Los retos del Alto Mando militar
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSALdomingo 14 de julio de 2013 12:00 AM
La designación del nuevo Alto Mando
militar tuvo un trascendente impacto en la Fuerza Armada. La hoja de servicio
de sus integrantes es muy meritoria, aunque a mi criterio lo más importante ha
sido su discreto comportamiento durante estos años de exagerada politización de
nuestra institución. Eso sí, los nuevos jefes militares deben entender que su
ascendiente solo se mantendrá si su acción de comando produce una inmediata
transformación en la política militar y en la posición del gobierno nacional.
Dolorosamente, debo decir que me ha causado una profunda decepción las palabras
pronunciadas por la almirante Carmen Meléndez. Pensé que iba a desarrollar un
discurso orientado a resaltar valores institucionales y no dirigido
exclusivamente a elogiar a Hugo Chávez.
Voy
a tratar de exponer algunas ideas sobre ciertas transformaciones que, a mi
criterio, deben realizarse en la Fuerza Armada a la brevedad posible para poder
satisfacer las expectativas de los venezolanos y de la mayoría de sus
integrantes. Un primer aspecto, es restablecer la norma protocolar de que en
los actos militares no se habla sobre aspectos partidistas sino exclusivamente
de temas profesionales. Esta norma debe ser acatada celosamente por el
presidente de la República, los miembros del Alto Mando militar y todos los
funcionarios públicos. Lamentablemente, Nicolás Maduro en el acto de
juramentación de la ministro de la Defensa tuvo una intervención totalmente
politizada que ratifica la equivocada orientación anterior y compromete
gravemente su gestión presidencial.
Un
aspecto fundamental para que el nuevo Alto Mando militar pueda reorientar a la
Fuerza Armada por el camino de dignidad que le corresponde, es entender que la
Constitución Nacional vigente regula su actuación, organización y funcionamiento
a través de los artículos 328 al 331. Allí claramente se establece que la
Fuerza Armada es "una institución profesional, sin militancia política,
organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la
nación... En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la
nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna"... En
el siguiente artículo se ratifica que las Fuerzas que la integran son: el
Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional.
Estos
artículos se encuentran estrechamente relacionados con el artículo 2 de la
Constitución Nacional, en el cual se establece la esencia de nuestro sistema
político al ratificar que "Venezuela se constituye en un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad,
la justicia, la democracia, la responsabilidad social y la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político". Este
artículo limita realizar cualquier acción de gobierno que intente crear una
sociedad socialista, ya que de ninguna manera un Estado democrático y social de
Derecho y de Justicia tiene esa orientación ideológica.
De
allí, que los dos primeros retos que tiene el nuevo Alto Mando militar son:
prohibir que se continúe con la práctica inconstitucional de dar arengas
partidistas en los actos militares y que los integrantes de la Fuerza Armada
saluden diciendo consignas políticas y ordenar que se retiren de los
edificios militares los inmensos afiches con la figura del teniente coronel
fallecido Hugo Chávez Frías, que lo único que buscan es tratar de crear un mito
y un culto a la personalidad que va en contra de nuestra tradición
institucional y profesional. Si el Alto Mando militar no tiene la autoridad
suficiente para imponer las medidas correctivas del caso en estos lamentables
hechos, la Fuerza Armada no podrá ser, como históricamente siempre lo ha sido,
un factor de estabilidad nacional.
Los demás retos que tiene al Alto Mando militar son específicamente
profesionales. Varios artículos de la vigente Ley Orgánica de la Fuerza Armada
violan de manera flagrante la Constitución Nacional. Es imprescindible,
resolver estas contradicciones jurídicas. Una de ellas es la existencia de la
milicia bolivariana como una Fuerza independiente. Otro aspecto a analizar es
la nueva doctrina militar conocida como la Defensa Popular, la cual se
encuentra orientada a la conducción de una supuesta guerra asimétrica que define
como nuestra principal amenaza un conflicto militar con Estados Unidos. Esa
doctrina obliga a una valoración muy objetiva de sus principios, ya que
modificar nuestra visión clausewistziana de la guerra es una decisión muy
compleja y difícil de instrumentar.
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