Para Venezuela, un
país monoproductor de petróleo con una de las mayores reservas petroleras del
mundo, eso significaba que tenía asegurada la venta de todo el petróleo que
produjera durante todo el Siglo XXI, y a precios cada vez mayores.
Este consenso no
anticipó las nuevas tecnologías que harían factible la explotación de los
megadepósitos de gas natural y de petróleo en lutita en todo el mundo, ni mucho
menos las implicaciones que ello tendría para las perspectivas petroleras
venezolanas.
¿Qué es lo que cambia
para Venezuela? Pues, la entrada en el mercado de ingentes volúmenes de crudo
no convencional, provenientes de todo el mundo, sobre todo de los tres países
con mayores reservas de lutita, que le roncarán en la cueva al petróleo
venezolano.
Primero, se estima
que Estados Unidos –hasta ahora el principal consumidor del crudo venezolano–
será autosuficiente en gas y petróleo dentro de menos de 20 años.
Segundo, Rusia y
China, primer y tercer país, respectivamente, con mayores reservas con un
estimado en conjunto de más de 100 mil millones de barriles en reservas
técnicamente recuperables, lo que hace prever que China, eventualmente, también
será autosuficiente. A esto se suma que la Rusa Rosenft acaba de firmar un
mega-contrato de $270 millardos con la China National Petroleum Corporation
(CNPC) para petróleo convencional. Es decir, que incluso China, el mercado
alterno para el petróleo venezolano donde pusieron la mirada los gobiernos de
Hugo Chávez y Nicolás Maduro, también estaría en veremos.
La situación para
Venezuela se torna más grave debido a que Chávez acabó con una de las mayores
defensas que tenía el país para prevenir eventuales pérdidas de mercado para su
petróleo, al vender las refinerías venezolanas en varios países. Esas
refinerías, en Alemania, Estados Unidos y otros países, garantizaban un mercado
cautivo para la venta de hasta 900 mil barriles diarios. Otro error de la
política petrolera de Chávez fue el haber suspendido la producción y venta de
Orimulsión, producto que compite con el carbón (y no el petróleo) como fuente
de energía.
Venezuela tiene que
poner sus barbas en remojo con el sonar de estas alarmas. Al no brillar el
futuro para el petróleo venezolano, el país tendría que desarrollar su
potencial en otras áreas, tales como el turismo, la agroindustria, la
manufactura y la producción de servicios, pero…en todos estos sectores el
castrocomunismo ha salido reprobado.
VenEconomía Opina, 26 de junio de 2013
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