Producción nacional: la solución
DAVID UZCÁTEGUI | EL UNIVERSAL
miércoles 17 de diciembre de 2014 12:00 AM
No hay manera de obviar el escenario sumamente complejo que estamos atravesando los venezolanos en el momento actual. La sostenida baja de los precios del petróleo limita el ingreso de dólares al país, mientras las instancias encargadas lucen insuficientes para liquidar las divisas a las tasas oficial y Sicad I.
Una de las trampas que pone en el camino el hecho de ser un país petrolero, es la tentación de adquirir todo afuera y producir muy poco en casa. Hay dinero para comprar lo que se desee al precio que sea, sobre todo cuando el tipo de cambio es favorable a la importación más que a la producción, lo cual ha sido el caso venezolano.
Y lamentablemente no es la primera vez que cometemos este error como país. Quienes acusan a los venezolanos de tener memoria corta, no dejan de tener razón. Esto tiene que ver mucho con aquel famoso editorial de Arturo Uslar Pietri que se titulaba "Sembrar el petróleo" y que hemos citado en más de una oportunidad en esta tribuna, justamente por no haber sido escuchado, ni en su momento ni a posteriori.
Otro gallo cantaría si el abundante ingreso petrolero se hubiera "sembrado", es decir, si se hubiera invertido en robustecer la producción nacional, en generar la infraestructura y el talento para producir aquí lo que necesitamos.
Pero el facilismo y el inmediatismo -el de antes y el de ahora- nos han hecho cometer una y otra vez el mismo error como país. Insólitamente, nuestros ciclos de altos ingresos debilitan la producción nacional, y las épocas de vacas flacas -como la que inexorablemente parece venir- nos toman sin dinero para comprar afuera y sin infraestructura para producir aquí.
Pareciera que este razonamiento en el momento actual es llorar sobre la leche derramada; pero no es así. Quien observe su entorno con agudeza, podrá encontrar siempre venezolanos creativos y trabajadores que le han apostado a la creatividad en escenarios adversos y que continúan siendo productivos aunque tengan que agarrarse de un clavo caliente para poder seguir adelante.
El proverbial ingenio del venezolanos se ha puesto a prueba en estos días, cuando quienes aún le apuestan a la producción nacional tienen que ingeniárselas para conseguir materia prima, conseguir permisología, lidiar con entornos jurídicos que no la ponen fácil y finalmente convivir con un sistema cambiario complejo, que ofrece una moneda preferencial a la cual no siempre se puede tener acceso aunque se cumplan todos los requisitos.
Si eso no es contar con gente trabajadora, valiente y verdaderamente heroica, entonces no sabemos qué es. El recurso humano, que es lo más importante, está aquí, y está dispuesto a salir adelante por encima de las dificultades.
Falta, eso sí, que quienes hoy administran al país dejen de poner el foco en el problema y comiencen a apuntalar las soluciones.
Todo el entramado económico de Venezuela está marchando en una dirección equivocada. Somos muchos quienes llevamos años señalándolo, pero no se nos ha escuchado. Aquí no se trata de izquierdas ni de derechas, se trata de hacerlo mal o bien. Y todos los venezolanos estamos interesados en que se haga bien. No se le apuesta al fracaso del gobierno; pero sí es necesario reiterar el llamado a pensar en soluciones alternativas. Una de ellas es la producción nacional. Los emprendedores los tenemos. Nada más falta apoyarlos.
duzcategui06@gmail.com
Una de las trampas que pone en el camino el hecho de ser un país petrolero, es la tentación de adquirir todo afuera y producir muy poco en casa. Hay dinero para comprar lo que se desee al precio que sea, sobre todo cuando el tipo de cambio es favorable a la importación más que a la producción, lo cual ha sido el caso venezolano.
Y lamentablemente no es la primera vez que cometemos este error como país. Quienes acusan a los venezolanos de tener memoria corta, no dejan de tener razón. Esto tiene que ver mucho con aquel famoso editorial de Arturo Uslar Pietri que se titulaba "Sembrar el petróleo" y que hemos citado en más de una oportunidad en esta tribuna, justamente por no haber sido escuchado, ni en su momento ni a posteriori.
Otro gallo cantaría si el abundante ingreso petrolero se hubiera "sembrado", es decir, si se hubiera invertido en robustecer la producción nacional, en generar la infraestructura y el talento para producir aquí lo que necesitamos.
Pero el facilismo y el inmediatismo -el de antes y el de ahora- nos han hecho cometer una y otra vez el mismo error como país. Insólitamente, nuestros ciclos de altos ingresos debilitan la producción nacional, y las épocas de vacas flacas -como la que inexorablemente parece venir- nos toman sin dinero para comprar afuera y sin infraestructura para producir aquí.
Pareciera que este razonamiento en el momento actual es llorar sobre la leche derramada; pero no es así. Quien observe su entorno con agudeza, podrá encontrar siempre venezolanos creativos y trabajadores que le han apostado a la creatividad en escenarios adversos y que continúan siendo productivos aunque tengan que agarrarse de un clavo caliente para poder seguir adelante.
El proverbial ingenio del venezolanos se ha puesto a prueba en estos días, cuando quienes aún le apuestan a la producción nacional tienen que ingeniárselas para conseguir materia prima, conseguir permisología, lidiar con entornos jurídicos que no la ponen fácil y finalmente convivir con un sistema cambiario complejo, que ofrece una moneda preferencial a la cual no siempre se puede tener acceso aunque se cumplan todos los requisitos.
Si eso no es contar con gente trabajadora, valiente y verdaderamente heroica, entonces no sabemos qué es. El recurso humano, que es lo más importante, está aquí, y está dispuesto a salir adelante por encima de las dificultades.
Falta, eso sí, que quienes hoy administran al país dejen de poner el foco en el problema y comiencen a apuntalar las soluciones.
Todo el entramado económico de Venezuela está marchando en una dirección equivocada. Somos muchos quienes llevamos años señalándolo, pero no se nos ha escuchado. Aquí no se trata de izquierdas ni de derechas, se trata de hacerlo mal o bien. Y todos los venezolanos estamos interesados en que se haga bien. No se le apuesta al fracaso del gobierno; pero sí es necesario reiterar el llamado a pensar en soluciones alternativas. Una de ellas es la producción nacional. Los emprendedores los tenemos. Nada más falta apoyarlos.
duzcategui06@gmail.com