2012/01/31

¡Otra tajada más!

 

Este fin de semana el presidente-candidato Hugo Chávez arreció en su radicalización rumbo al 7 de octubre. El objetivo de ataque en esta oportunidad fue la banca privada. La excusa: el supuesto incumplimiento de la banca privada con los créditos a los pequeños y medianos agroproductores.
Lo insólito es que el propio Presidente, y las cifras oficiales de la Superintendencia de Bancos y otras entidades financieras (Sudeban) reconocen que la banca privada en 2011 sí cumplió, y con creces, con la asignación obligatoria de destinar Bs.1 por cada Bs.6 de préstamo a la Cartera Agrícola. Pero, según aduce el mandatario, estos préstamos los destinaron a las grandes productores y no llegó a los pequeños y medianos.
Cabe un recordatorio que se le pasa por alto al gobernante, que gran parte de los préstamos a este sector agropecuario los satisfacía hasta 2010 la empresa Agroisleña que, a través de sus sucursales regionales cercanas a los productores, otorgaba créditos y suministros a pequeños agricultores. Pero, que tras más de un año de haber sido expropiada y convertida en la estatal Agropatria y, como tantas otras empresas que han pasado a manos del Gobierno, ya no cumple con sus objetivos. Por tanto ni surte ni da financiamientos a la pequeña y mediana agroindustria.
Ahora, en vez de reconocer el fracaso que su política confiscatoria causó, el Ejecutivo Nacional anuncia en el marco de la Misión AgroVenezuela, la creación del Fondo Ezequiel Zamora, donde se centralizarían todos los recursos de la cartera agrícola de la banca privada.
¡Otra garrafal equivocación!
Para comenzar, al quitarle la sexta parte de la cartera de los bancos, pondría en jaque las funciones básicas de un banco, que son (a) garantizar la seguridad del dinero bajo su custodia a la vez de (b) colocar los dineros para asegurar el buen funcionamiento de la economía (c) asegurar la rentabilidad de las mismas.
Los depósitos pasarían a ser manejado por otro Fondo del Gobierno. Ya se conoce cómo es de catastrófica administración pública del dinero de los ahorristas. Ejemplos sobran e incluyen, las múltiples quiebras del Banco Industrial, los malos manejos de la Corporación Venezolana de Fomento así como el defalco “cienmillonario” del Fondo de Ahorros de los Jubilados de PDVSA, entre otras. Cabe señalar que en 2011, según cifras oficiales, el Índice de Morosidad de la banca pública (2,23%) casi duplica al de la banca privada (1,18%).
Sobre todo, como muchos analistas han alertado, éste sería un nuevo paso hacia la nacionalización de la banca venezolana, a la cual se ha ido arrinconando sacándole tajada tras tajada.
La mala prognosis para el sector la viene marcando Chávez, con sus reiteradas amenazas de expropiarlo. ¿Se avecinan nuevos robos?
Disponible en inglés en: www.veneconomy.com

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