2012/04/02

El cáncer y la lástima en el programa de gobierno

EL UNIVERSAL 01.04.2012 12:16 PM Elides J Rojas

El nuevo estilo de gobernar de micomandantepresidente tiene claras diferencias con relación a los anteriores 12 años. En este último año el jefe de protocolo y programación ha sido el cáncer, las operaciones, los chequeos, la quimio y la radio. Antes no. Estaba sano y hacía lo que le daba la gana. No tenía quien lo programara ni quien lo frenara. Un tren desde el mediodía hasta la madrugada. Rara vez estaba activo en la mañana. Quienes lo conocen dicen que se acostaba muy tarde y se levantaba igualmente cerca de la hora de almuerzo.
Lo que se firmaría a las 10 se haría a las 12. Lo que visitaría a las 12 sería a las 3 y la cadena de las 5 de la tarde entonces pasaba para las 8 de la noche. Duro y sin frenos. Cadenas de 9 horas. Programas dominicales de 8 horas. Cadenas desde Moscú para solo decir "Hola, estoy aquí. Creyeron que se iban a salvar". O cadenas desde el Bronx para decir que estaba escuchando a los vecinos pobres pedir a gritos transmisión. "Yo escucho aquí que dicen we want cadens". Tal cual: "cadens". Así es de cobero. Pero, según los expertos, cosas como esas van formando la relación mágico-religiosa, la conexión del pueblo con Dios. No la chequera de Dios, sino su forma de ser, su forma de hablar, su forma de comunicarse con los pobres.
Y justamente ese es el punto. Si la forma de comunicarse hasta ahora es el secreto de la conexión casi inexplicable de Chávez con los pobres y los votantes en general, cómo será ahora cuando el cáncer viene a alterar justamente ese misil verbal. Y lo altera de diferentes formas.
Ya no puede hablar por horas y horas. Tiene límites. Es verdad que se agrega el factor lástima, pues es notorio que lo explota y además como que le gusta. Dar lástima no estaba en el librero de un férreo militar que tiró un sangriento golpe para salvar a Venezuela del impero. Jamás. Pero dar lástima también funciona. Se ven las encuestas y es notorio como cada vez que aparece un pico del cáncer que complica la vida de micomandantepresidente, los números de popularidad aumentan. Aparece el tumor y lo operan, sube 8 puntos. Aparece hinchado y claramente desmejorado, sube 4 puntos. Reaparece el tumor y tienen que operarlo nuevamente, sube otros 8 puntos. Admite que tienen que aplicarle radio para tratar de matar el tumor de una vez por todas, en otros 4 puntos lo favorecen. La lástima funciona. No hay duda. Entonces hay que incorporar la lástima y la lucha heroica al diccionario del discurso y al programa de gobierno.
Igualmente ya no puede andar por la calle ni mucho menos casa por casa. La enfermedad no lo deja. Y la reclamadera tampoco. Cuando va a la calle es todo un montaje para nada natural. Se nota de lejos. Flores y papelillos de utilería. Eso no sirve, a la larga. Claro que micomandante, más que obras o nuevos planes, aprovecha la circunstancia y dedica grandes espacios al tumor, a su lucha, a sus ganas de vivir y a su empeño en derrotar la terrible enfermedad para seguir adelante con su obra libertaria y bolivariana.
No faltan, como es natural, los insultos, las amenazas y las groserías. Es lo normal. Eso no cambia.
Twitter: @ejrl

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