En la primavera de este año tuve la oportunidad de hacer el Camino de Santiago y, como evento especial, continué hacia Muxía y Fisterre y , para felicidad de este caminante, me vi acompañado por cinco maravillosas personas a quienes me aproxime en Negreira (las dos parejas) y en el tramo final hacia Muxía ( Maime). Cree uno ingenuamente que se comporta bien cumpliendo con todas las reglas de sociabilización y promete recordar los nombres, las fechas aniversarias, las direcciones de correos, la menudencia de esos momentos que tanto llenan nuestras vidas de caminantes. En lo tocante a direcciones, presumimos de haber escrito, entregado y recalcado sin fin de veces nuestra sacrosanta dirección; el tiempo nos da la realidad cuando las buenas amistades nos reclaman los errores en lo escrito, la inoperancia de los datos, el olvido… Nos pasamos el tiempo pensando en lo que pudo ser el detalle inoportuno de ultima hora que molestó a nuestros amigos.. finalmente, los recuerdos se agolpan en nuestra mente... felices momentos compartidos entre cansancio, sudor, ganas de comer, sueño… El otro detalle es la gente de la Casa Manolo, el Señor José, Alejandro, María y Ramón, Walf, Evaristo, Néstor, la gente de Hosvol… y paremos de contar porque hemos de tener en cuenta al Dr. Aloise, habitual compañero quien se adueña de los recuerdos…