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Descabellado el teniente
La diputada MCM dejó de serlo por voluntad mía, que supera la voluntad del pueblo.
OSWALDO PÁEZ-PUMAR | EL UNIVERSAL, sábado 29 de marzo de 2014 12:00 AM
El teniente no ha salido de la academia militar. Debe haber sufrido abusos: quizá le raparon la cabeza cuando ingresó como cadete o vestido lo tiraron a la piscina. Son abusos que cometen con los recién ingresados los veteranos y en cuya fiesta participan incluso graduados.
El abuso, que ojalá esté limitado a los descritos porque se mencionan otros no narrables, deja marca en el abusado que carece de suficiente valor moral para percatarse que lo sufrido como resultado de la fuerza que se le impuso se remedia pasando la página y no cometiendo él, a su vez, los mismos abusos de los cuales fue víctima.
La vileza que encierra la conducta que busca saciar la frustración imponiendo a otro la fuerza de la que se pueda disponer en un determinado momento es además un acto de cobardía, puesto que se practica desde una posición de ventaja. Difícil se hace visualizar a quienes así actúan "rodilla en tierra" frente a una fuerza igual o superior. Eso explica la rendición en el Museo Militar el 2 de febrero de 1992.
La cobardía no es contagiosa, no es enfermedad, pero sí puede ser aprendida. Si frente a las protestas ciudadanas se despliega una fuerza desproporcionada la consecuencia es que solo en condición ventajosa la fuerza actúa y si no lo está recula. Por eso la agresividad instruida por los cubanos ha adquirido niveles inimaginables. Cuando el valor y la fuerza de la palabra erosionan la fuerza física el teniente recurre a sus orígenes, a pesar de desempeñar la presidencia de la Asamblea cuya función es darle cabida al pensamiento.
No deja hablar a los diputados, como el sargento a la tropa, o el alférez mayor a los cadetes. No está apercibido para el debate democrático. Pero ahora pretende convertirse en intérprete de la Constitución para despojar de su cargo a quien fue investida por el pueblo con la máxima mayoría de votos que diputado alguno obtuviera.
Siento la obligación de agradecerle que se haya aventurado a interpretar la Constitución, porque dejando de lado lo ridículo de la tesis que expone, nos ha enviado un mensaje sencillo. La diputada MCM dejó de serlo por voluntad mía, que supera la voluntad del pueblo que es el soberano. Eso significa que el Gobierno está usurpando la soberanía y el pueblo debe rescatarla.
opaezpumar@menpa.com
El abuso, que ojalá esté limitado a los descritos porque se mencionan otros no narrables, deja marca en el abusado que carece de suficiente valor moral para percatarse que lo sufrido como resultado de la fuerza que se le impuso se remedia pasando la página y no cometiendo él, a su vez, los mismos abusos de los cuales fue víctima.
La vileza que encierra la conducta que busca saciar la frustración imponiendo a otro la fuerza de la que se pueda disponer en un determinado momento es además un acto de cobardía, puesto que se practica desde una posición de ventaja. Difícil se hace visualizar a quienes así actúan "rodilla en tierra" frente a una fuerza igual o superior. Eso explica la rendición en el Museo Militar el 2 de febrero de 1992.
La cobardía no es contagiosa, no es enfermedad, pero sí puede ser aprendida. Si frente a las protestas ciudadanas se despliega una fuerza desproporcionada la consecuencia es que solo en condición ventajosa la fuerza actúa y si no lo está recula. Por eso la agresividad instruida por los cubanos ha adquirido niveles inimaginables. Cuando el valor y la fuerza de la palabra erosionan la fuerza física el teniente recurre a sus orígenes, a pesar de desempeñar la presidencia de la Asamblea cuya función es darle cabida al pensamiento.
No deja hablar a los diputados, como el sargento a la tropa, o el alférez mayor a los cadetes. No está apercibido para el debate democrático. Pero ahora pretende convertirse en intérprete de la Constitución para despojar de su cargo a quien fue investida por el pueblo con la máxima mayoría de votos que diputado alguno obtuviera.
Siento la obligación de agradecerle que se haya aventurado a interpretar la Constitución, porque dejando de lado lo ridículo de la tesis que expone, nos ha enviado un mensaje sencillo. La diputada MCM dejó de serlo por voluntad mía, que supera la voluntad del pueblo que es el soberano. Eso significa que el Gobierno está usurpando la soberanía y el pueblo debe rescatarla.
opaezpumar@menpa.com
Pero resulta que se le ven las bases a la casa... Independiente del tema central, que es realmente lo importante, se muestra en el escrito la condición de quienes, asumo son sus fuentes, los "amigos" del autor, sus confidentes, en lo referente a la vida militar, NUESTRA vida militar, la real, la verdadera... la que tanto se quiere desvirtuar pues aparecen recuerdos nacionales, imborrables, de hechos políticos y militares que no favorecen a ciertos grupos, familias, personajes; parece como si sus fuentes no han sido sino los gloriosos desadaptados que han tratado de justificar, en la mayoría de los casos utilizando falsos testimonios, el final de, posiblemente, su muy oscura trayectoria en el ámbito de las escuelas de Formación Militar VENEZOLANAS, personajes conocidos ampliamente por la familia militar profesional, rechazados siempre por su muy tenaz búsqueda de promociones y privilegios que los ha colocado como carne de cañón ante las "necesidades políticas" que les han ofrecido ayudas, escalones y poder, y los han detentado. Esa situación no es nueva y todos los bandos políticos han tomado parte, fomentado, alcahueteado, esa conducta.
En momentos tan difíciles para el país como los que estamos viviendo, donde no se asume la responsabilidad por nada ni para nada, se hace imprescindible el mantener el lado bueno de la fruta sin marchitarla pues la vuelta a la calma se ve, a todas luces, que será extraordinariamente difícil, extraordinariamente costosa en todo sentido y no podemos pensar en asumir costos cuando la mediocridad que estamos viviendo, de la que somos parte, no presenta soluciones plausibles. MAMR.
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