2015/05/07

263261.- Más allá de una remuneración digna

Más allá de una remuneración digna
El “revolcón” económico en el bolsillo de los venezolanos que dio Nicolás Maduro al anunciar un incremento del salario mínimo en 30% en dos partes, y que no satisface a nadie, fue la gota que terminó de sacar a la superficie la situación calamitosa a la que se ha empujado a las universidades venezolanas.
Resulta ser que la mala noticia que trae el incremento del salario mínimo a Bs.7.421,70, no es que llega con un déficit de Bs.27.703 (78,9%) con respecto al costo de la Canasta Básica del Cendas-FVM para marzo de 2015. Ni tampoco se reduce esta mala nueva a que el incremento del salario mínimo entre mayo 2014 vs. mayo 2015 ha sido de 58,7% en términos reales.  Dicho de otra manera, dicho salario se ha reducido en 41,3%.
La mala, muy mala noticia, es que dado que la mayoría de las escalas de pago del sector público están congeladas, los venezolanos ahora están viendo cómo un empleado no calificado y recién nombrado en un puesto ganará Bs.7,421,67 mensuales a partir del 1º de julio, mientras que su superior en el sector público podría estar ganando menos o muy poco más; un médico que trabaja seis horas diarias gana ahora Bs.6.899/mes; un maestro con 25 años de experiencia gana Bs.8.425/mes; y ni qué decir de un profesor universitario, cuya mayor escala salarial apenas llega a 2,73 salarios mínimos en comparación con 2001 cuando este llegaba hasta los 13 sueldos mínimos, mientras que los profesores que están a nivel de instructores, quedan muy por debajo del nuevo salario mínimo.
Esto parece haber tensado la cuerda del aguate del gremio de profesores universitarios quienes esta semana dio comienzo a una serie de acciones de protesta. La primera fue convocada por la Asociación de Profesores Universitarios de la UCV (Apucv), la cual convocó a un paro de 24 horas para el pasado lunes 4 de mayo para exigir aumentos salariales; esta fue seguida por un llamado de la Universidad del Zulia (LUZ) a paralizar actividades por 24 horas este miércoles 6 de mayo, la cual también rechaza los ataques de efectivos de los cuerpos de seguridad a la Facultad de Ingeniería el pasado 30 de abril, violando la autonomía universitaria; y, luego, la Universidad de Los Andes (ULA) acordó comenzar la hora cero el 15 de mayo, lo cual implica media jornada laboral y media jornada de protesta.
Y es que, como bien lo expresó en su twitter María Corina Machado, “cuando en un país un profesor universitario gana menos que el sueldo mínimo, queda claro que la ignorancia es una política de Estado”.
Esto es tan cierto, que desde el inicio de su primer Gobierno, Hugo Chávez se propuso inmiscuirse en la formación y educación del venezolano en todas sus escalas de escolaridad en aras de formar al “hombre nuevo socialista”. Es decir, un ser adoctrinado, ideologizado, dúctil al dominio de una élite gobernante, sin independencia de un pensamiento crítico y contestatario. Para ello, además de socavar la instrucción primaría y secundaria, imponiendo un contenido curricular manipulado y sesgado, ha infiltrado a la educación universitaria con instituciones paralelas de mínima calidad académica y cercado a las universidades autónomas vía presupuestaria.
Una tarea que ya viene mostrando sus nefastos resultados con unas universidades públicas “autónomas” sin recursos para adquirir insumos, ni equipos, ni pensar en la investigación y, menos aun, en el para mantenimiento de las instalaciones o la garantía de la seguridad en las aulas, intentando violentar su autonomía para imponer un modelo de país donde impere el pensamiento único.
De allí, que la lucha de las universidades es la lucha de todos los venezolanos que quieren democracia y libertad.
Editores de VenEconomía

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