2014/02/17

8292.- Algo esta pasando...

Algo está pasando... (tuitéalo)


El fuerte cacerolazo en las zonas populares debería llevarlos a replantear su posición

MARÍA ISABEL PÁRRAGA B. | EL UNIVERSAL
lunes 17 de febrero de 2014 12:00 AM
Cuando el gobierno se llena la boca grande, corrosiva, enorme, tragando todo con su odio, escupiendo las palabras "golpe, fascismo y terrorismo" como un leit motiv que justifica el terror que sus cuerpos militares, policiales y descaradamente los "parapoliciales" están ejerciendo en el "tiempo real" que escribimos este artículo, después de dos días de tremenda tensión en el país, muchos se están preguntando si no es éste un callejón sin salida. Y a estas alturas el régimen sigue sin entender "la naturaleza de las cosas" o tal vez lo comprende tan bien que el frío sudor del miedo les recorre el cuerpo cegando el entendimiento para una revisión de sus actos. El poder es así, prepotente. Así se sienten: "tenemos las armas, tenemos quien las use sin el menor pudor de dañar al prójimo, tenemos dinero, poseemos los resortes para amedrentar llámense medios, empresarios, países amigos dependientes de la petrochequera, tenemos obviamente todas las instituciones, los tenemos a todos ustedes agarrados por el cuello... ". Sin embargo, es allí donde se equivocan... No tienen el futuro... 

Este está en las calles, en cada muchacho, y otros que no lo son tanto quienes están decididos a hacerse sentir... Hay quienes señalan que esto no va para ningún lado, que lo que estamos viviendo es un fenómeno sifrino de unos muchachitos jugando a su "primavera venezolana". Pues bien, hay que revisar ese prejuicio. Son universitarios sí, pero la gran mayoría hijos de esa clase trabajadora que viniendo de las zonas más populares del país ha dado todo para que sus muchachos logren sus sueños a través de la educación. Son los que tienen muy difícil la opción de "irse del país" y saben que si quieren soñar con el futuro deben plantarle la cara a este presente. Tal vez muchos no estamos viendo esa parte de la historia y nos quedamos enfrascados en la diatriba de si los dirigentes políticos han debido o no convocar "a la calle" y si tienen razón los leopoldistas o los caprilistas. 

A estas alturas eso parece importar muy poco. La dinámica de los acontecimientos (por lo menos hasta las 6 de la mañana del viernes 14) está desarrollándose solita. Es difícil aventurar un escenario pero lo cierto es que la represión brutal del régimen pareciera ser gasolina para la protesta generalizada y la vergüenza de la autocensura de los medios ha activado a buena parte de la colectividad en "redes informativas y solidarias" que lejos de dispersar están unificando el movimiento. Para quienes afirmaban hasta ayer que este era un asunto "sifrino" el fuerte cacerolazo en las zonas populares (incluso en el 23 de Enero frente a los tupas) debería llevarlos a replantear su posición. Todos sufrimos por las mismas cosas y quien menos tiene, las sufre más... Esta "¿revolución?" no será televisada, pero "algo" que le da mucho miedo al gobierno está pasando en las calles... 

8291.- FAPUV

Se pronunció la FAPUV.Para que lo compartas con toda la comunidad universitaria...
Dirigido. A las Autoridades universitarias y Juntas Directivas de las Asociaciones de Profesores. 
"Los ‪#‎Estudiantes‬ demostraron su apoyo en el conflicto que atravesamos la segunda mitad del año 2013 y gracias a ellos logramos que se nos reconociera como gremio e impedimos que nos fuera impuesta una ideología socialista a través de la convención colectiva única. Estos mismos jóvenes hoy valientemente han salido a dar la cara, no por nosotros solamente esta vez, sino por Venezuela. Lo que muchos han criticado sobre una juventud superflua y conformista, queda rebatido por la actitud de estos verdaderos defensores de la democracia. Estos mismos jóvenes que han sido reprimidos, detenidos, torturados y algunos vilmente asesinados, en las protestas que actualmente se desarrollan en el páis, nos exigen lo que es nuestro deber moral y es APOYARLOS. Ellos no están ausentes de la universidad, están haciendo presente el espíritu universitario por toda Venezuela, representándonos dignamente, con coraje y valentía, convencidos de que los ideales de democracia, autonomía y pluralidad de los cuales hacemos alarde los universitarios, sean su bandera en esta lucha. Las aulas están vacías porque ellos están ocupados, libremente lo hacen y lo hacen por ustedes y por mi. Si ellos piden que los apoyemos, ¿no estamos nosotros obligados a hacerlo? Por mi parte los apoyo total e incondicionalmente y espero que las autoridades y gremios universitarios también.Dios bendiga a los estudiantes, vamos a la calle con ellos a protegerlos y fortalecerlos.
Lourdes Ramírez de Viloria. 
FAPUV asume este mensaje para la comunidad universitaria

8290.- Canto de los hijos en Marcha.-


Marylee Henriquez compartió la foto de Jesús Semprún.
PARA LEER EN ESTOS TIEMPOS DE INTRANQUILIDAD QUE ESTA VIVIENDO VENEZUELA.
Cortesia del Dr.Jesus Semprum-Miembro de la Academia de La Historia del Estado Zulia.

CANTO DE LOS HIJOS EN MARCHA

Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras;
que no vengan todos a pasar la noche
rumiando pesares, mientras tú me lloras;
que no esté la sala con los cuatro cirios
y yo en una urna, mirando hacia arriba;
que no estén las mesas llenas de remedios,
que no esté el pañuelo cubriéndome el rostro,
que no venga el mozo con la tarjetera,
ni cuelguen las flores de los candelabros
ni estén mis hermanas llorando en la sala,
ni estés tú sentada, con tu ropa nueva.
Madre, si me matan,
que no venga el hombre de las sillas negras.

Lléname la casa de hombres y mujeres
que cuenten el último amor de su vida;
que ardan en la sala flores impetuosas,
que en dos grandes copas quemen melaleuca,
que toquen violines el sueño de Schuman;
los frascos rebosen de vino y perfumes;
que me miren todos, que se digan todos
que tengo una cara de soldado muerto.

Lléname la casa
de flores regaladas, como en una selva.
Déjame en tu cuarto, cerca de tu cama;
con mis cuatro hermanas, hagamos consejo;
tenme de la mano, tenme de los labios,
como aquella noche de mi padre muerto,
y al cabo, dormidos iremos quedando,
uno con su muerte y otro con su sueño.

Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros,
con sus dos caballos gordos y pesados,
como de levita, como del Gobierno.

Que si traen caballos, traigan dos potrillos
finos de cabeza, delgados de remos,
que vayan saltando con claros relinchos,
como si apostaran cuál llega primero.
Que parezca, madre,
que voy a salirme de la caja negra
y a saltar al lomo del mejor caballo
y a volver al fuego.
Madre, si me matan,
que no venga el coche para los entierros.

Madres, si me matan,
y muero en los bosques o en mitad del llano,
pide a los soldados que te den tu muerto;
que los labradores y las labradoras
y tú y mis hermanas, derramando flores,
hasta un pueblo manso se lleven mi cuerpo;
que con unos juncos hagan angarillas,
que pongan mastranto y hojas y cayenas
y que así me lleven hasta un cementerio
con cerca de alambres y enredaderas.
Y cuando pasen los años
tráeme a mi pedazo, junto al padre muerto
y allí, que me pongan donde a ti te pongan,
en tu misma fosa y a tu lado izquierdo.
Madre, si me matan,
pide a los soldados que te den tu muerto.

Madre, si me matan, no me entierres todo,
de la herida abierta sácame una gota,
de la honda melena sácame una trenza;
cuando tengas frío, quémate en mi brasa;
cuando no respires, suelta mi tormenta.
Madre, si me matan, no me entierres todo.

Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo
y esa pobre mano por la que me matan,
pónmela en la herida por la que me muero.

Llora en un pañuelo que no tenga encajes;
ponme tu pañuelo
bajo la cabeza, triste todavía
por las despedida del último sueño,
bajo la cabeza como casa sola,
densa de un perfume de inquilino muerto.

Si vienen mujeres, diles, sin sollozos:
-¡Si hablara, qué lindas cosas te diría!
Ábreme la herida, ciérrame los ojos...

Y una palabra: JUSTICIA
escriban sobre la tumba
Y un domingo, con sol afuera,
vengan la Madre y las Hermanas
y sonrían a la hermosa tumba
con nardos, violetas y helechos de agua
y hombres y mujeres del pueblo cercano
que digan mi nombre como de su casa
y alcen a los cielos cantos de victoria,
Madre, si me matan.
(Mayo de 1929)

Andrés Eloy Blanco

8289.- Opiniones

Oscar Arias Sánchez
Ex Presidente de la República de Costa Rica
Premio Nobel de la Paz 1987
San José, 13 de febrero de 2014

Quiero sumar mi voz a un coro de preocupación que recorre buena parte de nuestra América. Miles de estudiantes y opositores al gobierno del Presidente Nicolás Maduro en Venezuela fueron brutalmente atacados con armas de fuego por los cuerpos de seguridad. Tres personas murieron y al menos 26 han resultado heridas al finalizar una serie de protestas en Caracas y otras ciudades venezolanas.

En ningún país verdaderamente democrático uno va a prisión o es asesinado por pensar distinto o por querer manifestar su oposición a las políticas del gobierno. Venezuela puede hacer todos los esfuerzos de oratoria que desee para vender la idea de que es una verdadera democracia, pero con cada violación a los derechos humanos que comete niega en la práctica esa afirmación, porque reprime la crítica y la disidencia. Todo gobierno que respete los derechos humanos debe respetar el derecho de su pueblo a manifestarse pacíficamente. El uso de la violencia es inaceptable. Recordemos la advertencia de Gandhi: “ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

Siempre he luchado por la democracia y estoy convencido de que en una democracia, si uno no tiene oposición debe crearla, no reprimirla y condenarla a un infierno de persecución, que es lo que parece hacer el gobierno del Presidente Maduro. Venezuela debe respetar los derechos humanos, sobre todo los derechos de sus opositores, porque no tiene ningún mérito respetar sólo los derechos de sus partidarios. 

En algún momento de su vida dijo Martin Luther King Jr. que “…los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que en un período de crisis moral mantuvieron su neutralidad. Llega el momento en que el silencio se convierte en traición”. Por ello estoy consciente de que al hacer estas afirmaciones me expongo a todo tipo de críticas de parte del Gobierno venezolano. Me acusarán de inmiscuirme en asuntos internos, de irrespetar su soberanía y, casi con certeza, de ser un lacayo del imperio. Sin duda, soy un lacayo del imperio: del imperio de la razón, de la cordura, de la compasión y de la libertad. No voy a callarme cuando se vulneran los derechos humanos. No voy a callarme cuando la sola existencia de un gobierno como el de Venezuela es una afrenta a la democracia. No voy a callarme cuando se pone en jaque la vida de seres humanos, por defender sus derechos ciudadanos. He vivido lo suficiente para saber que no hay nada peor que tener miedo a decir la verdad.