Los valores que debe tener la juventud
“Mis amigos rotarios me han puesto en la difícil, pero grata tarea, de decir unas palabras sobre los valores que deben acompañar a los jóvenes, para que el futuro les sea venturoso y puedan convertirse en hombres de bien, útiles a la sociedad en que viven. De más está decirles que me siento muy honrado de compartir este agradable auditorio formado por los mejores compañeros de las escuelas y colegios de la ciudad.
Les diré de entrada que, en la vida, dos aspectos son muy importantes para los jóvenes:
- una excelente formación profesional
- una buena conducta
La formación profesional es sustancial, porque el mundo actual es un mundo científico. La ciencia y la tecnología, se han introducido en todos los resquicios de la vida. Tener conocimientos e información es hoy un imperativo categórico. El conocimiento es un instrumento primordial, que les permitirá desempeñarse con solvencia en el trabajo, les otorgará amplias posibilidades y les concederá autoridad. La inopia, la carencia de conocimiento, hoy en día, es sinónimo de exclusión.
El otro aspecto importante es el comportamiento, la conducta que muestren en la vida y en la profesión. La conducta revela a las personas. Los antiguos griegos le otorgaban mucha importancia al comportamiento y sostenían —hace ya mas de dos mil años— que no solo se debía instruir en materias prácticas, sino también en normas de buena conducta.
Esta noción sigue siendo válida y para esta instrucción el hogar es la piedra fundamental. Luego viene el aula. Por lo tanto, los jóvenes tienen el compromiso de escuchar a padres y maestros cuando hablan de primordiales normas, principios y valores, que les permitirán desempeñarse con dignidad y decoro en cualquier lugar que el destino los ubique. La observación de los buenos ejemplos también es invalorable, porque enseñan más que mil palabras. Los buenos ejemplos se pueden encontrar en la familia, en la sociedad, en las vidas paradigmáticas y muchas veces hasta en la gente más humilde.
Pues bien, ¿cuales son esos valores que los jóvenes deben conocer y asumir?
Son múltiples. Pero ahora solo quiero mencionar algunos muy importantes. Sin ellos la comunidad se degrada y retrocede. No tengan la menor duda, la vida que es impiadosa, se encargará luego, de recompensar a los sensatos, que respetan los valores y de marginar a los insensatos, que los ignoran.
I.- Indiscutiblemente, el primer valor o norma de una conducta íntegra es la honestidad. La honestidad implica mesura, modestia, recato y sobriedad. La honestidad es ser fiel a la verdad y actuar siempre de buena fe. La honestidad expresa respeto por los demás y por uno mismo. Tiñe a las relaciones humanas de confianza y claridad. Toda actividad social o institucional decae o degenera cuando este valor está ausente o se introduce la impudicia.
II.- El segundo valor importante que deseo mencionar es la responsabilidad. Hace más de cuatro mil años, en la Mesopotamia, se descubrió la responsabilidad cuando pensaron que las malas acciones de los hombres eran castigadas por los dioses enviando los males. Se concluyó que el hombre es el culpable de sus males y debía, por lo tanto, asumir su responsabilidad por las consecuencias de sus actos. Incorporar el concepto constituyó un signo de madurez.
En la Biblia Adán muestra inmadurez al culpar a Eva por comer el fruto prohibido del Edén y Eva también muestra inmadurez al culpar a la serpiente. Caín, pretendiendo eludir su responsabilidad cuando se le preguntó por la suerte de Abel, respondió en forma sibilina: “Soy acaso el guardián de mi hermano”.
Los griegos decían que por más que lo intentemos no podemos eludir nuestra responsabilidad por las decisiones que tomamos. Y actualmente, en los países desarrollados, se mira a las personas irresponsables como desconsideradas y hasta peligrosas y no se aceptan excusas cuando las cosas salen mal.
Un ejemplo histórico de responsabilidad lo dio Sócrates. Encarcelado y condenado a muerte injustamente, se niega a escapar como le aconsejaba su amigo Critón, No quiere infringir la ley ateniense. Su argumentación es una invalorable lección sobre la responsabilidad y el respeto a los principios y las normas. Sócrates fue condenado a muerte, pero sus arteros acusadores fueron condenados por la posteridad a algo infinitamente peor. Fueron condenados a la ignominia.
III.- La valentía es otro valor importante que los jóvenes deben incorporar. Nos referimos a la valentía que sirve, no para agredir, sino para resistir las adversidades y sinsabores que nos puede deparar el destino. La noble valentía, que nos da fuerza para luchar y no dejarse vencer por los obstáculos.
También, el tipo de valentía que tuvieron Gandhi y Luther King, cuando encabezaban actos de protestas no violentas, para luchar contra la injusticia y la humillación que observaban en sus pueblos. Enseñaba Aristóteles que, al afrontar cosas terribles y resistir contra ellas, nos volvemos valientes y que el aumento de las dificultades acrecienta nuestra valentía y fortalece nuestra capacidad de resistencia.
IV.- Otro valor cardinal es la perseverancia. En casi todos los aspectos de la vida la perseverancia es fundamental para el éxito. Muchas cosas buenas que se pueden hacer, se pierden por titubeos, dudas y falta de determinación. Muchos obstáculos, que no se pueden superar de entrada, se superan cuando se persiste en el esfuerzo. Los jóvenes deben aprender a ser perseverantes.Es una virtud que debemos apreciar en alto grado. Tiene un valor enorme. Es una fuerza potente, en la experiencia humana.
Antes de Cristo, un general romano les decía a sus soldados que en la batalla la perseverancia es irresistible.
En el contexto adecuado y unida a la inteligencia, la perseverancia es un ingrediente esencial para el progreso individual. Los jóvenes deben saber que la perseverancia siempre rinde sus frutos. Cualquier dificultad se vence con perseverancia, que es claramente esfuerzo y constancia.
V.- La compasión, la bondad y la solidaridad. Cuando forman parte del carácter engalanan y ennoblecen la vida. No son virtudes de los timoratos, sino de los fuertes. El que las practica no debe esperar recompensa. La esencia que nutre estas virtudes es sentir la angustia ajena, es sentir piedad por el dolor ajeno.
Quiero recordarles un simple acto de compasión, que tuvo trascendencia histórica. Ese acto fue la decisión misericordiosa de la hija del faraón, de rescatar a un indefenso niño, que flotaba en una cesta en las aguas del Nilo. Ese simple acto de piedad salvó a Moisés, el adelantado que nos reveló, mas tarde, los diez mandamientos.
Se dice, que la compasión, infunde sentido a nuestra vida y que ningún acto de caridad es en vano y también, se apunta, que nos acercamos a Dios cuando la practicamos.
VI.- Un notable valor es la lealtad. Es una virtud eminente porque indica nobleza, constancia y tesón. Ser leal significa tener un nivel alto de apego a ideales, instituciones o personas con las que decidimos identificarnos. La lealtad resiste a los contratiempos y a las tentaciones. La persona leal inspira confianza y la confianza es muy valiosa. La lealtad es como el coraje; se manifiesta con mayor claridad cuando aparecen las dificultades. La lealtad es siempre gratificante. Especialmente la lealtad a los principios.
VII.- He dejado para el final,la amistad y el compañerismo. Son, sin duda, valores excelsos. Y los hemos mencionado al final, porque es fácil tener muchos amigos cuando se cuenta con todos los valores anteriores. La amistad y el compañerismo suelen surgir de afinidades espirituales, de metas e intereses comunes y de propósitos similares, que generan confianza y afecto. La amistad se fortalece por las vivencias compartidas, pero tiene sus exigencias: franqueza, lealtad, solidaridad y apertura.
Siempre encontraremos amistad si estamos dispuestos a dar afecto y solidaridad.
Se dice y con razón, que los buenos amigos elevan y los malos disminuyen. Es necesario saber que tener un buen amigo es tener un aliado incondicional, en las buenas y en las malas.
Quiero finalizar con un concepto del poeta inglés, Walter Foss. Él nos recuerda que estamos aquí para asistir a los demás en su viaje por la vida, y los amigos ayudan a transitar, con alegría y concordia, este veloz, esperanzado y misterioso viaje.
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Muchas gracias.”
Dr. Aldo Yunes Socio Honorario del RC de Santiago del Estero
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