¿Dónde firmo?
MIGUEL SANMARTÍN | EL UNIVERSAL
sábado 4 de abril de 2015 12:00 AM
Muchos compatriotas, camarita, estarían dispuestos a firmar (ya mismo) donde sea que le propongan plasmar su rúbrica: en piedras, tablas, lienzos, paredes, vallas, pergaminos, papeles, cartulinas o cuadernos. Y si fuese necesario, porque las circunstancias históricas así lo demandan, la estamparían usando cualquier técnica de escritura conocida-disponible, incluidas la digitalización y el repujado o con sopletes de acetileno sobre metal o trazas humo en el cielo. Firmarían como sea, con lo que sea y donde sea con tal de dejar constancia expresa de una voluntad que, más que una intención, hoy es clamor nacional. Una necesidad imperiosa. Impostergable: salir de la crisis inducida por el modelo castrocomunista y reconquistar la paz, la justicia, la equidad y la seguridad, tanto la personal como la jurídica.
El país -en masa, sin distinción de clases ni credos- firmaría espontáneamente y complacido, por ejemplo, por la promulgación de una ley de amnistía que deje en libertad plena a todos los ciudadanos que hoy se encuentran detenidos por supuestos-simulados "delitos" de golpismo y conspiración, como califica el régimen los actos de disidencia política. Que permita, igualmente, el regreso de los asilados e, incluso, de aquellos compatriotas que durante los últimos 16 años abandonaron motu propio el país en busca de seguridad y oportunidades que aquí no encontraban.
Asimismo el soberano firmaría ipso facto para requerir del gobierno retomar el diálogo con más de la mitad del país que no comparte su proyecto autocrático, un gesto necesario e impostergable (que sea sincero, transparente y fiable, con mediación internacional, presencia de un representante del Vaticano y sin exclusiones de ningún orden) con la finalidad de alcanzar un acuerdo nacional, consensuado, que propicie la superación del colapso político, económico y social creado por la imposición del modelo marxista-leninista de capitalismo de Estado (socialismo del siglo XXI), causante de esta espantosa situación de desabastecimiento, inflación y desempleo, entre otras muchas calamidades.
De la misma manera suscribiría la ciudadanía que el Ejecutivo desmonte progresivamente los nefastos controles de cambio y precios, limite las importaciones a lo estrictamente indispensable y apoye a los empresarios locales con incentivos, medios, créditos, reformando normativas y eliminando restricciones (estimulan el ausentismo laboral y la corrupción) para que reactiven sus empresas y aumenten la producción de bienes y servicios como "receta infalible" para suprimir la escasez, abatir la inflación y propiciar la generación de empleos formales y bien remunerados.
También firmaría convencido por la revisión de las relaciones internacionales del gobierno. Todas. Comenzando con Estados Unidos. ¿Por qué no? Aunque el mayor volumen de rúbricas de particulares y empleados públicos se presentaría, sin duda, para solicitar que, con el mismo interés y rigurosidad, se analicen las alianzas con Cuba, China, Rusia, Bielorrusia, Irán, Brasil, Argentina, Bolivia y Nicaragua, entre otros.
Sobrarían ganas, tinta y espacio para estampar firmas por otros dos propósitos que hagan valer principios fundamentales consagrados en la Constitución: la independencia de los poderes públicos -hoy subordinados a los intereses del Ejecutivo- y la dedicación de la Fuerza Armada a las funciones institucionales que le son inherentes por ley. ¡Yo firmo!
Pero, mientras la firma no sea mas que la perpetración del delito de EXTORSIÓN... !!!NO FIRMO!!!.
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