Tiempo atrás se acercaron a mi
casa Antón Garate y Celina, su
esposa, pareja Rotaria de larga data,
amigos entrañables, soldados de la generosidad, virtuosos, leales, íntegros, portando un pequeño limonero, venían con la
viva intención de sembrarlo en el patio de entrada y, para ello, venían armados
de las herramientas de jardinería, como para asegurarse que no habría escollo
alguno a sus fines. Con gran empeño emprendieron su trabajo y al poco rato ya
el pequeño arbolito se mostraba henchido de la emoción de estar sembrado en
buen espacio, al abrigo de otros árboles, mayores que él en edad y en tamaño…
parecía que el arbolito se alegraba por lo que estaba sucediendo, parecía
existir un halo de felicidad a su alrededor y era una sensación compartida por
todos los presentes…
Ese día Antón nos trajo como
obsequio, además, una pequeña hoja escrita con su letra temblorosa… rasgada a
mitad con manotazo firme… seis líneas de
un poema que era el retrato de su visión de la vida:
Si en la Lid, el destino te
derriba,
Si todo en tu camino es cuesta
arriba,
Si tu sonrisa es ansia
insatisfecha,
Si de tu esfuerzo solo
obtienes vil cosecha,
Si en tu camino se interponen
diques…
Date una tregua, pero “NO
CLAUDIQUES”
ANTÓN
El “SI” de ANTÓN fue un SI valioso como lo es todo lo positivo, y para
ustedes muchachos, jóvenes amigos, Rotaractianos llenos de la esperanza en un
mundo mejor que les tocará enfrentar y ayudar a construir, a ustedes, hoy
conmemorando el duelo que sentimos los Rotarios por la partida de Albio y del
mismo Antón, quisiera recordarles otro famosísimo poema de Rudyard Kipling escrito en 1896, hace
ya 120 años:
SI
Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "! Continuad!".
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "! Continuad!".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la
virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.
Marco A. Morillo Ruiz.
2016-06-28
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