Caminito en La Trilla
Dentro de 11 días estaremos SDQ inmersos en la Caminata de San Sebastián.
42 Kilómetros recorriendo la carretera que une a Maracay con Ocumare de la Costa, ascendiendo hasta Guamita y luego descenso y plano hasta Ocumare; un gentío caminando para ir a saludar al Santo Patrón de Ocumare. Nos hemos estado entrenando para no hacer un mal papel y creo que estaremos entre los primeros 10.000 que crucen la meta este año.
No es la primera vez que asistimos y las experiencias anteriores han sido muy buenas pues los organizadores se esmeran por tener todo a punto y a la hora. Personal de apoyo y facilidades de avituallamiento y servicios médicos a lo largo de toda la ruta, comunicaciones y transporte de emergencias, a la mano e inmediatas, toda esa gana de servir a los demás que se contagia y se multiplica… como no es competencia sino peregrinación, la solidaridad se transmite y hace posible el que se disfrute a plenitud esa bellísima muestra de la naturaleza que es el Parque. A medida que van pasando los últimos caminantes por los sitios de control se inicia la limpieza de las áreas de apoyo de servicios y eso permite que al termino de la caminata lo que quede sean buenos recuerdos de un día maravilloso.
Claro esté que ese gentío en Ocumare da lugar a que se congestione el pueblo pero… la virtud de la previsión nos recompensa cuando llegamos a la posada y extendemos nuestros muy adoloridos miembros a recuperar la calma, enfriándonos con alguna bebidilla refrescante, prestos a movernos hacia el Playón en busca de algún hervido que nos restituya las fuerzas e hidrate el mallugado vehículo que nos ha transportado hasta Ocumare.
Valga la cuña para la Posada Los Helechos, allí nos hemos refugiado en tres caminatas anteriores y el servicio ha sido esmerado y muy grato. Quienes viven cerca de OCUMARE tienen la oportunidad de visitarles muy frecuentemente y, para nosotros, que vivimos un poco mas lejos, es una muy buena oportunidad el que año tras año asistamos a la Caminata y nos alojemos en sus instalaciones y disfrutemos de la piscina, la cocina y la nevera que tan fría mantiene las cervezas.
Y que decir de las amistades… allí, en Ocumare, encontramos un viejo amigo, Enoc Abreu, personaje muy querido en la Fuerza Aérea Venezolana, quien encontró allí su refugio de invierno una vez jubilado. Conversaciones llenas de recuerdos comunes, remembranzas de lugares y personajes, hechos y mitos, que llenaron nuestras vidas profesionales. Maestro de maestros, Enoc es una leyenda viva, lleno de rectitud, pundonor, honestidad, don de gentes.
Entonces… solo faltan once días…y seguimos entrenando.
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