2011/01/02

EL MOLINETE DE RODILLAS

Por Ernesto Gutiérrez - México

[ 02/01/2011 ]

El maestro de Saltillo, Fermín Espinosa “Armillita”, fue un torero que además de su poder con los toros, tenía un gran repertorio de suertes. Es, tal vez junto con Carlos Arruza, uno de los toreros mas largos que haya existido en la baraja taurina mexicana, resultando difícil el recordar una suerte, tanto con el capote como con la muleta, que no dominara.

Pero, como en esta tierra de Dios siempre se encuentra alguien que no está conforme con lo que acontece en el ruedo, los partidarios de otros toreros, en su tiempo, criticaban a Fermín Espinosa de cierta frialdad no compatible con el arte de la emoción taurómaca.

Pero del mismo modo que por durante 25 años, “Armillita” alternó con todos los toreros que pasaron a la historia taurina y que se convirtió en una pauta para medir su grandeza torera, así también creo una suerte para ser ejecutada al final de las faenas, cuando el entusiasmo del público debe de llegar el tono adecuado al sacrificio del toro.

Aquellos aficionados que tuvieron la gran fortuna de vivir lo que se conoce como la época de oro del toreo en México, pero que tenían toreros preferidos como  Garza o Alberto Balderas, “El Soldado” o Silverio Pérez, abandonaban sus asientos cuando “Armillita” se hincaba de rodillas y se pasaba al toro por la espalda, antes de dar unos muletazos de sabiduría torera, para cuadrar al burel y meterle el estoque.

Después, en el transcurso de la semana se discutiría la última actuación de Fermín y tal vez se pensaría si algún torero nuevo le pudiese disputar el trono del toreo al maestro de Saltillo.

Eran tiempos, nostálgicamente ya idos, en que México bullía por la pasión taurómaca…

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