Rafael Ramírez dirigirá Consejo de Seguridad
La presencia de Venezuela en esta instancia no significa el respaldo a su política de derechos humanos, dicen especialistas
Rafael Ramírez, representante permanente de Venezuela ante la ONU, presidirá a partir de hoy y durante un mes el Consejo de Seguridad de la organización.
El ingreso del país en este consejo a finales de 2014 generó diversas reacciones debido a las controversias en las que se ha visto envuelto el gobierno de Venezuela. Para el ex embajador Milos Alcalay, representante permanente ante Naciones Unidas entre 2001 y 2004, el mecanismo que se utilizó para ser miembro fue el mismo que usaron naciones cuestionadas como Libia, Siria o Irán, que lo lograron buscando el respaldo regional. “Fue producto de un lobby de una década”, destacó el internacionalista Kenneth Ramírez.
La presidencia del Consejo de Seguridad se hace de manera rotativa entre los Estados miembros. Las funciones del que preside este órgano es seguir la agenda que ya está establecida con mucha antelación y conducir los debates. “Es algo más administrativo”, afirmó Ramírez.
“Desluce que el Consejo de Seguridad esté presidido por un personaje que tiene investigaciones abiertas en Estados Unidos”, indicó el internacionalista en referencia al actual representante permanente de Venezuela ante Naciones Unidas. El primo de Rafael Ramírez, Diego Salazar, ha sido vinculado a varios casos de corrupción.
Alcalay considera que el representante del Consejo de Seguridad debe tener una imagen de prestigio, pues de lo contrario se pueden ver limitadas sus posibilidades de influencia. A su juicio, el hecho de que una persona haya sido imputada y esté vinculada a escándalos le quita fuerza y respeto ante los otros Estados miembros.
El papel del consejo es determinar la existencia de una amenaza o acto de agresión. También, en algunos casos, la instancia puede recurrir a la imposición de sanciones o incluso autorizar el uso de la fuerza para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacional.
Los expertos consultados afirman que la presencia de Venezuela en este órgano de la ONU no significa un endoso a sus acciones y políticas internas con respecto a derechos humanos o como garante de seguridad. “La imagen de Venezuela ha ido clarificándose cada vez más como un país violador de derechos humanos, totalitario y que no obedece las reglas”, expresó Alcalay.
Además, el ex embajador añadió que Venezuela, con una diplomacia y un Ministerio de Relaciones Exteriores totalmente colapsados, presidirá este año, aparte del Consejo de Seguridad de la ONU, Unasur y Mercosur. Para Alcalay, si no se empieza a plantear un diálogo en vez de un monólogo, el gobierno se quedará totalmente aislado.
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