VenEconomía Opina, 20 de septiembre de 2012
El abuso de poder, los atajos hegemónicos y las zancadillas electorales han sido el leitmotiv del Gobierno de Hugo Chávez desde los primeros comicios realizados en la era castrochavista. Para dar una idea basta citar sólo cuatro de las decenas de bandolerismos revolucionarios: 1) Amañar el proceso de elección de los rectores del CNE para imponer su hegemonía de 4 a 1 en el ente comicial. 2) Devolver las firmas recogidas para convocar el Referendo Revocatorio y demorar el proceso hasta el límite que le permitiera voltear a fuerza de misiones un clima electoral que les era adverso. 3) Inhabilitar por razones espurias a dirigentes de la oposición para impedirles su postulación a puestos de elección popular. 4) Usar a sus grupos violentos para alejar a los votantes de los centros de votación.
Sin embargo, el desafuero acontecido hasta ahora se quedará corto con la guerra sucia asimétrica de esta contienda donde Hugo Chávez se está jugando a Rosalinda.
Aparte de los abusos del ventajismo, las mentiras y la violencia, el chavismo también ha emprendido una guerra sucia.
Para comenzar, el ex gobernador David de Lima reapareció en la palestra pública con un documento apócrifo que aseguró eran “las políticas económicas neoliberales salvajes” que Henrique Capriles Radonski pondría en marcha si ganaba la Presidencia de la República. A su coro se le sumó el diputado de Un Nuevo Tiempo, William Ojeda, quien ha ido y venido de un extremo a otro buscando un puesto de alcalde. Así como también lo coreó el ex constitucionalista, Hermánn Escarrá, mediante unas declaraciones guabinosas donde dice respaldar a la Unidad Democrática pero a la par asegurar que el estilo y vocabulario del documento demuestran que fue redactado por alguien de la MUD.
Capriles y la MUD desmintieron la autoría del documento presentado por de Lima e invitaron a conocer las verdaderas propuestas económicas de la Unidad Democrática en el sitio web del Comando Venezuela (http://hayuncamino.com).
Luego los chavistas intentaron crear una percepción de estampida y ruptura de la Unidad Democrática con el anuncio del retiro del tarjetón electoral de cuatro mini partidos (Piedra,Cambio Pana, Manos por Venezuela y Unidad Venezuela). La emboscada fue abortada primero, cuando el secretario de Finanzas del partido Piedra, Ricardo Koesling, desmintió al Secretario General del partido, Leonardo Chirinos, y la dirección del partido ratificó el apoyo de Piedra a Capriles; y cuando representantes de otro mini-partido político denunciaron que el ex gobernador David de Lima les había ofrecido $200.000 para abandonar a Capriles.
Pero, el ardid que venía con más veneno es el video (ilegal pues fue grabado sin su autorización) que le hicieran al diputado de Primero Justicia, Juan Carlos Caldera, mientras recibía dinero de un emisario enviado por el empresario chavista Wilmer Ruperti. Esa bala venía dirigida a enlodar a Capriles en hechos de corrupción, pero el tiro le salió por la culata: 1) con la rápida y contundente respuesta de Capriles anunciando la separación de Caldera de toda responsabilidad en la Campaña y pidiendo fuera investigado. 2) Con la separación de Caldera de la militancia de PJ mientras se investigan los hechos. 3) Con el temple de Caldera al dar la cara, asumir su responsabilidad, separarse de su diputación y afrontar una investigación que se sabe de antemano será manipulada por los diputados y jueces del horror.
Mientras, Capriles continua sin pausa su exitoso caminar por los pueblos y barriadas de Venezuela, sorteando piedras, botellas y bombas molotov contra los simpatizantes del candidato, lanzadas por grupúsculos violentos del chavismo que saben ya que Chávez se quedará sin Rosalinda y sin sus corotos el 7 de octubre.