Comienzo a caminar y la certeza de la soledad en el camino me acerca a las actividades que han llenado mis días ultimamente.
Noviembre ha sido un mes lleno de palabras, muchas de ellas sin sentido, otras más cargadas de sabiduría y esperanzas.
He sido testigo de excepción de varias piezas oratórias superlativas que me han colocado en la dificil posición de calificar, solo para mis adentros, cada una de ellas.
Es que la injusticia de la amistad me lleva a cuestionar el momento de solaz que significó el poder escuchar unas piezas oratorias de tan alta calidad, en un recinto de academia y estudio donde, muy frecuentemente, se escuchan piezas de altísimo valor tanto en su fondo como en su forma.
Gracias al Creador, quienes allí hacen vida corporativa me han brindado su amistad y me han permitido estar en contacto con estos productos del intelecto que, en lenta suma, dan a la vida ese punto y aparte que nos saca de la banalidad. Y es que en un recinto donde lo que se produce es siempre de tan alta calidad, es difícil, muy difícil, sobresalir. Y allí está el reto.
Me siento muy honrado, muy afortunado, por formar parte del auditorio que esas tardes de Noviembre recibió esos Discursos con los que se incorporaban, mis Amigos, como individuos de número en la Academia.
Y hablo de injusticia porque si hubiesen sido otras personas, conocidos lejanos, o ilustres desconocidos, tal vez mi apreciación de las piezas oratorias hubiese sido muy rápida, muy directa, muy fácil de estructurar, pues hablando en justicia habría llegado a la conclusión de que las piezas en cuestión merecen los mayores elogios. Pero no; tal vez porque son mis amigos, porque conozco de sus obras, por la admiración que les tengo a sus haceres, mi comentario tiene que ser más elaborado, mas prolijo.
No puedo caer en la tentación de discutir sobre los temas que tan brillantemente desarrollaron, que con tanto esmero enraizaron, que entretejieron con tantas citas profundas y afortunadas, hacerlo es casi como un pecado porque tendría que confiar solo en mi memoria y eso, en este momento, sería como un sacrilegio. Es como comparar los abismos del mar, su trabajo, con la acequia de la calle en tarde de lloviznas, mi recuerdo.
Su maestría no se escondió en la lectura insulsa de las hojas sino que dandoles vuelo con su experiencia profesoral, transformaron la aridez propia de las definiciones, en la sencillez de la enseñanza docta, lo que nos lleva a creernos que no fueron ellos, sino nosotros, los que armamos la trama que se nos presentaba en bandeja de plata.
Es que los temas de las obras son algo que por manidos, tenemos como muy conocidos; pero no es así, pues en la vida practica nos estamos acostumbrando a que, con el uso de las medias verdades establecemos la diatriba, precisamente, con las verdades a medias, utilizandolas para que, en la suma final, el producto sea solo favorable a nuestro muy particular punto de vista. Y aquí no hubo verdades a medias, ni cuartas partes, ni segundas intenciones. Solo hubo maestría en la definición, concatenación y presentación. Hay que quitarse el sombrero ante la verdad.
Posiciones políticas contrapuestas, quereres y padeceres, el arte de mostrar el pañuelo para esconder la sabana. Y hete aquí que mis Amigos, tomando ese ovillo tan anudado, tuvieron la magia para desanudarlo y, sin ofensas para nadie, dejar en claro sus conclusiones y sus puntos de vista. Con el sombrero de la verticalidad, sin apasionamientos, como se espera que sean todos los procederes de las personas que, como ellos, se han dedicado a "ser" y no a "pretender".
Gracias doy a la oportunidad porque me ha permitido meditar en el concepto de la amistad y, aunque sea injusto el porqué, me ha dado la ocasión de, pasando por alto la patente de corso que le asignamos a los amigos, interiorizar en algunos poquisimos detalles de las obras de mis Amigos que, sin duda para mi, avalan sus procederes aquí y en cualquier parte.
Y los lectores se preguntarán, ¿que fué lo que pasó?, ¿quien son esos Amigos, con A mayuscula?, y ¿cuales fueron los temas de las piezas oratórias?.
Pues el nombre de este articulo, Meditación, significa que estoy pensando en voz alta, estoy pensando en tantos buenos amigos que tengo en esa Corporación, conocidos por sus dotes como "Picos de Plata", Doctores cada uno en su especialidad, conocedores de la fragilidad humana, conocedores de la grandeza y de la debilidad, memoria viva ambulante de nuestros aconteceres regionales y nacionales, actores de primera línea en esta grandisima obra que se llama VENEZUELA. Medito entonces en que con esos atributos que el Creador les dió a cada uno, han desarrollado una obra monumental que vemos con regocijo aumentar cada día y que, sin tacañería, se transmite en viva voz, sin limitaciones. Son "Amigos" con mayuscula, con respeto, orden, probidad. Ejemplos claros de lo que pretendemos sea nuestra sociedad. Por eso es injusto comparar, ...cada hora en su punto, pero todas en el reloj...
Chao
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