Tras días sin decidirme a finalmente colocar en negritas las ideas, ahora, cuando ya tengo una pequeña esperanza de obtener el efectivo que me corresponde para salir de viaje, y ya puedo tratar de meditar un poco mas a fondo todo esto que esta pasando y a lo que no veo con claridad una salida honrosa para nadie, entonces, tomo en mi mano la pluma (como leíamos en siglos anteriores a los maestros que escribían…).
Por una parte pareciera que todas las disposiciones tomadas por los bandos, son de honor, o sea que no tienen vuelta atrás… pareciera que hemos de demostrarnos que estamos dispuestos a llegar hasta las ultimas consecuencias con tal de no perder la apariencia de orgullo.
Creo que no estamos tomando en serio la cada día mas volátil situación del país, a mi manera de ver las consecuencias de cualquier acción derivarán en un holocausto sangriento y, ante esa eventualidad, aterra pensar en las decisiones que cada uno tendrá que tomar, dado que será una situación de aterradora soledad.
He tratado de dejar cubiertas las posibilidades normales adquiriendo las pólizas que brinden un poco de seguridad a la familia, con la salvedad realística de que en caso de motines y terrorismo estas pólizas quedan para empapelar paredes si es que existe un orden que le de continuidad a la vida ciudadana. Pero en todo caso, no son las pólizas las que volverán a dar vida a los cadáveres.
Tal como en la guerra, las comunicaciones están cortadas, parece no existir deseo de reanudarlas y aunque a veces lo menciono como chiste, pareciera que en cualquier momento recibiremos un email diciéndonos que no volvamos. En este plan hemos estado desde hace mucho tiempo y, mas específicamente, desde que hubo el paro petrolero, hace ya varios años.
Realmente no sabemos que hacer, hay muchas alternativas que considerar, posibilidades que no son las únicas, en modo alguno… A veces pienso que tal vez lo mejor sea buscar ayuda profesional que permita que abramos la puerta y dejemos “entrar la paciencia” y “enfrentar el aburrimiento”… total que ya la edad comienza a decirnos que debemos buscar un cuartel para el invierno, que estamos a punto de necesitar apoyo medico continuo.
Los ejemplos no han sido de ayuda… resulta que ahora es una lastima que hayamos nacimos en una época privilegiada y que estemos acostumbramos a ver la vida de una forma tan positiva que, ahora, se nos hace difícil comenzar de nuevo cada día en la medida en que revientan los casos inverosímiles de desidia, corrupción, manejos dolosos, intemperancia y desorden.
Lo que podría unirnos, nos separa cada vez con mayor fuerza.
Hasta ver fotos de pueblos miserables en otros países, brillando por su aseo… hasta ver fotos de caminos y lugares maravillosos, como fueron los de nuestra juventud y siempre hemos deseado que sean nuestros paisajes normales… acciones así se convierten en un acto de frustración…
Hasta el problema que estamos viviendo con el agua; al momento de escribir estas líneas se habían cumplido 81 días sin que nos llegara la menor cantidad por el “sistema” que tenemos en el cerro. El problema del abastecimiento del fluido eléctrico no tiene justificación posible en un país rico en energía de todo tipo. ¡Pero como pelear contra quienes actúan a la mala de Dios y luego pasan el resto de la vida justificando, en otros, la causa de que lo que hicieron sin pensar, condujo a peores males? Ni que hablar del caso de los containers.
Es una vergüenza nacional.
Y con lo de las Juntas Comunales viví una anécdota que paso a referirles: Un grupo de vecinos del cerro en que vivo me propuso que me postulara como candidato a una de las posiciones dentro de la Junta. Observando el fervor de los proponentes les acepté la idea y el día de la formalización me encontré con que en el formato que, ilegal pero obligatoriamente, deben llenar los postulados, exigido por FUNDACOMUNAL, el postulante se compromete a fomentar el SOCIALISMO. Esto es inconstitucional. Como comprenderán, hasta allí llegaron las acciones de este servidor en el sentido de esa elección popular. Al despedirme de la reunión expresé mi malestar por la ya acostumbrada doble moral que esta floreciendo en nuestra sociedad… si para que les paguen las llamadas Misiones, tienen que inscribirse en el Partido, se inscriben… con la idea de no votar por ellos después… (¡?¡?)
Como explicarles a mis hijos y a quienes fueron alumnos en los cursos que dicté que, por satisfacer alguna vanidad personal, “aparecer como candidato en alguna elección”,o por “recibir un dinero mensual de una Misión”, o por “hacer negocios” me comprometa, “sobre un papel” como dicen algunos para quitarle realidad, a despreciar los principios de patria, libertad, decoro, institucionalidad, decencia, humanidad, familia, educación, justicia, igualdad, fraternidad, derechos humanos, con los que la HUMANIDAD ha venido avanzando, para fomentar la idea de retrotraernos hacia la barbarie evidente de los países inmersos en tal ideología?
Mis hijos, tal como toda mi familia, se han levantado en una patria donde no había limites para el crecimiento. Cada uno de nosotros es una muestra de la posibilidad y del logro. Somos lo que hemos alcanzado por nosotros mismos, sin ser puristas ni radicales. Crecimos en una familia de libre pensadores y, repito, somos lo que somos, poco o nada, por nuestra grandísima voluntad. Hemos trabajado toda la vida, desde que mi Madre me encontrara fumando el 3 de agosto de 1951 y tomara la decisión de ponerme a trabajar al día siguiente pues “…ya tiene vicios y debe saber mantenerlos…”. Así que mis estudios en el Colegio San José fueron el producto consiente de mis horas de trabajo, haciendolo en donde pude encontrar como hacerlo, sin alharacas y sin lloros. Yo quería lanzar cohetes y me tracé un plan para ello y con la mirada en el futuro busqué el como, el cuando, el donde, y el con que. Han pasado 59 años de ese encuentro con mi queridísima Madre y todavía hoy no se como agradecerle su muy sabia decisión. Y lanzamos cohetes. No nos hemos ganado un Nobel, No somos potentados ni millonarios, No somos grandes figuras de los medios. Somos la misma gente que hemos sido toda la vida. Tenemos nuestros mismos amigos. Nunca medimos el “quien” con el “cuanto tiene”, nunca medimos el merito por los apellidos ni por el currículo, somos fervientes seguidores de la frase anónima “A quien Natura no da, Salamanca no presta”. eso lo aprendimos en la PATRIA que nos vio nacer. Contra eso no voy… ni ahora ni nunca.