2012/02/05

Dice un psiquiatra…

Me ha llegado por e-mail y creo que vale la pena repensarlo varias veces.

El autor de este mensaje es el Dr. Emanuel Tanay, un conocido y muy respetado psiquiatra.
> Un hombre, cuya familia pertenecía a la aristocracia alemana antes de la Segunda Guerra Mundial, fue propietario de una serie de grandes industrias y haciendas.
> Cuando se le preguntó ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, la respuesta que dio puede guiar nuestra actitud hacia el fanatismo.
> "Muy pocas personas eran nazis en verdad- dijo, "pero muchos disfrutaban de la devolución del orgullo alemán, y muchos más estaban demasiado ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis eran un montón de tontos.
> Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo sucediera.
> Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado.
> Mi familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados destruyeron mis fábricas".
> Asesinaron a seis millones de judíos, veinte millones de rusos murieron durante la contienda e incontables gitanos, homosexuales, curas y un larguísimo etcétera de personas de diferentes etnias y razas.
> Se nos dice una y otra vez por los "expertos" y "cabezas parlantes" que el Islam es la religión de la paz, y que la gran mayoría de los musulmanes sólo quieren vivir en paz. Aunque esta afirmación puede ser calificada de cierta, es totalmente irrelevante y solo tiene la intención de hacernos sentir mejor, y significa que de alguna manera se busca disminuir el impacto de los fanáticos que arrasan en todo el mundo en nombre del Islam.
> El hecho es que los fanáticos dominan el Islam, en este momento, en la historia.
> Son los fanáticos los que marchan.
> Se trata de los fanáticos los que producen 50 guerras en todo el mundo.
> Se trata de los fanáticos que sistemáticamente  masacran cristianos o grupos tribales en África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica. Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan.
> Son los fanáticos los que toman mezquita tras mezquita.
> Se trata de los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las víctimas de violación y los homosexuales.
> Se trata de los fanáticos que enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas.
> El hecho cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la "mayoría silenciosa" es intimidada e imperceptible.
> La Rusia comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz, sin embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de 50 millones de personas.
> La mayoría pacífica era irrelevante.
> La enorme población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas.
> El individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12 millones de civiles chinos, la mayoría muertos por
> espada, pala y bayoneta.
> Y, ¿ quién puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería.
>  ¿Podría no ser dicho que la mayoría de los ruandeses eran 'amantes de la paz'?
>  Las lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y
>  contundentes, sin embargo, para todos nuestros poderes de la razón, muchas
> veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:
> Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio.
>  Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestro enemigo si no
>  se pronuncian, porque al igual que mi amigo de Alemania, se despertarán un
> día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá
>  comenzado.
>  Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.
> En cuanto a nosotros en Venezuela, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que amenazan nuestra forma de vida.
>  Por último, cualquiera que dude de que la cuestión es grave y elimina este mensaje sin reenviarlo, está contribuyendo a la pasividad que permite a los problemas expandirse.
>  Por lo tanto, extiéndete un poco a ti mismo y ¡envía esto una y otra vez!
>  Esperemos que miles de personas, en todo el mundo, lean y piensen sobre
>  él. Antes de que sea demasiado tarde.

 

Que vas a hacer?