Una pequeña lección de civismo…
En días pasados, dos o tres, subíamos por la
Av. Los Próceres cuando, de pronto, nos
vimos detenidos por una larga cola que, con nosotros en medio, siguió
haciéndose cada momento mas larga.
No avanzábamos ni un centímetro, mas con virtudes epilépticas, avanzamos un poco y nos acercamos a la esquina
conocida como la de la Casa Blanca, allí el caos era mayúsculo, no había
semáforos y no habían funcionarios de transito ni policiales.
Decidí aprovechar la ocasión para fomentar el
pensamiento crítico en mi compañero de paseo,
mi nieto de siete años.
Date cuenta, le dije, que esta situación es
igual a la del país; al no existir quien gobierne, la gente busca hacer lo que
tiene que hacer, a su manera, sin orden ni concierto y date cuenta que lo único
que se logra es el desorden mayúsculo; nota que la gente está molesta y están
discutiendo entre ellos a ver quien pasa primero, sin excusas ni opiniones, están
a punto de irse a las manos y pelear…
Pero mira aquel señor, el de la franela blanca
que tiene impresa la bandera de Mérida, mira lo que está haciendo: dejó su
carro y se plantó en el centro del cruce y está “DIRIGIENDO EL TRANSITO”,
fíjate que la gente ya empezó a hacerle caso y el tráfico esta comenzando a
fluir… ya nos vamos a mover.-
¿Qué te parece?
Es lo que ocurre en cualquier grupo donde no hay gobierno, primero
aparece la anarquía y “de inmediato” aparece alguien con iniciativa que ve lo
que hay que hacer y lo hace, toma las riendas y consigue que la situación retorne
a la normalidad.-
Fíjate que ahora ya están llegando los
policías, fíjate como maltratan al señor… ¿Sabes porqué lo hacen? Pues
simplemente porque él ha demostrado que no son necesarios, es decir, que no son
imprescindibles y si no están, cualquier vecino puede hacer su trabajo.-
El muchacho me miraba y me preguntó: ¿Y para
que los tenemos, entonces? La respuesta suena fuerte pero no deja de ser la
realidad:
Si no hay gobierno estamos en la anarquía y se
tiene que sufrir eso que viste… casi se pelearon y si no hubiese aparecido el
voluntario decidido, en eso habríamos terminado: una pelea de todos contra
todos. Por eso, en teoría, los grupos políticos buscan gente “preparada” para
colocarlos como candidatos a cualquier cargo o función, y por eso los entrenan
y escogen con mucho cuidado. Los preparan para ser “Autoridades”. Cuando eso no
ocurre, da lo mismo que estén o que no estén y eso da motivo para que aparezcan
los espontáneos… cuando eso pasa, se canta con fuerza una vieja canción
colombiana que se llama: “La Múcura” que dice:
La Múcura está en el suelo y Mamá, no puedo con ella.
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