¿Dueños de
la verdad?
VenEconomía Opina, 11 de septiembre de 2013
Este martes 10
de septiembre, Venezuela dio uno de los peores saltos hacia atrás en materia de
respeto a los derechos humanos: Se formalizó el retiro del país del Sistema
Interamericano de los Derechos Humanos en todas sus instancias, al cumplirse el
año desde que el difunto Hugo Chávez denunció la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
Aún cuando seguirán su curso todos los casos que fueron introducidos tanto en la Comisión como en la Corte Interamericana de DDHH (incluyendo el que introdujo Henrique Capriles y la Mesa de la Unidad por el fraude cometido por el gobierno en las elecciones del 14 de abril) este paso del gobierno bolivariano ha causado una impresión negativa en la mayoría de los países y organizaciones del concierto internacional. Esto así, porque sólo en países de gobiernos dictatoriales se han dado precedentes de acciones similares.
La percepción generalizada en Venezuela y el mundo es que el gobierno de Maduro se está alejando a un ritmo acelerado de la convivencia en libertad y del respeto a los derechos humanos. Evidencias de ello, las venía dando al negarse el gobierno a cumplir en un pasado reciente 11 sentencias dictadas por la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos (CIDH).
Ahora, con la salida del Sistema Interamericano de los DDHH, el gobierno termina de develarse como un infractor en la materia, como lo señaló el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, en una carta dirigida a la presidente de Brasil: “esto es especialmente problemático en un país como Venezuela, donde falta independencia judicial y cuyo Supremo Tribunal ha repetidamente defendido políticas gubernamentales que perjudican derechos básicos”.
Algo especialmente cierto, como lo corroboran otras acciones en curso del gobierno en materia de violación de los derechos de libertad de expresión y de información, entre ellas:
1) La mordaza que se le impone a la prensa escrita, vía restricción de divisas para la importación de papel y otros materiales necesarios en la producción de diarios, que ha obligado al cierre por lo menos a tres diarios del interior del país(El Sol de Maturín, de Monagas; Antorcha, de Anzoátegui y el diario zuliano Versión Final) y ha forzado a reducir el tiraje o el número de páginas a la mayoría de los periódicos del país.
2) La persecución y detención de periodistas, entre ellos, Víctor Manuel García, y Leocenis García, a quien obligaron al cierre de su semanario Sexto Poder, y quien según denuncias de sus familiares y abogados está incomunicado y en graves condiciones de salud.
3) Y no conforme con todas esas persecuciones y violaciones a la libertad de expresión, ni con la hegemonía comunicacional que ejerce a través de el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información y de las cadenas nacionales de Maduro, ahora, para colmo, se anuncia que se comenzará a transmitir en cadena nacional por radio y televisión el “Noticiero de la Verdad”, para difundir la actividad de su Administración, “al mediodía y en la noche, los días que se puedan resumir varias actividades", como informara Maduro.
Realmente, la capacidad de asombro por tanto descaro está agotando su límite.
Aún cuando seguirán su curso todos los casos que fueron introducidos tanto en la Comisión como en la Corte Interamericana de DDHH (incluyendo el que introdujo Henrique Capriles y la Mesa de la Unidad por el fraude cometido por el gobierno en las elecciones del 14 de abril) este paso del gobierno bolivariano ha causado una impresión negativa en la mayoría de los países y organizaciones del concierto internacional. Esto así, porque sólo en países de gobiernos dictatoriales se han dado precedentes de acciones similares.
La percepción generalizada en Venezuela y el mundo es que el gobierno de Maduro se está alejando a un ritmo acelerado de la convivencia en libertad y del respeto a los derechos humanos. Evidencias de ello, las venía dando al negarse el gobierno a cumplir en un pasado reciente 11 sentencias dictadas por la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos (CIDH).
Ahora, con la salida del Sistema Interamericano de los DDHH, el gobierno termina de develarse como un infractor en la materia, como lo señaló el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, en una carta dirigida a la presidente de Brasil: “esto es especialmente problemático en un país como Venezuela, donde falta independencia judicial y cuyo Supremo Tribunal ha repetidamente defendido políticas gubernamentales que perjudican derechos básicos”.
Algo especialmente cierto, como lo corroboran otras acciones en curso del gobierno en materia de violación de los derechos de libertad de expresión y de información, entre ellas:
1) La mordaza que se le impone a la prensa escrita, vía restricción de divisas para la importación de papel y otros materiales necesarios en la producción de diarios, que ha obligado al cierre por lo menos a tres diarios del interior del país(El Sol de Maturín, de Monagas; Antorcha, de Anzoátegui y el diario zuliano Versión Final) y ha forzado a reducir el tiraje o el número de páginas a la mayoría de los periódicos del país.
2) La persecución y detención de periodistas, entre ellos, Víctor Manuel García, y Leocenis García, a quien obligaron al cierre de su semanario Sexto Poder, y quien según denuncias de sus familiares y abogados está incomunicado y en graves condiciones de salud.
3) Y no conforme con todas esas persecuciones y violaciones a la libertad de expresión, ni con la hegemonía comunicacional que ejerce a través de el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información y de las cadenas nacionales de Maduro, ahora, para colmo, se anuncia que se comenzará a transmitir en cadena nacional por radio y televisión el “Noticiero de la Verdad”, para difundir la actividad de su Administración, “al mediodía y en la noche, los días que se puedan resumir varias actividades", como informara Maduro.
Realmente, la capacidad de asombro por tanto descaro está agotando su límite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su tiempo. Por favor, deje su email y le contestare en privado. Gracias