Nevadas en Agosto, en Mérida.

 

Lastima que los portadores de la responsabilidad  provisional nos han quitado la oportunidad de acompañar a la Virgen de las Nieves.

Vale la pena averiguar porqué y para que se construyó el Teleférico… da dolor ajeno la conclusión, el corolario, de la búsqueda.

Alguien debe tener la culpa de que las líneas aéreas no quieran venir a Mérida.

Alguien debe tener la culpa de que no podamos ofrecer a los turistas, usuarios de la mayor (única) industria de nuestro estado, las facilidades, totales o parciales del Teleférico.

Alguien debe tener la culpa del estado de nuestras carreteras.

Como siempre desde que se habita este estado y sus montañas y sus valles y mesetas, la naturaleza prodiga nos engalana los tiempos que vivamos, malos y buenos…

La foto, que se agradece, nos muestra la nevada y un funcionario u operario que “tiene que estar allí”. Gracias a Dios que tenemos en la ciudad la idustriosidad para poderle vestir con las piezas adecuadas, compitiendo, como debe ser, con la paranoia de importaciones a que nos acostumbran los incapaces.