Esto de obligarme a escribir 500 palabras cada madrugada está pasando a
ser una obligación de múltiples derroteros. Generalmente me levanto, cumplo con
mis abluciones mañaneras, cuelo unos dos litros de café y, armado con el
optimismo de siempre me siento frente a la maquina y me encomiendo al
Creador...
No sé de qué carrizo voy a escribir, por eso dejo que la mente vague por
diversos caminos y cuando alguna palabra, por algún secreto designio, llama
mi atención, me dedico a ella...
Palabras hay, por millones, temas, también los hay, no quiero ser
demasiado recurrente, a veces leo las noticias que aparecen en los diarios, o
mejor dicho en el diario que por casualidad leo de primero esa mañana; otras
veces voy al facebook y encuentro la palabra en alguna de las comunicaciones de
los amigos. Soy muy afortunado pues mis amigos escriben cada día, sobre muchos
aspectos y, claro, sobre lo que nos llena la cabeza a todos los ciudadanos de
nuestro país.
No soy político de profesión pero la vida profesional me colocó en la coyuntura
de estar analizando situaciones para apoyar el desarrollo de organizaciones,
bien fuese para planificar su futuro, para programar su presente de entonces o
para auditar su comportamiento a la luz de los hechos que en su
desarrollo incidían con la organización.
Soy amante declarado de la "investigación de operaciones" y
siempre que puedo doy gracias a quienes fueron mis profesores en estas materias
gerenciales, tanto en pregrado como en postgrado, pues me colocaron muy cerca
de estas magnificas herramientas. La profesión me dio la oportunidad de
ponerlas en acción en lo que fue mi campo de trabajo y, después de la
jubilación, las empresas donde me desempeñé fueron pacientes conmigo y me
permitieron demostrar su valía. La Santa Inquisición hecha gerencia, eso
es la investigación de operaciones, solo que es una forma muy pragmática de ver
las situaciones.
El pragmatismo
en la formación nos lleva al eterno cuestionar los “que, como y porque de las
cosas” sin olvidar el cuándo, el costo, el para qué, el quienes, el famosísimo plan
alterno y, claro siempre el y si…
Por eso en las
madrugadas siempre hay mucho de que escribir y no hay necesidad de estar sesgado
al norte magnético, o al norte geográfico, para divertirse dentro de la
tristeza o para llorar dentro de la alegría que producen las informaciones que
llegan a nuestra terminal de datos.
Inicio este párrafo
con 405 palabras ya escritas, solo me faltan 80 en este instante. Ok, ahora
viene lo bueno, que hago con estas palabras? Siempre he pensado que es la
humildad la virtud a seguir… está claro que una escritura tal como la he
descrito, sin ton ni son, no puede recibir, de ninguna manera, crédito alguno. No
obedece a nada, no tiene sentido de continuidad, no representa sino la vanidad
personal de alguien que "se cree" con vena de escritor y, de esos, hay por
millares en el mundo… por eso, no sirve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su tiempo. Por favor, deje su email y le contestare en privado. Gracias