Salamanca…

Me recordé viajando hacia Salamanca, buscando la famosa puerta donde se suponía se encontraba la aun más famosa frase: “Lo que natura no da, Salamanca no presta” tantos años usándola que al fin me dispuse a encontrarla y fotografiarla… error, al preguntar en la Universidad, el catedrático a quien me asignaron para servirme de Cicerone me contestó que no existía tal puerta y que no tenía ni idea de quien pudiese haberla originado. Y si, fui y vi la rana.- También vi el Astronauta en el frontis de la Iglesia, que no data ese frontis de ninguna edad pasada, es el astronauta la travesura del arquitecto que no hace mucho efectuó la remodelación… También fui al jardín de Calixto y Melibea, ese jardín con que soñaban mis tías abuelas y que me imaginaba como un portento, por tantas diferentes flores como ellas me contaban que habían en el. La realidad de la vida muestra que nuestra mente a cuenta de imaginar, y aceptar, puede creer en cualquier cuento… la realidad, el hecho indiscutible producto de la observación y las buenas conclusiones, eso, aunque le quite el sabor de lo desconocido, nos permite amurallarnos contra la superficialidad, para decir lo menos.