miércoles 1 de mayo de 2013 12:00 AM
Marcos Alves escribió para Venezuela Analítica hace algún tiempo una nota que por su actualidad y pertinencia reproduciremos parcialmente con algunas modificaciones. Las líneas ilustran perfectamente lo que ocurre con la cubanización del país. El artículo se llama La segunda invasión de Cuba a Venezuela:
La primera invasión cubana a Venezuela ocurrió en los años 60, cuando las guerrillas castristas desembarcaban en alejadas playas y se internaban por las montañas, asaltando poblaciones, asesinando a miles de hombres, mujeres y niños. Castro había decidido derrocar al presidente Rómulo Betancourt, elegido democráticamente en 1958.
Las primeras armas soviéticas llegaron a Cuba en 1960 y Castro anunció en octubre de ese año que ya contaba con una milicia de 250.000 hombres, con equipo y armas del bloque comunista. Castro lanzó su invasión a Venezuela matando a policías, guardias nacionales, asaltando aviones comerciales, el barco Anzoátegui, robando bancos, quemando fábricas americanas, dinamitando oleoductos y plantas eléctricas. Mató a mujeres y niños en el tren El Encanto en septiembre de 1963.
A los cubanos se le unieron guerrilleros venezolanos (varios de los cuales están ahora en el gobierno de Chávez), pero fueron vistos como extranjeros y nunca lograron apoyo popular. La revolución cubana fue diseñada como producto de exportación y Cuba se convirtió en punta de lanza de la estrategia soviética de comunizar a América Latina.
En noviembre de 1963, el gobierno de Betancourt presentó a la OEA pruebas contra Castro y Cuba, al descubrir cuatro toneladas de armas extranjeras en la costa noroeste de Venezuela. La OEA procedió a investigar y en julio de 1964 declaró a Cuba "culpable de agresión e intervención en asuntos venezolanos". Cuba fue expulsada de la OEA (sigue fuera) y sus miembros, con la excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas y comerciales con Castro.
Fue Rafael Caldera quien al llegar a la presidencia en 1969 perdonó a los guerrilleros. Y fue el mismo Caldera quien en 1994 ordenó soltar al golpista Hugo Chávez de la cárcel.
La segunda invasión cubana avanza hoy con igual propósito: establecer una dictadura marxista en Venezuela. La diferencia es que ahora goza del total apoyo del gobierno venezolano. Castro no sólo quiere asegurar el abastecimiento petrolero de Cuba, bajo el acuerdo firmado en octubre de 2000, sino también pasar la antorcha comunista a su más destacado discípulo, Hugo Chávez.
El control de cambio ha sido la más efectiva arma del gobierno de Chávez en la destrucción del sector privado venezolano y en disparar el desempleo. Chávez anunció que no habría ni un solo dólar para "los golpistas, fascistas y huelguistas" que se oponen a su gobierno y quien compra dólares en el mercado negro está amenazado de cárcel. Esto sería evidentemente trágico en cualquier parte del mundo, pero en Venezuela es mucho peor porque esa nación petrolera depende de la importación del 60% de lo que consume: alimentos, medicinas, repuestos, materias primas, etc.
Para mantenerse en el poder, Chávez está empobreciendo dramáticamente a los venezolanos y haciéndolos pasar hambre. Lo mismo que en Cuba a lo largo de 44 años, quien tiene hambre no puede pensar en otra cosa que conseguir alimentos.
La seguridad personal de Chávez ha sido encomendada a agentes cubanos. Al mismo tiempo, oficiales venezolanos son enviados a Cuba para recibir entrenamiento y adoctrinamiento. Cubanos están apareciendo en oficinas del gobierno por toda Venezuela, como también en las escuelas, hospitales, en la industria petrolera y en el campo. La empresa cubana Alimport está encargada de las importaciones de alimentos, mientras que las compañías importadoras tradicionales no tienen acceso a dólares ni pueden suplir de materias primas a la industria de productos alimenticios. Esto empeora el desempleo y la clase media venezolana se empobrece. Los nuevos ricos son chavistas que meten la mano en el presupuesto nacional sin ningún control ni transparencia.
erojas@eluniversal.com
La primera invasión cubana a Venezuela ocurrió en los años 60, cuando las guerrillas castristas desembarcaban en alejadas playas y se internaban por las montañas, asaltando poblaciones, asesinando a miles de hombres, mujeres y niños. Castro había decidido derrocar al presidente Rómulo Betancourt, elegido democráticamente en 1958.
Las primeras armas soviéticas llegaron a Cuba en 1960 y Castro anunció en octubre de ese año que ya contaba con una milicia de 250.000 hombres, con equipo y armas del bloque comunista. Castro lanzó su invasión a Venezuela matando a policías, guardias nacionales, asaltando aviones comerciales, el barco Anzoátegui, robando bancos, quemando fábricas americanas, dinamitando oleoductos y plantas eléctricas. Mató a mujeres y niños en el tren El Encanto en septiembre de 1963.
A los cubanos se le unieron guerrilleros venezolanos (varios de los cuales están ahora en el gobierno de Chávez), pero fueron vistos como extranjeros y nunca lograron apoyo popular. La revolución cubana fue diseñada como producto de exportación y Cuba se convirtió en punta de lanza de la estrategia soviética de comunizar a América Latina.
En noviembre de 1963, el gobierno de Betancourt presentó a la OEA pruebas contra Castro y Cuba, al descubrir cuatro toneladas de armas extranjeras en la costa noroeste de Venezuela. La OEA procedió a investigar y en julio de 1964 declaró a Cuba "culpable de agresión e intervención en asuntos venezolanos". Cuba fue expulsada de la OEA (sigue fuera) y sus miembros, con la excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas y comerciales con Castro.
Fue Rafael Caldera quien al llegar a la presidencia en 1969 perdonó a los guerrilleros. Y fue el mismo Caldera quien en 1994 ordenó soltar al golpista Hugo Chávez de la cárcel.
La segunda invasión cubana avanza hoy con igual propósito: establecer una dictadura marxista en Venezuela. La diferencia es que ahora goza del total apoyo del gobierno venezolano. Castro no sólo quiere asegurar el abastecimiento petrolero de Cuba, bajo el acuerdo firmado en octubre de 2000, sino también pasar la antorcha comunista a su más destacado discípulo, Hugo Chávez.
El control de cambio ha sido la más efectiva arma del gobierno de Chávez en la destrucción del sector privado venezolano y en disparar el desempleo. Chávez anunció que no habría ni un solo dólar para "los golpistas, fascistas y huelguistas" que se oponen a su gobierno y quien compra dólares en el mercado negro está amenazado de cárcel. Esto sería evidentemente trágico en cualquier parte del mundo, pero en Venezuela es mucho peor porque esa nación petrolera depende de la importación del 60% de lo que consume: alimentos, medicinas, repuestos, materias primas, etc.
Para mantenerse en el poder, Chávez está empobreciendo dramáticamente a los venezolanos y haciéndolos pasar hambre. Lo mismo que en Cuba a lo largo de 44 años, quien tiene hambre no puede pensar en otra cosa que conseguir alimentos.
La seguridad personal de Chávez ha sido encomendada a agentes cubanos. Al mismo tiempo, oficiales venezolanos son enviados a Cuba para recibir entrenamiento y adoctrinamiento. Cubanos están apareciendo en oficinas del gobierno por toda Venezuela, como también en las escuelas, hospitales, en la industria petrolera y en el campo. La empresa cubana Alimport está encargada de las importaciones de alimentos, mientras que las compañías importadoras tradicionales no tienen acceso a dólares ni pueden suplir de materias primas a la industria de productos alimenticios. Esto empeora el desempleo y la clase media venezolana se empobrece. Los nuevos ricos son chavistas que meten la mano en el presupuesto nacional sin ningún control ni transparencia.
erojas@eluniversal.com
Hay unas preguntas que muchos nos hacemos: ¿Que epíteto les podemos dar a quienes propiciaron esas invasiones cubanas? ¿Donde están hoy en día?¿Se les puede acusar de Traición a la Patria?¿Son, o no son, delitos de LESA PATRIA? ¿Donde quedan nuestras Constituciones, viejas y nuevas? ¿Los muertos derivados de esas circunstancias quien los paga?