El dolor en el Camino.
Cuando veo una foto de un pié con dos o tres ampollas o una pequeña herida y una persona joven y sana, explicando que no puede más y se tiene que retirar del Camino, me acuerdo de Nicole
Hace ya algunos años en uno de mis Caminos avanzaba hacia Santiago con mas dificultades que de costumbre, ya que además de mis habituales ampollas que me han acompañado en todos los caminos, había que sumar una distensión muscular que me obligaban a andar con la ayuda de mi bordón, entonces tuve la suerte de conocer a Nicole.
Nicole es una mujer francesa, de color que en aquel momento rondaba los 70 años y podía pesar unos 90 kilos, calzaba unas sandalias con ambos pies vendados, caminaba muy despacio y con enorme dificultad, apoyada en dos bastones de madera.
Nicole tenía por costumbre salir una o dos horas antes que el resto de peregrinos, y solo se detenía para curar sus maltrechos pies o tomar algún tentempié sentada junto al camino. Cuando pasabas junto a ella siempre te regalaba una bella sonrisa, deseándote buen camino y sin expresar una sola queja.
Llegaba la última, bien entrada la tarde y al día siguiente salía la primera.
Día a día consiguió llegar a Santiago haciendo las mismas etapas que el resto de peregrinos, pero dedicándole mucho mas esfuerzo y horas.
Cuando la encontré en Santiago nos felicitamos por haber concluido el Camino, una vez mas me dedicó un abrazo y una sonrisa. Nunca la vi llorar, pero a mi se me encristalaron los ojos.
Cuando el dolor o las dificultades han aparecido en mis posteriores caminos, recuerdo a Nicole y me lleno de energía, sé que puedo llegar hasta el fin del mundo.
Buen Camino Nicole!!!