Elides J Rojas El Universal
09.04.2013
12:05
PM
Absurdo este tipo de planteamientos en un país democrático
cuya estabilidad depende, entre otras cosas de la transparencia en los procesos
electorales. Pero es el caso que desde la gestión de la famosa pareja
Carrasquero-Rodríguez, en el Consejo Nacional Electoral, el organismo se
convirtió en un brazo del Ejecutivo, al mando directo del finado, y claro está,
generador de dudas a montón.
La mitad del país no confía en una
institución que habla y se conduce públicamente como castrocomunista. Los mismos
oficialistas, las pocas veces que han perdido, han evidenciado su rechazo a
ciertas conductas. Pero, en general, una gente que va al velorio del extinto con
brazalete montado y el sentimiento inocultable del líder perdido, que declara a
cada rato en contra de la oposición, que toma medidas consecutivas en contra de
la oposición y que es permisiva con su régimen cubano, pues claro que necesita
presionar para que su adversario se comprometa públicamente a aceptar un
resultado que, por todos los antecedentes, puede ser producto de una estafa,
fraude o choreo apabullante. Así que lo más aconsejable es esperar cómo se
comportan los factores antes de aprobarlos por adelantado.
Mientras
tanto, podemos hacer un boceto de cómo luciría un acuerdo con el CNE, promovido
por Maduro, el candidato de los hermanitos criminales del Caribe, Raúl Y Fidel
Castro, y muy bien gestionado por Tibisay Lucena, quien aspiraba a pasar a la
historia y a ocupar un lugar en el mundo académico como experta electoral. Será
en Cuba, por los vientos que soplan.
Primero. La MUD se compromete a
aceptar que el CNE la sancione directamente, o a cualquiera de los partidos que
la integran, por la razón que se le ocurra. Puede ser un discurso, una
concentración o un aviso de prensa. Además, como una demostración de buena fe,
la MUD, renuncia en este documento a cualquier revisión o apelación de multas,
medidas disciplinarias, arrestos y hasta suspensiones.
Segundo. El
candidato de los Castro podrá hacer actos, recorridos, discursos, inauguraciones
con la doble investidura de presidente y aspirante, sin ningún límite. Podrá
usar los recursos del Estado, el avión del finado, los dólares de la partida
secreta, la plata de Pdvsa, los bolívares del Seniat para lo que quiera y cuando
quiera.
Tercero. El candidato de los Castro podrá ordenar cadenas
nacionales de radio y televisión todas las veces que quiera, cuando quiera y
como quiera. Este tipo de transmisiones no podrán ser limitadas en el
tiempo.
Cuarto. La Fuerza Armada, en tiempo de elecciones, será
considerada un apéndice del comando de campaña del candidato de los Castro. La
misma posición estratégica será aprobada para la milicia, quienes podrán
realizar actos de respaldo al castrocomunismo con el único límite natural a
soldados de la tercera edad.
Quinto. Hasta la última carreta, avión,
camión o patineta de Pdvsa queda expropiada temporalmente, por razones de
utilidad pública a favor de los Castro, para uso exclusivo de quien los
represente en Venezuela.
Sexto. El candidato de los Castro podrá utilizar
niños, niñas, adolescentes, adolescentas, ancianos, ancianas, amantes o amantas,
cada vez que considere pertinente. A tales fines bastará que exprese su deseo de
hacerlo de viva e inteligible voz. La MUD acepta que en caso de que se le ocurra
hacer lo mismo será expatriada inmediatamente.
Séptimo. La MUD acepta que
cualquiera de sus dirigentes puedan ser objeto de insultos, agresiones,
acusaciones e, incluso, sometidos a juicio, sancionados y llevados a la cárcel
sin ningún tipo de reclamo. En ese sentido se comprometen a ni siquiera dar
declaraciones de prensa.
Octavo. La MUD aceptará que los militares
cierren las fronteras el día y a la hora que quieran. Al ocurrir el acto la MUD
debe emitir un documento de respaldo a la decisión de los Castro.
Noveno.
La MUD acepta el resultado de estas elecciones, aunque conozca de antemano de
trampas, obstáculos y hasta totalizaciones. Es condición obligatoria que el
representante de la MUD y el candidato de oposición graben de antemano un
mensaje de felicitación al CNE y de aceptación, con mucha satisfacción, del
resultado final.
Firman ambas partes: Lo Castro. La MUD.
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