UN MOMENTO CON LA HISTORIA DE MÉRIDA (N° 209)
(HERMOSAS PALABRAS DE JUAN FÉLIX SÁNCHEZ, DONDE DESCRIBE LA EXTRAORDINARIA DEVOCIÓN QUE LO IMPULSO A REALIZAR SU MARAVILLOSA OBRA)
"Mi primera oración que empecé a aprender fue el padre nuestro que me enseñaron mi mamá y mi papá y en los 84 años que tengo siempre me ha acompañado. Yo de religioso soy devoto de la Santísima Virgen, sea la que sea, cualquiera de ellas, por eso cuando me fui al Tisure le hice una capilla chiquita a la Virgen de la Coromoto y otra destinada para el Dr. José Gregorio Hernández. Después hice las tallas y después las capillas grandes. Yo tenía de hace mucho la idea de hacer lo que se entiende por un calvario y me puse a hacerlo, no puedo decir que patentemente pero sí de mi imaginación. Lo primero que hice fue el Cristo, hice los dos ladrones. La Dolorosa, la Magdalena y San Juan Apóstol. Hay diferencia entre los dos ladrones por cuanto que el que está a la derecha que es Dima, está mirando a Jesús y el otro mira recto. La Virgen de la Dolorosa está al pie de la cruz sentadita sobre una piedra especial que busque para que ella se sentara. Arribita donde están los crucificados tengo el Santo Sepulcro hecho en piedra, con su fosita y la imagen del Cristo que va colocada ahí. Esto lo he hecho yo todo por devoción y creencia. Ahorita que me he visto con la vista dañada, en el momento de la operación del ojo izquierdo me encomendé al Dr. José Gregorio. Le recé alguito y le dije: “bueno, usted sabe cómo yo me porto con usted. Así que…"
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