2013/06/06

8054.- El discurso del muro

Posted: 05 Jun 2013 11:26 PM PDT
Por: Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH
Francisco-Zepeda-Andino-newEl próximo 26 de junio, se estarán cumpliendo 50 años desde el día que el presidente de los Estados Unidos de América,  John F. Kennedy, pronunciara su famoso discurso en una plaza de Berlín del Oeste, atestada por más de medio millón de hombres y mujeres alemanes. Para comprender la total importancia del discurso, debemos recordar que Berlín, desde 1945, era una ciudad dividida en cuatro sectores: el sector soviético (Este) y los lados ingleses, norteamericano y francés (Oeste) También, Berlín estaba enclavada dentro de territorio controlado por la Unión Soviética y se unía a la parte occidental por una carretera que los soviéticos cerraban en épocas de crisis.
Además de lo anterior, los rusos y sus aliados habían erigido un muro a lo largo de sus ciudades y campos para evitar la fuga de los ciudadanos que buscaban la libertad y el MURO DE BERLÍN  era conocido a nivel mundial. La llamada Guerra Fría se encontraba en su apogeo. Hacía escasos 8 meses (octubre – 1962), se había desarrollado la CRISIS DE LOS MISILES EN CUBA, cuando la humanidad estuvo al borde de un holocausto nuclear entre los EUA,  sus aliados y la Unión Soviética.
En su discurso, Kennedy hizo uso de su carismática personalidad para lograr grandes ovaciones de los congregados y una elevación superlativa de su moral. Es nuestra intención citar varias partes de esa alocución porque creemos contienen ideas todavía vigentes sobre democracia y comunismo.
Casi al comienzo expresaba Kennedy: “Hace 2000 años el más orgulloso alarde era “CIVIS ROMANUS SUM”, (soy un ciudadano romano), hoy, en el mundo libre, el más orgulloso alarde es ICH BIN EIN BERLINER”,  (yo soy un berlinés), significando con eso su convicción democrática y total  apoyo a la antigua capital alemana.
Con una voz clara, enérgica y  convincente, Kennedy sostenía: “Hay mucha gente en el mundo que realmente no comprenden o dicen no comprender, cual es el gran argumento entre el mundo libre y el mundo comunista. ¡DÉJENLOS VENIR A BERLÍN! (Let them come to Berlin!).  Hay algunos que dicen que el comunismo es la ola del futuro, ¡DÉJENLOS VENIR A BERLÍN! e inclusive hay algunos pocos que dicen que es cierto que el comunismo es un sistema diabólico  pero  permite tener progreso económico, LASS´SIE NACH BERLIN KOMMEN”, (¡Déjenlos venir a Berlín!).  Esas últimas palabras dichas en alemán, levantaron una tremenda ovación de los asistentes.
“La libertad tiene muchas dificultades y la democracia no es perfecta, pero nosotros nunca hemos tenido que poner un muro para mantener a nuestro pueblo adentro, para prevenir que ellos puedan irse”.
“Ustedes viven en una defendida isla de libertad pero su vida es parte del total principal”.
“Así que permítanme pedirles para cerrar, levantar sus ojos más allá de los peligros de hoy, hacia las esperanzas de mañana, más allá de solo la libertad de esta ciudad de Berlín o su país Alemania, hacia el avance de la libertad en todas partes, más allá del Muro hasta el día de paz y justicia, más allá de ustedes y nosotros hacia toda la humanidad”.
“La libertad es indivisible, y cuando un hombre está esclavizado, todos no son libres”.
Con su visón futurista de estadista, Kennedy, en 1963, ya visualizaba la caída del marxismo-leninismo, del Muro de Berlín y  afirmaba: “Cuando ese día finalmente llegue, como llegará, la población de Berlín del Oeste podrá tener la sobria satisfacción en el hecho que ellos estuvieron en las líneas del frente por casi dos décadas”.
Kennedy cerró su emotiva alocución diciendo: “Todos los hombres libres, dondequiera ellos vivan, son ciudadanos de Berlín, y, por lo tanto, como hombre libre, estoy orgulloso de las palabras ICH BIN EIN BERLINER”.
Pocos meses después, el 22 de noviembre de 1963, los berlineses que habían aclamado a John F. Kennedy en Berlín, lo lloraban como hicieron millones alrededor del mundo al caer asesinado en una calle de Dallas, Texas.
El más carismático y demócrata presidente de los EUA, propulsor de los Derechos Civiles en su nación, de la Alianza para el Progreso y del Cuerpo de Paz,  entre otros,  no logró ver concretadas sus palabras y predicciones para poder  admirar una Alemania reunificada y libre del régimen  opresor e indignante en el cual se sumergió Alemania del Este y parte de Europa desde 1945 hasta 1989. Tampoco pudo observar la estrepitosa caída de un sistema anti democrático, privilegiando a las cúpulas políticas,  que va contra la naturaleza del hombre y que vulnera la más elemental pasión humana, como es la libertad.

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