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Veneconomia 12 de marzo

Se cierra el último postigo Este lunes 11 de marzo, Guillermo Zuloaga, accionista mayoritario del canal de noticias independiente Globovisión, confirmó que se había concretado una negociación para pasar, después de las elecciones presidenciales del 14 de abril, la propiedad del canal a manos de un grupo encabezado por Juan Domingo Cordero, presidente de la empresa Seguros La Vitalicia. La venta de Globovisión, llega a consecuencia de una dura, larga y continuada operación de acorralamiento por diversas vías legales, penales, administrativas y fiscales, así como de acoso y violencia física contra las instalaciones, periodistas y directivos, que ha mantenido la élite gobernante contra la televisora en los últimos 13 años. Hechos todos conocidos de sobra: Unos han llevado a algunos de sus directivos al exilio. Algunos han obligado a entes internacionales defensores de derechos humanos a dictar medidas de protección a favor de directivos y periodistas. Otros han cercado económicamente a la empresa, sobre la que pende una amenaza de cierre si se le llegara a imponer otra millonaria multa por cualquier motivo baladí que se invente el Ejecutivo Nacional. Globovisión, además, en los últimos años ha visto limitar su cobertura a menos de 20% del territorio nacional, amén de que ahora cuando está cercana la fecha de renovación de la concesión, se le niega también el acceso a la Televisión Digital donde tiene hegemonía el Gobierno. Globovisión ha sido desde su fundación hace casi 20 años un canal de noticias, donde cualquier ciudadano, independientemente de sus inclinaciones o preferencias políticas, podía expresar, documentar y denunciar cualquier situación o hecho que lo afectara. Incluso, chavistas de indudable afiliación, como la hoy desaparecida, Lina Ron, recurrieron a las pantallas y micrófonos del canal cuando se le cerraron las puertas en los canales manejados por el oficialismo. Pero, es de prever que el canal tomará la vía informativa condescendiente, como ya lo han hecho otros medios, cuando esté en manos de sus nuevos propietarios, entre los que se contarían el banquero Víctor Vargas, cercano a la élite gobernante, y el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, según menciona el columnista Luis Felipe Colina en el Diario La Razón de este domingo. Esta venta de Globovisión es un duro y trascendente golpe para los venezolanos, con el cual se cierra el último postigo que quedaba para expresar la opinión libre y objetiva de la realidad social, política y económica del país. Luego del cierre de Radio Caracas Televisión, otra de las televisoras que cerró la dictadura castrochavista, y de la imposición de autocensura del resto de las televisoras con cobertura nacional, este pase de mano de Globovisión es el mayor logro del Gobierno para sumir al país en el oscurantismo y la ignorancia. Los venezolanos, y la comunidad internacional, ahora quedan a merced de las mentiras y manipulaciones de la verdad que difunde la desmedida red de medios de comunicación que maneja hegemónicamente el Ministerio de Información y Comunicaciones de la revolución.