2014/04/24

8248122.- Cayéndonos a cobas...


¿Quiénes se comieron el embuste?
 VenEconomía Opina, 24 de abril de 2014 
A mediados de marzo y comienzos de abril parecía que el gobierno iba a abrir un
postigo para que entrara un poco de aire fresco a la agonizante economía de Venezuela.
O por lo menos eso hacía presagiar el ajuste gradual de precios regulados, la
devaluación del bolívar, los incipientes ajustes de la política monetaria y los
adelantos de que se eliminaría el subsidio a la gasolina.

Y aunque avanzaba sin clemencia en la represión, persecución y hostigamiento a sus “enemigos políticos”, desenmascarando el despotismo que impera en el país, muchos tal vez llegaron a pensar ¡bueno, al menos puede que haya dictadura con bienestar económico como en China! 

Con la esperanza cifrada en que una economía más libre, inevitablemente debería conducir eventualmente a una sociedad más libre. 

Sin embargo, la esperanza duró poco. Para este 24 de abril, ya se sabe que ni el SICAD I ni el II ni son transparentes ni están soltando las divisas que requiere el empresariado para saldar deudas, adquirir nuevos insumos y materia prima, o para reparar o comprar maquinarias. 

Las promesas para honrar las deudas del gobierno con las líneas aéreas, con las 

empresas de autopartes y ensambladoras quedaron en eso ¡Puras promesas! 

Incluso, hasta las empresas del Estado aducen que la caída de producción que siguen registrando se debe a que el gobierno central no cumple con los montos de los recursos exigidos, y lo poco que le sueltan lo hace a destiempo. 

Tal vez algunos (o tal vez demasiados) aún albergan dudas de que este retroceso en la voluntad de abrir un poco la economía no es un hecho momentáneo por cuestiones burocráticas o administrativas, ni es circunstancial por la sequía de divisas y sino que es premeditado y alevoso porque sigue el libreto que exige un régimen que persigue centralizar y controlar todo el aparato productivo del país, similar a lo que hacen desde hace más de 50 años los Castro en Cuba o lo que hizo Lenin en los 20 en Rusia. 

Para ellos, VenEconomía, les sugiere que retomen las declaraciones de voceros autorizados de la revolución en estas últimas semanas: Por ejemplo, las de Elías Jaua el 10 de abril cuando afirmó que "el presidente Nicolás Maduro no tiene porqué pactar, porque es un mandato del pueblo. Él tiene que reconocerlos a ustedes como actores políticos, sociales, pero no puede hacer lo que ustedes pretenden hacer como Gobierno. El que ganó fue él, con un proyecto político, con un programa de la Patria". O las advertencias del vicepresidente ejecutivo Jorge Arreaza, el 22 de febrero “si la contrarrevolución actúa en la economía, la Revolución se va a profundizar “y las consecuencias serán fundamentalmente en el área económica”. O la confesión más reciente del ministro de Alimentación, Félix Osorio, que reconoce que en tres años apuntan a controlar todo el sector productivo nacional. 

O incluso es clarísima la posición del mismo Nicolás Maduro, cuando sentencia que la revolución seguirá al pie de la letra el Plan de la Patria, un compendio de comunismo puro y duro que diseño el difunto Chávez. Y ahora, cuando luego de estar amagando por tres anuncios que seguirán “revolucionando” la economía, termina anunciando una “fiscalización” “más abarcadora, más estructural de lo que vivimos en noviembre” cuando el funesto Dakaso dejó sin inventarios a los comercios de todo tipo. 

Así que, la apertura que se creía iba a venir no se dio, la economía seguirá en bajada libre. Las señales ya se reflejan en la caída de 2,8% de los precios de bonos venezolanos este miércoles luego de los anuncios de Maduro, y no cayeron más porque no hay más compradores.

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