La familia Silva perdió toda la materia prima de su negocio de repostería
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La familia Silva trata de rescatar algunos objetos de valor KISAÍ MENDOZA
DALYLA DENNERY
EL UNIVERSAL
Martes 23 de octubre de 2012 12:00 AM
Deudas, una casa vacía y dolor les dejó a Adriana Silva y a su familia el paso del río de lodo que inundó toda su casa ubicada en la Alta Florida.
Ahora se pregunta "¿Cómo empezar de nuevo? Nosotros ya no somos unos muchachos".
Para Adriana, una de las cosas más difíciles que le ha tocado sortear es asimilar que, en efecto, se perdió todo. "Me resistía a creer que fuera así, pero los muebles de madera se empezaron a partir. No hubo más remedio que empezar a botarlos, hemos sacado tres camiones llenos de cosas, de nuestra vida", dijo mientras a duras penas contenía las lágrimas.
En la entrada de la casa se observan apilados montones de ropa llena de barro. Ya el televisor, colchones, mesas y otros muebles se los había llevado el servicio de aseo. Dentro de la casa solo queda el olor a humedad que dejó la inundación.
Desde el viernes pasado duerme junto a su hija y nieto en una cama improvisada de toallas y edredones sobre puestos que le han facilitado amigos.
Perdió también el negocio de repostería que llevaba junto a su hija desde su casa. "Había pedido dos créditos por doscientos mil bolívares y lo había invertido en materia prima y los setenta paquetes llenos de materiales se los llevó el pantano. Ahora no sé cómo haré para responder por ese dinero".
Ese negocio era el sustento de toda la familia.
La historia de los Silva también se la llevó la corriente. Ya no hay videos, ni documentos; solo quedan unas fotos que lograron recuperar entre la tierra, aunque afirma que "los recuerdos se llevan en la mente".
Adriana considera que el camino para regresar a la normalidad no será sencillo porque "no es fácil surgir en este país, la capacidad adquisitiva es muy poca", sentenció.
En la quinta de enfrente la mayor pérdida fue una de las mascotas. Un loro que tenía diez años con la familia Pinto se ahogó con el barro.
Al momento de la anegación en la casa solo se encontraba la hija de los Pinto con un bebé de cuatro meses que se refugiaron en el piso de arriba y no pudieron salvar al animal. "Solo me quedó la jaula, es lo que más me duele, porque lo material lo podemos recuperar".
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