2014/03/19

8417.- Veneconomia Hoy

Él solito se arranca la careta

Nicolás Maduro está desbaratando toda la estrategia de Hugo Chávez de imponer su socialismo del siglo XXI (léase castrocomunismo puro y duro) escondiéndose bajo una careta de democracia, usando la vía electoral, la vía legal y judicial con descaro y sin empacho.
La represiva, violenta e inconstitucional forma de enfrentar las protestas estudiantiles y ciudadanas y el arrojo de la dirigencia política democrática que se le ha parado de frente para reclamar por el caos en el que han sumergido al país, ha develado a muchos nacionales, a los pueblos democráticos y a un gran número de gobiernos y parlamentos del mundo lo que muchos ya venían advirtiendo: Que en Venezuela se está erigiendo una cruenta dictadura, que no respeta Estado de Derecho, sistema de Justicia, libertades ni Derechos Humanos.
Cada día de este largo mes de convulsión social el gobierno emite una clara señal de su vocación dictatorial.
Pone preso y mantiene aislado en una cárcel militar al dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López, y obliga al exilio al segundo de a bordo, Carlos Vecchio, por haber llamado a la protesta-no violenta dentro del marco constitucional.
De forma grotesca manipula las leyes y usa el poder obsecuente que impone a sus magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, para poner una espada de Damocles sobre la cabeza de siete de los alcaldes electos por el sector democrático venezolano en los municipios Baruta, El Hatillo, San Diego, Maracaibo, San Cristóbal, Lecherías y Chacao. Les ordena levantar los “obstáculos en la vía pública que impidan el libre tránsito de personas y vehículos” (léase barricadas) so amenaza de ser acusados de desacato que puede acarrear pena de prisión de seis a 15 meses. Bien sabe el TSJ, y su jefe Maduro, que el control del orden público compete a la Guardia Nacional y a la Policía Nacional Bolivariana, y no a las alcaldías; como también están en conocimiento que son estos quienes cuentan con los mecanismos de represión.
Ahora, con los mismos viciados argumentos, llaman a una urgencia parlamentaria para aprobar los trámites que despojen de inmunidad a María Corina Machado, la diputada electa con mayor número de votos, y de la manera más burda interrumpen la sesión para consignar esa misma noche ante la Fiscalía General (también dirigida por Maduro) supuestas “pruebas” de delitos de instigación a delinquir, traición a la Patria y homicidio que la mente febril de la dictadura dice fueron cometidos por Machado.
A esto se le suman: 1) El castigo a los medios impresos que disienten del proceso, privándolos de papel y condenándolos a ir a un cierre técnico. 2) La suspensión de facto de las garantías constitucionales. 3) La militarización de ciudades y zonas urbanas. 4) Los allanamientos, irrupción violenta en los hogares, alcaldías, partidos políticos y universidades. 5) Las requisas de transeúntes sin órdenes judiciales. 6) La interrupción de servicios públicos a comunidades que protestan.
Y el colmo de los colmos incomunicación, palizas y torturas a un buen número de los 1.600 detenidos que se registraban hasta este martes, sin que se respete edad, sexo o condiciones mentales.
Los más de 30 venezolanos asesinados por las fuerzas represivas hablarán de estos días cuando Maduro y sus cohortes se arrancaron solitos la careta de demócratas.

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