2012/08/10

Ahorro en estado precario

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Una de las metas de los gobiernos es la bancarización de la población, y es que la pujanza de la economía mejora en la medida que aumenta la participación de la gente en la banca.
El actual Gobierno de Venezuela, y la mayoría de los que lo precedieron, han venido haciendo esfuerzos para que el mayor número de ciudadanos tenga cuentas bancarias y utilice la banca para financiarse.
De allí que podría pensarse que Venezuela, un país que además cuenta con ingentes ingresos petroleros y acceso a la modernidad, debería estar entre los más bancarizados de la región. Sin embargo, está muy por debajo de Jamaica (71%), Brasil (56%) y Costa Rica (50%), los tres de mayor bancarización de la región.
Es por tanto una desilusión que un estudio de los hábitos bancarios en Latinoamérica realizado por la encuestadora Gallup y el Banco Mundial, haya determinado que en Venezuela sólo 44% de la población posee cuenta en la banca. Y según el informe, 29% de esa población tiene cuenta bancaria para recibir el pago de salario, 8% para cobrar alguna de las ayudas del Gobierno y 6% para recibir remesas familiares.
Llama también la atención que cerca de la mitad de éstos no utiliza sus cuentas para las funciones tradicionales tales como el ahorro ni como su principal medio de pago. El acceso al crédito bancario tampoco parece atraer a los venezolanos, pues sólo el 2% prefiere acudir a la banca para obtener préstamos, un porcentaje similar al que prefiere a los prestamistas con el mismo fin. La fuente de crédito preferencial son los familiares con 10%.
Pero lo más decepcionante es que sólo el 28% de los encuestados dijeron haber ahorrado en 2011, y de ellos, únicamente la mitad lo hizo en una institución financiera.
Este comportamiento se vio reflejado en el primer semestre de 2012, cuando del total de los depósitos, 77,4% estaba en cuentas corrientes, 21,9% en depósitos de ahorro y sólo 0,8% en depósitos a plazo, lo que contrasta con las proporciones de hace tres años: En el primer semestre de 2009 era 24,0% ahorro y 17,5% a plazo, tiempo en el cual la tasa pasiva para estos últimos depósitos promediaba 16,35%, vs. el nivel actual de 14,50%. Esto revela la preferencia del público por los activos más líquidos y es prueba también de las limitaciones al ahorro en el país.
Aunque en el estudio no se indica el porqué a los venezolanos no les atrae el ahorro, ello es fácil de deducir: Tasas de interés menores a la inflación, llevan a que ahorrar sea un mal negocio. Asimismo, resulta que el mercado de capitales –una fuente creciente y dinámica de ahorro– fue arbitrariamente cerrada por decisión del Gobierno hace más de dos años.
A esto se le suma que el Gobierno no genera incentivos al ahorro, y para el venezolano es de mayor rendimiento y seguridad invertir en divisas.

VenEconomía Opina, 9 de agosto del 2012

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