Martín Castro | Rosario, Argentina
Hola...
Estos días, estuve viendo personas que protestaban en distintas partes del mundo. Les llaman "indignados" y han salido a la calle, para decir lo que piensan. Yo les llamaría "los dignos"...
Personalmente, veo mucha dignidad -y coraje- en aquellos que ponen límites: que no aceptan delegar sus vidas, o comunidades... en personas que no confían.
Celebro también que los jóvenes no se acostumbren a este status-quo llamado "crisis". Ellos llegan para cambiar las cosas; ese es su rol. Llegan para ver diferente y para darse cuenta, que lo que sostenemos como "imposible"... pronto dejará de serlo.
Sentir "esto me duele", es el primer paso: reconocemos el síntoma.
Decir "esto me duele" es el siguiente paso: descubrimos que hay muchos más con el mismo dolor.
Y en el problema está la solución: el dolor nos une; conversamos; nos conocemos; nos organizamos y nos damos cuenta de nuestro poder.
La sanación comienza, cuando nos re-descubrimos... y volvemos a confiar.
Parece que que tanto en el norte como en el sur, al igual que en el este y en el oeste, arriba y abajo, a derecha y a izquierda, los indignados somos muchos… muchos…
¿Hasta cuando aguantaremos esta indignación?
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