Emprender un negocio es un examen para cualquier persona. Las dudas, ansiedades e inseguridades, muchas veces se neutralizan con coraje, optimismo y conocimiento técnico.
Sin embargo, entre tener una idea y abrir un negocio hay un largo camino por recorrer. Es difícil no cometer ciertos errores, especialmente cuando nos enfrentamos a esta situación por primera vez. Reconocerlos y prevenirlos, puede significar la diferencia entre un emprendimiento exitoso y una empresa con serios problemas como los siguientes:
1. El mono-cliente: si más del 50% de sus ganancias provienen de un único cliente, usted podría encontrarse en serios problemas. Si bien es más fácil y rentable tratar con un pequeño número de "grandes clientes", podemos volvernos vulnerables cuando sólo uno contribuye con la mayor parte de nuestros ingresos. Tendemos a hacer grandes concesiones para conservar la relación, realizamos inversiones especiales para satisfacer sus exigencias y requerimientos, y estamos tan ocupados atendiendo a esa única "gran cuenta" que dejamos de buscar nuevos clientes y atender a los más pequeños (pero igualmente importantes). Si por cualquier razón ese cliente desapareciera, nuestro negocio quedaría al borde del colapso. Recuerde: si ponemos todos los huevos en la misma canasta...
Utilicemos ese "gran cliente" como fuente de gratificación y como señal de peligro. Busquemos siempre nuevos clientes y procuremos diversificar las fuentes de ingresos.
2. Producto sin mercado: tenemos una gran idea e invertimos meses en ella. Cuando finalmente sale al mercado, nadie está interesado en comprarla. Estábamos tan "enamorados" de nuestra idea, que nunca nos tomamos el tiempo de averiguar si a alguien más le interesaba lo suficiente, como para pagar por ella.
No seamos "un producto en busca de un mercado". Investiguemos el mercado antes. Probemos la idea. Hablemos con potenciales clientes y preguntémosles si comprarían nuestra propuesta. Si suficientes personas nos dicen "Sí", continuemos y desarrollemos el producto. Si no obtenemos una respuesta positiva, pasemos a la próxima idea.
3. Producto sin valor: ¿Qué aportará su producto a su cliente? ¿Cuánto dinero les permitirá ahorrar? ¿Qué beneficios -directos e indirectos- le dará? Analice estos puntos. Hable con sus clientes, registre estudios de casos. Idee formas de cuantificar los beneficios. Si usted no puede justificar la compra de su propio producto, no espere que sus clientes lo hagan.
4. Precios bajos: algunos emprendedores piensan que pueden vender a bajo precio sus productos y obtener grandes ganancias en el volumen de ventas. ¿Usted trabajaría por un bajo salario? ¿Por qué entonces, querría vender a bajos precios? Recuerde que los márgenes amplios pagan los gastos más rápidamente. Si los márgenes son muy pequeños, las ganancias son imperceptibles y el tiempo de retorno de inversión mucho mayor.
Asegúrese de "hacer bien los números" antes de decidir una estrategia de precios bajos. Para las compañías de servicios, los precios bajos casi nunca son una buena idea. ¿Cómo decidir cuán alto? ¡Auméntelos! Si los clientes dejan de comprarle, entonces fue demasiado lejos...
5. Capital insuficiente: todos nos tentamos e imaginamos proyecciones de ventas optimistas, lapsos de desarrollo de productos breves y competidores lentos. Pero todos estos "pensamientos positivos" no salvarán a un negocio de la falta de capital. Incluso las empresas maduras, con frecuencia, no tienen dinero suficiente para soportar un descenso en sus operaciones.
Verifique sus "supuestos" sobre el negocio que desea emprender. Debemos ser conservadores y cautelosos en nuestras proyecciones. Asegurarnos de tener tanto capital como necesitemos, para mantenernos durante un mal ciclo de ventas, o hasta la próxima "inyección" de inversiones.
6. Falta de enfoque: si el suyo es como la mayoría de los negocios, no tendrá el tiempo suficiente -ni las personas- como para perseguir cada oportunidad interesante que se le presente. Sin embargo, muchos emprendedores piensan que más siempre es mejor y persiguen todo, en lugar de enfocarse en su producto, servicio, o mercado principal. Concentrar la atención en un área limitada conduce a mejores resultados, superando casi siempre las ganancias generadas tras una diversificación.
Existen miles de ideas buenas en el mundo, su trabajo es elegir sólo aquellas que ofrezcan mejores retornos. Hágase conocido en su "nicho de mercado" por las cosas que hace y hágalas cada vez mejor.
7. Exceso de gastos: muchos emprendimientos mueren por exceso de gastos. Los mejores emprendedores saben cómo utilizar su dinero para procesos clave del negocio (como innovación, ventas y marketing), pero son humildes y procuran comprar barato.
No compre equipos o muebles lujosos, a menos que realmente le permitan ahorrar tiempo y obtener más ventas. Invierta el dinero necesario para mantener en funcionamiento -y en crecimiento- su negocio. Siempre pregúntese: ¿este gasto... está justificado?
8. Perfeccionitis: esta grave enfermedad afecta a muchos emprendedores (quienes nunca lanzan sus productos si no están absolutamente perfectos). Cuando se trata de desarrollar productos, la perfección es imposible de lograr y extremadamente costosa. Además, mientras estamos perfeccionando el producto, el mercado está cambiando frente a nuestros ojos.
¿El antídoto? Imponerse un lapso razonable para crear el producto. Fijar una fecha límite y cumplirla: cuando llegue este día, lance el producto.
9. Socios 50/50: usted es el mejor vendedor del mundo pero necesita alguien que trabaje en la oficina. O es un genio en su área pero necesita alguien que le traiga clientes. Cualquiera sea el caso, usted y su nuevo socio dividen el negocio mitad y mitad. Parecería ser lo más justo pero, a medida que sus intereses personales y profesionales se alejan, las confrontaciones se acercan. El poder de veto de cualquiera de las partes puede detener el crecimiento de su empresa y ninguno tendrá suficiente voz para modificar la situación. Si ambos tienen la misma ingerencia, cada mínima decisión se convierte en un debate y las cosas se "empantanan" rápidamente.
Alguien debe estar a cargo. 51/49 es mejor que 50/50. Si usted y su socio deben tener partes iguales, otorgue un pequeño porcentaje a un asesor externo que cumpla funciones de "desempate".
Estos nueve errores son muy perjudiciales, pero el peor de todos es no reconocer que estamos cometiendo errores. La cruel verdad es difícil de aceptar, sin embargo, admitir un problema es el primer paso para resolverlo. Si no, los errores crecerán y crecerán... y nuestro negocio se reducirá y reducirá...
Tomado del Club de la Efectividad 09/02/11
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