7839.- Quien lo hubiera pensado?

Me acostumbré a levantarme muy temprano cada día… muchos años llevo en esto de madrugar y solo quienes tratan de hablar conmigo a esa hora saben que contesto al teléfono a la segunda campanada, por aquello de no permitir que se despierte a los demás habitantes de mi casa a esas tan intempestivas horas. Esa costumbre  dio pie para iniciar un espacio radial que llamé Madrugoneando que se basaba en los recorridos matinales que por mi biblioteca hacia durante esas horas tempranas. Me discipline en escribir unas 500 palabras todas las madrugadas… palabras que, al releerlas, muchas veces, casi siempre, terminaron en el pote de la basura. Palabras que, al calor de las circunstancias que me tocaba vivir, compendiaban la situación en alguna forma, los calificativos luchaban en mi mente para lograr que de ellos se tratase lo del día. Había que ser ecuánime, había que tratar a las cosas com imparcialidad absoluta, mas ¿como hacerlo?, ¿como apartarse del trafago mental que las acciones y omisiones creaban en nuestra pequeña catedral, llenándonos de preguntas sin respuestas?

Pues, de alguna manera se fueron hilando programas y, milagro, se fueron sumando en larga fila, en gordos archivadores, en cd’s, en cintas, en horas y horas de grabación… al volver la mirada doy gracias a Dios por haberme permitido emplear su maravilloso tiempo en tratar de expresar esos nimios pensamientos…

Quien lo hubiera pensado? El programa de radio en donde los lanzaba hacia su derrotero, tuvo aceptación… Y se conjugaron varios factores  para alcanzar ese éxito:   Las Emisoras donde se presentaron, en ellas encontré un caudal humano lleno de profesionalismo, de amistad, de don de gentes. Su cobertura alcanzaba y alcanza a todos los sectores de la sociedad tanto en Maracay como en Mérida; sus gerencias están formadas por personas de profunda convicción en el sentido humano de la Radio, sus técnicos son profesionales corridos en siete plazas. En el día a día, recuerdo siempre al Director Artístico, especie de Mandrake que siempre tenia las respuestas a todo, una remembranza de la primera Radio a la que tuve acceso allá por los años cincuenta. Lastima que hoy ya no se estila contratar a una persona para esta, tan necesaria, acción.   

Con Internet la vida cambió.  Y ahora escribo a cualquier hora. Nunca se sabe quien, ni cuando, ni porqué, alguien nos lee. No tenemos frenos para lo escrito como no sean los propios de nuestra formación, nuestras relaciones, nuestras leyes. Escribimos en varios idiomas y nos ayudamos con los “traidores”, esos traductores automáticos que destrozan el sentido de lo escrito y dificultan el proceso de la comunicación.

Quien lo hubiera pensado? Este blog ya tiene mas de 9000 visitas… asumo que mías serán unas 8999…

Pero, bueno… adelante, en algún momento lo escrito tendrá su razón… y parafraseando a Bach diremos que:

“La verdad que enuncias no tiene pasado ni futuro. Es, y con eso basta.”

ojo: hasta el “basta” teníamos 483 palabras así que ahora solo faltan cuatro.

Doy Gracias a Dios.