De la mano de Felipe
Veneconomia hoy, 10jun15
¡Qué cosas insólitas va develando la vida de la mano de Felipe
González, el ex presidente del Gobierno español y un respetado líder del
socialismo mundial!
Resulta que con la determinación de González de formar parte del
grupo de ex presidentes que ha decidido apoyar y defender a Leopoldo López,
Daniel Ceballos y Antonio Ledezma, los presos políticos del Gobierno de Nicolás
Maduro, se está demostrando que este tiene un talante más dictatorial que el
mismo Augusto Pinochet, el férreo dictador chileno de los años 70.
El caso es que Pinochet, tomó en 1977 una hábil decisión
política: Permitió que en agosto de ese año Felipe González, para ese entonces
un joven abogado que había emergido como el principal líder de oposición en la
incipiente democracia que surgía en España luego de la muerte de Francisco
Franco, visitara Santiago de Chile y entrevistara libremente en la cárcel a
Erich Schnake y Carlos Lazo, dos presos políticos condenados a prisión por
delitos de sedición y traición, a quienes defendía González.
La habilidad política de Maduro luce muy distante de la de
Pinochet.
Su tozudez para seguir profundizando el Plan de la Patria a la
usanza castrista lo ha llevado a tomar una vía obtusa: Al negarle a González el
derecho a que represente a la defensa, acompañe o asesore en el caso judicial
que se les sigue a López, Ceballos y Ledezma, corre la cortina que viene
ocultando al proceso dictatorial que viene profundizándose en Venezuela.
Igual error táctico es que para mantener esa posición ha
cometido una serie de atropellos en contra de González:
Que la bancada oficialista en la Asamblea Nacional lo declarara como persona non grata.
Que la bancada oficialista en la Asamblea Nacional lo declarara como persona non grata.
Lanzar en su contra un discurso descalificador y agresivo desde
la mayoría de los representantes de los poderes públicos; corroborando con ello
la falta de independencia de estos y su sujeción a un proceso político.
Que el Tribunal Supremo de Justicia negara una y otra vez la
posibilidad de ser parte del equipo de la defensa de Ceballos, López y Ledezma,
por su condición de extranjero. Incluso negándole la posibilidad de dar
asesoría ad honorem a la
defensa de estos.
Que en su estadía en Venezuela desde el 7 de julio, no se le
diera permiso para asistir a las audiencias públicas de López, Ceballos y
Ledezma. Ni tampoco le permitieran visitar a López y Ceballos, quienes llevan
tres semanas en huelga de hambre y permanecen incomunicados en las cárceles de
Ramo Verde y San Juan de los Morros, respectivamente.
Solo pudo, en los dos días que estuvo en el país, reunirse con
los familiares de estos dos líderes de la oposición; visitar a Ledezma, en su
casa donde cumple arresto domiciliario y a Teodoro Petkoff, a quien entregó el
premio de periodismo “Ortega y Gasset” que recibió en su nombre en España, dado
que el editor de Tal Cual no
pudo salir del país para asistir a la ceremonia de entrega del galardón.
Lo más grosero fue el intento de sabotear su visita con
protestas callejeras y a través de Twitter,
pero el llamado no obtuvo apoyo popular y estas terminaron siendo
un rotundo fracaso.
Pero, lo que ha provocado que surja una serie de conjeturas es
la salida intempestiva este martes de González en un avión de la Fuerza Aérea
de Colombia, con la autorización expresa del presidente Juan Manuel Santos. Más
aún, cuando el Gobierno está aprovechando ese hecho para arremeter contra
González, proclamando con sorna que “vino por lana y salió trasquilado”.
Para quienes conocen en modus
operandi del Gobierno de acusar a otros de lo que en él acontece,
cabe pensar que hoy se vanagloria de lo que en realidad carece, sobre todo
cuando Santos se solidarizó con Gónzalez y de forma categórica afirma que “el
ex presidente González ha sido un amigo incondicional de Colombia y de su
proceso de paz".
Editores de VenEconomía
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