VenEconomía Opina 14 de agosto 2012
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Aunque los datos finales del Censo 2011 no se conocerán sino hasta diciembre de este año, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha venido dando a conocer por goteo algunos resultados de esta medición nacional de la población y la vivienda.
La semana pasada el INE divulgó que la tasa de analfabetismo estaba en 4,9% en el 2011, lo cual sería una leve mejoría con respecto al 6,4% del Censo de 2001.
De cierto modo es lógico que la tasa de analfabetismo vaya bajando con el correr de los años, ya que es en la población mayor de 55 años donde se concentra el mayor número de venezolanos que no saben leer y escribir. Un segmento etario con mayor índice de decrecimiento natural.
Pero, lo que más preocupa de las gotitas estadísticas que devela el INE es el alto analfabetismo que se mantiene en las personas de 10 a 25 años el cual es del 2,4%, apenas 0,4 menos que el 2,8% registrado en 2001. Esto quiere decir que un importante número de adolescentes y jóvenes venezolanos no están recibiendo la educación que deberían.
Así, las gotitas estadísticas del INE ponen de manifiesto que el Gobierno y sus autoridades educativas han mentido consuetudinariamente al afirmar que Venezuela desde 2005 es “territorio libre de analfabetismo”. También confirmarían las denuncias de un gran número de analistas sobre el fraude educativo de la revolución, y que las diversas misiones educativas han sido utilizadas no para darle instrucción a la población sino como herramienta de adoctrinamiento e ideologización.
Actualmente se calcula que unos cuatro millones de niños y jóvenes no están escolarizados, según cifras de la Fundación Arturo Uslar Pietri (FAUP). Lo que se aúna a que investigaciones del Grupo Consultor ODH indican que la Misión Ribas, que está dirigida a la educación media y diversificada, tiene un alto nivel de deserción (sólo 3,5% de los ingresados se gradúa).
La esperanza de un futuro de progreso y bienestar se aleja cuando a todo esto se le añade que una gran mayoría de niños y jóvenes que participan en el programa de Escuelas Bolivarianas, están insertos en un clima escolar de alto índice de violencia y deficientes relaciones de los maestros con los alumnos y los padres. Factor que incide en la baja calidad del aprendizaje, según reveló una investigación de la Federación Venezolana de Maestros (FVM).
Irán a decir que estas conclusiones parciales son mentiras prejuiciadas?