2008/07/03
CREDO DEL OPTIMISTA
Prométete a ti mismo: Ser tan fuerte que nada pueda turbar tu paz mental.
Hablar solo de salud, felicidad y prosperidad a toda persona que conozcas.
Hacer que todos tus amigos sientan que hay algo de valor dentro de ellos.
Mirar el lado bueno de todas las cosas y hacer que este optimismo se haga verdadero.
Sentirse tan entusiasta con el éxito de los demás como con el nuestro.
Olvidar los errores y penas del pasado y aferrarse a los grandes logros que alcanzaremos en el futuro.
Brindarle a cada criatura viviente que hallemos a nuestro paso una sonrisa.
Sentirnos:
demasiado fuertes para preocuparnos,
demasiado nobles para encolerizarnos,
demasiado seguros para temer y
demasiado contentos para pensar en dificultades.
Cada vez que recibo correos electrónicos me alegro en demasía, siempre traen "algo" que me enseña a tener fe en la gente... En este caso, este Credo que es un himno de alabanza a la vida...
¿Quien no quiere ser fuerte, noble, seguro y estar contento?
No tengo la menor idea de quien me lo envió, ni cuando, solo se que está en mi PC y que lo guardé, como tantos otros textos en el archivo de "anexos a los e-mails" que no borró el virus de la imbecilidad que, sin darme cuenta, destrozó gran parte de mis archivos.
MAKTUB, dice Coelho... así es, estaba escrito... y al buscar, con "optimismo" lo perdido, fue encontrado.
Señor,
concédenos serenidad
para aceptar las cosas que no podemos cambiar,
valor para cambiar las que sí podemos,
y sabiduría para discernir la diferencia.
Esta es la muy famosa "oración de la serenidad" que tanto se utiliza en las reuniones de AA, sabe ud. quien fue su autor?
Se trata del famoso teólogo estadounidense Reinhold Niebuhr (1892-1971), como revela Elisabeth Sifton, hija de Niebuhr, en un libro recién publicado con el título "Fe y política en tiempos de paz y de guerra". La oración fue compuesta un domingo de 1943, durante las ansias de la Guerra Mundial (su autor era teólogo de izquierda, socialista en su juventud, antifascista y antiestalinista enconado). Observa su hija que a Niebuhr no le molestó que una versión abreviada de su oración fuera empleada por AA, ni que se ignorara no sólo que él era el autor, sino hasta que la Oración tenía un autor. Actitud que, desde luego, lo honra.
Ves? hay que ser optimista...
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