2014/02/24

8301.- VENECONOMIA.-

24 de febrero de 2014

Irremediablemente ciego, sordo y torpe.

Nicolás Maduro y su séquito revolucionario están demostrando con creces que no saben ni pueden entender las señales de alarma que emergen por los cuatro costados en Venezuela. Tal parece que la epidemia del castrocomunismo cegó sus mentes y su entendimiento.
No han sabido leer que el pueblo está cansado de la inseguridad, de la corrupción, de la agobiante situación económica y el cerco al futuro.
Esa torpeza impidió que prestaran atención adecuada y le dieran respuestas creíbles a las exigencias de los estudiantes de ponerle coto a la inseguridad y delincuencia desbocada que había llegado a los recintos universitarios. Por el contrario, arremetió brutalmente contra sus manifestaciones pacíficas, apresó y maltrató a estudiantes y así despertó a un león herido.
En consecuencia el país lleva más de dos semanas en ebullición y generando un círculo vicioso, donde una nueva escalada de agresión contra los ciudadanos y sus viviendas, una nueva detención de manifestantes, una nueva denuncia de tortura y violación a los derechos humanos de civiles, un nuevo asesinato de jóvenes en manos de las fuerzas represivas del gobierno, genera más determinación en los manifestantes en no dejar las calles, se incrementa la espiral de manifestantes, ya no solo estudiantes, sino la sociedad civil como un todo. Hoy Venezuela está en un punto de quiebre de impredecibles repercusiones.
Si esto no fuese ya lo suficientemente preocupante para encender todo tipo de alarmas nacional e internacionalmente, el gobierno de Maduro mantiene la determinación de atornillar un régimen ajeno de las fuerzas del mercado, con políticas castrantes de la inversión y el desarrollo.
Así, por ejemplo, no ha rectificado ni una coma en su política de controlar precios y costos que está generando escasez mientras condena a las empresas a la bancarrota, dado que es imposible producir a pérdida, como lo establece la Ley de Precios Justos.
Para ñapa, decreta aun ajuste por inflación de la Unidad Tributaria que no mantiene relación con la inflación al ser aumentado en un 18,7% cuando la inflación de 2013 fue del 56,2%. Esto impactará los ingresos fiscales lo cual aumenta más el déficit del presupuesto a la vez que perjudica a los trabajadores que cuentan con los cesta-tickets como parte de su ingreso mensual.
Sigue en sus trece con una política cambiaria que ha estrangulado a todo el aparato productivo privado, al negarle o racionar groseramente las divisas para la adquisición de insumos, materia prima, maquinarias y todo tipo de producto o bien indispensable para mantener en marcha al país.
Inventa ahora un nuevo Sistema Complementario de Administración de Divisas (el SICAD II), supuestamente para flexibilizar el mercado mediante la compra de bonos de la República, que pueden ser negociados en divisas. Pero, según se informa, será todo lo contrario: en vez de dejar que sea el mercado quien ponga el precio de la divisa, impone que sea el gobierno el definidor. Por decirlo corto, seguirá la distorsión, la discrecionalidad y la galopante corrupción. Por ende, la sequía de divisas seguirá extinguiendo los inventarios de productos y bienes básicos, la escasez y la inflación seguirán a galope.
La ceguera, la sordera y la gran torpeza del gobierno lo condena irremediablemente al colapso.

8300.- Editorial de Cesar Miguel Rondón.- 20pts.


EL BAILE Y LA MUERTE

PUBLICADO EL 24/02/14 POR ANA FORERO EN EDITORIALES ETIQUETAS:
  Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Supongo, entonces, que dos imágenes han de decir muchísimo más.
La primera: baila una pareja. Por la manera como bailan uno podría sospechar que no lo hacen con frecuencia, no bailan muy bien. Ella es pequeña, se cubre con una gorra y guarda distancia frente al hombre que la leva en el baile. Éste mira al piso, que no es un detalle que identifique a un buen bailador. Pero, en todo caso, parece que se divierten, se divierten muchísimo. Es una foto de felicidad. La foto que esta al lado es una foto de tristeza: se abre un pasillo entre personas para que pueda llegar un féretro cubierto con el Pabellón Nacional; hay mucho dolor en un momento luctuoso como este.
  ¿Por qué estas dos fotografías están juntas? Es lo que usted ha de preguntarse. ¿Por qué se compara el baile de una pareja con un entierro? ¿Es qué acaso están relacionadas? Sí, cruel, terriblemente relacionadas.
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  Ocurre que en ese féretro va una joven estudiante venezolana que falleció por perdigones disparados a quema ropa por la Guardia Nacional Bolivariana, siguiendo instrucciones del Gobierno del bailarín de la foto anterior. Es decir, el hombre que baila es Nicolás Maduro, su pareja es su señora esposa, conocida como la Primera Combatiente Cilia Flores. Pues bien, eso de combatiente alude a combate. Podemos entonces pensar que la joven que va en la foto de al lado, es una victima, una baja de esos combates. En todo caso, todo esto ocurrió en Valencia, en el estado Carabobo, donde el Gobernador Ameliach había llamado a un “contra ataque fulminante”, y nos había dicho que la orden la daría Diosdado Cabello, quien, hasta la fecha, ha permanecido muy callado.
  En otras palabras, las fotos nos dicen -con demasiada crueldad- que unos celebran y bailan, mientras una familia, por culpa de la misma pareja que baila, está de luto enterrando a un familiar. Esto ocurrió casi en simultáneo, en un país cargado de muertes, de torturas, de abusos e impunidad.
  El señor Maduro baila y está en una guachafita. Está desesperado por demostrar que todo en el país está normal, que no ha pasado ni pasa absolutamente nada. De allí esa indolencia inaceptable de montar una pachanga cuando los estudiantes están enterrando a sus muertos.
  En esta euforia, en esta desesperación por tapar la realidad, Maduro decretó que el 27 -este próximo jueves- sea un día no laborable para conmemorar los sucesos de hace 25 años en el Caracazo. Después viene el largo fin de semana por el Carnaval, así que usted entenderá que el viernes no tiene que decretarlo pero ya forma parte del Carnaval. Y Luego el miércoles de ceniza será 5 de marzo, con lo cual también a lo mejor es no laborable. Pareciera que el señor Maduro está desesperado por llegar a esa playita, a esa orillita, a esa arenita que supone el asueto carnestolento a ver si así se le calma el país. ¿Y si no se le calma señor Maduro? ¿Y si el país se indigna y le da la espalda a usted por burlarse de los venezolanos con esa bailadera? Porque hasta Oscar D’León, que vive de eso, dijo que: “en Carnaval no hay nada que celebrar y yo no voy a tocar con mi orquesta en Carnavales”.
  ¿Y si en Carnavales continúan las protestas? ¿Qué se va a inventar entonces?
  Es una pena, es una pena que este país tenga estos arrebatos de indolencia por parte de las autoridades, y tanto tanto dolor por parte de los ciudadanos.