De golpe y porrazo me encontré con Manuel en un estacionamiento. Mucho tiempo había pasado desde la vez que anduvimos juntos por la montaña y terminamos almorzando familiarmente en aquel restaurante típico de nuestra ciudad.
Reencuentro de montañistas donde lo primero que se precisa es el listado de sitios de montaña que últimamente hemos visitado y luego, en orden muy importante, la familia, la salud y… los proyectos, eso aun si el encuentro es de milésimas de segundo. Pero da resultado, por aquello de respetar la privacidad de cada quien, por respetar el sagrado silencio de las metas inalcanzables, por respetar el aliento de los amigos, aliento normal por lo general y, como fue este el caso, aliento postrero del buen amigo común que está recién ido. Instantáneo es el vinculo para una próxima reunión, visita, llamada, y ahora con el internet, obligante la búsqueda de las paginas de cada uno.
La pagina de Manuel, otro logro alcanzado por estas personas que dan su vida con el esfuerzo familiar, la ventana al mundo informático de su empresa, esa que se dan en llamar “Industria artesanal”, esa que me ha permitido dar tantos pasos dentro y fuera de la Patria, disfrutando la fortuna de portar equipos de primerísima calidad y belleza. He sido victima de miradas envidiosas por el morral que con tanto orgullo llevo en mis hombros al efectuar esas caminatas. Y hablo solo del morral por cuanto es lo que tengo, lo que porto, lo que mejor conozco, de lo que puedo dar fe.
Pues… la pagina esta muy bien montada, es llamativa, se buscaron unos ojos que llamaran la atención y… lo consiguieron, sin buscarlos muy lejos.
La Pagina, llena de información de todo tipo, relacionada, claro está, con lo que es la vida del montañista industrializado que no se queda tras la puerta, sino que sale al mundo a buscar nuevos retos de supervivencia y éxito. Esta pagina fue mi guía para enterarme de las actividades que, en pro del montañismo para toda edad, están realizando los integrantes de esta familia.
En lo que muestran como misión nos cuentan que la suya es, entre otras actividades:
¡Apoyar al montañismo y al rescate como actividades que enaltecen al ser humano!
Continuar creciendo junto a las actividades al aire libre que cada día tengan más apoyo en Venezuela y Sur América. Para ello crear redes comunicacionales para llegar a más personas afines al montañismo, excursionismo y el rescate participando activamente en tareas educativas, de esparcimiento y de ecología. Expedición Andina cree en el montañismo como una actividad para llenar el espíritu y el alma. Cuando recorres la naturaleza protegido con equipos Expedición Andina, tu salud mejora pero más aun tu espíritu se llena de luz, la luz de las montañas, y se fortalece con las experiencias al aire libre.
Una de esas actividades esta ligada al Centro de Desarrollo Integral y el Club de Montañismo; tuve la oportunidad de acompañarles a la excursión del pasado 14NOV a La Culata y quede impresionado por la disciplina, las medidas de seguridad y por el altísimo espíritu de “caminantes de montaña” demostrado por todos cuantos asistieron. El compañerismo en todas sus formas estuvo presente aupando, animando, motivando y demás “andos”. Adicionalmente, es bueno decirlo, me impresionó la capacidad de marcha que han ido obteniendo con tantas salidas en tres años. Respetando las personalidades, no es un “Club de Viejitas Dulces”, es una agrupación de personas de todas las edades, unidas en la mira común de mejorar la calidad de vida individual mediante el ejercicio sano, orientado y seguro, en un clima de convivencia donde los beneficios no se limitan a los integrantes sino que, en la terapia relajante del hacer el bien, se prodigan hacia otros núcleos humanos llevándoles ayuda y comprensión.
Es impresionante escuchar los nombres de los sitios donde han estado en estas actividades de montaña, hasta El Roraima se escucha, el Pico Humboldt… en total 36 salidas en tres años, ya quisieran muchos grupos tener esta frecuencia anual… disciplina, programación y paciencia.
Al termino de la excursión se nos pidió que dijésemos solo tres palabras cada uno, sumariando la actividad.
De repetir, pronunciaría esas tres: disciplina, programación, paciencia… realmente compendian el nervio de lo hecho, lo demás es la tela de araña del compartir entre adultos, la comprensión y el deseo de comunicarse de las personas.
Y hasta allí llegamos, por ese día fuimos hasta el segundo refugio, en la vía hacia Las Cascadas.
Espero que me lleguen las fotos de las cámaras de los participantes para publicarlas.
y aquí comienzan a llegar, primero algunas que tomaron la salida anterior cuando subieron por Las Crestas
y ahora llegan tres más: