viene en gana, empleando esa mayoría simple y volándose el elemental requisito constitucional de la mayoría calificada para la inhabilitación de parlamentarios.

Resulta obvio que la película cambió. Con ella, debió cambiar también la receta seguida por la oposición. El Gobierno pasó de un autoritarismo disfrazado, engañoso y, al mismo tiempo, efectivo, que permitía procesos electorales amañados pero manejables, a un totalitarismo descarado y represivo, en donde tales procesos no se ven posibles. Al régimen no le fue suficiente domeñar de manera absoluta todos los poderes y prostituir el rol constitucional de la Fuerza Armada ahora, "profundamente chavista" , tuvo también que terminar de reconocer como suyos al paramilitarismo y al hamponato, armándolos y llamándolos abiertamente a colaborar en el aplastamiento de la disidencia, por la vía de las armas y la intimidación paraestatal. Como ha dicho un sector de la dirigencia política, ¿no estamos ahora frente a una dictadura fascista? ¿Tiene sentido seguir aplicando una receta concebida para escenarios electorales libres, cuando tales escenarios son anatema para el régimen? La receta dice: protestemos por la inflación, la escasez y la inseguridad. ¿Cómo limitar a esas banderas el objeto de la protesta, cuando precisamente lo que está en juego es el derecho mismo a protestar?

El peine
El peine donde está es en la política de apaciguamiento de la protesta. Se trata de una protesta valiente, justificadamente rabiosa, equivocada a ratos, pero de una fuerza incontenible y que sólo se explica en que ya no se aguanta además de la inflación, la escasez y la inseguridad al régimen que es responsable de estos males, al totalitarismo que lo caracteriza y a la violencia con que procede. Este sentimiento requiere de un liderazgo que se coloque al frente de la protesta, que se haga presente allí donde ésta se manifiesta, que acompañe a los estudiantes en retar la autoridad y la legitimidad del Gobierno, sin el complejo de antagonizar ciertos sectores de la población. Algunos de estos sectores, ciertamente, desean que se acaben la inflación, la escasez y la inseguridad; además, son los que más tienen que perder involucrándose directamente en la protesta. Y es que son los más fáciles de reprimir los más vulnerables a los grupos paramilitares y los más débiles económicamente, por lo que no se les puede exigir que se pongan a la cabeza de las protestas. Tienen demasiado que perder. Los paramilitares y hasta la Guardia Nacional disparan contra sus viviendas cuando apenas cacerolean en contra del Gobierno. Pero muchos de ellos saben después de 15 años de dónde vienen sus males y quiénes son los malandros que los controlan. En el contexto en que nos encontramos, cabe preguntarse si una oposición apaciguada, protestando contra la inflación, la escasez y la inseguridad, en términos no confrontacionales, va realmente a conquistar esos sectores. Más bien habría que preguntarse qué pasaría si todo el liderazgo opositor se pusiera a la cabeza de la protesta que ya está vigorosamente en la calle . ¿Es impensable acaso que esos sectores vulnerables empezaran a ver el efecto liberatorio de lo que significa que haya una "salida" a lo que les agobia? No es casualidad que el dirigente más temido por el Gobierno es el que llama las cosas por su nombre, hasta el punto de tenerlo preso. Y no es absurdo pensar que ese líder, acompañado de los que vienen predicando la misma tesis y han tenido la visión y la valentía de sumarse a la protesta, sean quienes, al final, prevalezcan y logren que las masas los sigan.

Juegan
Cuando los muchachos se la juegan. Cuando se arriesgan a que los maten, los malogren o los metan presos. Cuando la sociedad civil los acompaña. Cuando el movimiento crece en vez de rendirse ante la violencia oficial y paramilitar. Cuando resulta obvio que la fuerza que los impulsa va muchísimo más allá de la impotencia frente a la inflación, la escasez y la inseguridad. Cuando esas protestas descalabran la capacidad de respuesta del Gobierno. Cuando la opinión pública internacional empieza a solidarizarse con lo que se está levantando en Venezuela. Cuando resulta posible vislumbrar que al Gobierno se le haga imposible reprimir hasta el punto de meter a media Venezuela presa. Cuando, en suma, se despierta una voluntad de lucha que no se conforma con una espera sin esperanza, el liderazgo tiene que despertar. No son tiempos de apaciguamiento. Son tiempos en que los líderes deben dar el ejemplo. Gandhi y Luther King nunca abandonaron las consignas de no violencia con que levantaron sus respectivos movimientos. Pero exigían sus derechos en sus propios términos, no en los términos de las fuerzas que los reprimían. Se colocaban al frente. No disparaban un tiro, pero retaban a la autoridad y se exponían a la violencia, igual que sus seguidores. Estaban de primeros a la hora de recibir palos y tiros, o de caer presos. Y llegó el momento en que los agentes de la violencia no pudieron seguir reprimiéndolos.

No pisen ese peine, nos dicen. Pero ¿no será que el peine es otro? ¿El de transmitir la idea de que la represión puede con todo? ¿De que candelita que se prende, candelita que se apaga, y mejor la apagamos nosotros mismos? ¿De que no se puede retar al Gobierno porque te aplasta? ¿De que el liderazgo de la oposición tiene que ser "responsable"? ¿De que nosotros mismos digamos lo fascistas que son las trincheras? ¿De que hay que calmar la cosa? ¿De que lo más que me aceptan es protestar por la inflación, la escasez y la inseguridad, en términos que no molesten al Gobierno? ¿De que no hay nada que hacer? No hay mejor peine desde el punto de vista del Gobierno que el peine de la desesperanza y de la inacción. El peine de que no puede protestarse lo que de verdad está en juego. El peine de que la represión y el amedrentamiento funcionan. El peine de que pedir una "salida" es radical y no nos "conecta". El peine de la anestesia. El peine de que no se cuestione el totalitarismo. ¿Cuál es el peine, entonces? ¿Quién lo puso? ¿Quién lo está pisando?

Liderazgo
El liderazgo opositor todavía proclive a aplicar la receta de la película anterior ha demostrado, en el pasado, ser un liderazgo valiente y comprometido. Con errores y aciertos ha acumulado un capital político nada despreciable. En lo personal, puedo afirmar que le estoy profundamente agradecido por lo que viene haciendo por el país. Pero es importante que capte el cambio de paradigma y reaccione. Todavía se encuentra a tiempo de rectificar e imprimirle coherencia a la protesta. Pero eso pasa porque se mantenga el espíritu retador y desafiante del movimiento de calle, y se le acompañe activamente no tras bastidores y en abstracto en la defensa contra la represión, sin ceder el espacio conquistado por la protesta. También pasa por llamar las cosas por su nombre, que es convocar para que no se tolere el totalitarismo y se ponga fin a éste, cuestión que por cierto no es más que el restablecimiento de un orden constitucional pisoteado.

@acedosucre

8402.-Academias Venezolanas.-

PROTESTAS EN VENEZUELA

Academias alertan sobre "desconocimiento absoluto de la ley" en protestas


El Comité Interacadémico rechaza de manera categórica el empleo de tortura (Adolfo Acosta)
NACIONAL Y POLÍTICA. El Comité Interacadémico de las Academias Nacionales, alertó sobre los "francos atropellos" a los derechos humanos y el "desconocimiento absoluto de las leyes venezolanas, en un sesgo absolutamente condenable", por parte de la fuerza pública en las protestas, y exhortó a garantizar que el mantenimiento del orden público se lleve a cabo con medidas adecuadas y sin recurrir al uso indiscriminado e ilegal de gases tóxicos y al "empleo criminal de armas con capacidad letal".  

8401.- Las cruces.-

Siguiendo una costumbre muy de mi pueblo, ayer domingo salí con mi nieta a comernos una "carísima" barquilla de helado en la plaza del pueblo que queda mas cercano a mi casa. A pesar de todo cuanto ha sucedido en Venezuela durante estos dos meses,  parecía que teníamos algo así como un remanso de tranquilidad, pero... al mirar hacia el sitio donde yacían apiladas unas bolsas negras llenas de desperdicios, sorpresa... allí estaban los restos de las que fueron cruces conmemorativas de los estudiantes muertos durante las pasadas escaramuzas que los estudiantes, aún vivos, los que quedan después de la matazón que están haciendo los partidarios del gobierno, habían colocado en distintos lugares de ese pueblito.  Y creo que debo plantearlo de esta manera pues anoche y hoy estamos viendo la acción bélica  desarrollada en la Plaza Altamira  de Caracas después que el ocupante de Miraflores les ofreció el sacrificio a los estudiantes que no se plegasen a sus deseos.
No se si estar de acuerdo o no con Leopoldo Lopez, pero si estoy claro en que es el único político Venezolano que se ha inmolado ante las dictaduras... se entregó a consciencia de lo que implicaba su gesto, caminó directo hacia la muerte, miro de frente a sus verdugos, y allí está ahora, encerrado, a sabiendas que cualquier segundo puede ser el ultimo. Eso no lo había hecho nadie, que yo sepa. Esa actitud que, repito, no se como catalogarla, establece un antes y un después...  de ahora en adelante miraremos a los políticos buscando ese rasgo de valentía que nos esta demostrando LL. De igual manera, Maria Corina también lo está demostrando. La han maltratado públicamente... han enviado sicarios y sicarias (búsquese la definición de tal termino) buscando amedrentarla, y hasta quedaron en ridículo mundial pues lo hicieron frente a un Obispo que, tal vez para los pseudo ateos socio comunistas no representa nada, mas si para los profesantes de la religión católica y de cualquier otra religión, ya que honrar honra. Ante estas actitudes de dos lideres Venezolanos, sus oponentes, nacidos del dedo nombrador, solo han respondido con malas palabras. No se puede pedir peras al olmo, pero no es este el tema de estas líneas. La desgracia es que estas malas hechuras que demuestran los personeros que a cada momento tratan de manifestarnos que son "los que saben y mandan", crean, queramos o no, un mal ejemplo en las personas a las que no les queda mas remedio que escucharlas pues han corrompido todo el espacio radial y televisivo y el tele vidente o radioescucha o lectores de pasquin (porque ya no llegan a "medios de comunicación") tienen que "CALARSELOS".  Desde el más allá surge la voz a decirles que son, los niños Venezolanos "su legado"... En algún momento alguna corte de justicia pasará la cuenta por estas aberraciones y en ese momento se verá como se desparraman las responsabilidades y cada quien tratará de pasar desapercibido y buscará, a todo trance, que no se le conecte en forma alguna con el oprobioso régimen que ha estado gobernando. Son costumbres políticas universales... que se pagan.
¿Cuantas muertes lleva la lucha por la "revolución"? ¿Cuantos venezolanos y extranjeros han perdido la vida a manos y armas de: los partidos políticos, las guerrillas, los cuerpos represivos establecidos en la CONSTITUCIÓN, los sicarios, los mercenarios, los traidores, los sapos, los aprovechadores, los narcotraficantes, los proveedores de armas, etc., todos ellos amparados en un antifaz de "curiosidad política" y proclamando valores eternos de libertad no solo para nuestro pueblo sino, mirando mas allá, para América toda y para el Mundo.?
¿Cuanta hambre hemos pasado y cuanta más pasaremos mientras estemos tras la quimera de teorías económicas que jamas han servido de nada practico como no sea el de enriquecer a la camarilla de turno, MIENTRAS está en el poder?
¿Que se necesitará para hacer que cada uno de los responsables de turno reciban su cuota parte de castigo por todas estas muertes? ¿Es que los asesinos no tenían quien les ordenara las tareas?
Una guerra civil como la que están alentando implicaría una mortandad MONSTRUOSA y duraría varias generaciones, a mi parecer desapareceríamos como país "libre", pasaríamos a ser un apéndice de alguien mas... 
¿Es eso lo que pretenden?