2011/02/18



A N I M A T E…

"Cuando mal vayan las cosas como a veces suelen ir,

cuando tú camino ofrezca solo cuestas que subir,

cuando poco haber tengas pero mucho que pagar,

y sonreír precises aun teniendo que llorar,

cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir,

descansar acaso debes ¡pero nunca desistir!"

Rudyard Kipling

2011/02/17

¿A quien creer?

¿Profecías o mentiras?

La Gaceta Oficial del lunes 14 de febrero trajo una resolución para incorporar 86,4 millardos de barriles a las reservas "probadas" de la Nación, con lo cual las reservas totales "probadas" de Venezuela serían 296,5 millardos de barriles.
Se trata de una gigantesca mentira. Según los analistas, entre ellos, Gustavo Coronel y Diego González, sencillamente no es verdad que el país tenga casi 300 millardos de reservas "probadas" de petróleo.
Como punto de partida se tiene que las reservas de petróleo convencional en Venezuela están en el orden de 40 millardos de barriles. Sin embargo, las reservas que ahora pregona el Gobierno de Chávez son las de petróleo extra pesado que yace en la Faja Petrolífera del Orinoco.
Desde hace 40 años, se sabe que hay más de 1.300 millardos de barriles de petróleo extra pesado bajo tierra en la Faja.
Pero, para que un barril "bajo tierra" se constituya en una "reserva" tiene que ser un barril que se puede traer a la superficie con la tecnología de hoy y a un costo razonable. En base a ese criterio, sólo el 10% (130 millardos de barriles) del petróleo de la Faja se puede clasificar como "reserva". Es decir, la reservas verdaderas estarían en el orden de los 170 millardos de barriles (= 40 millardos convencionales más 130 millardos extra pesados), suficientes para mantener un ritmo de producción similar al de hoy por casi 200 años.
Pero al Gobierno de Chávez parece que le gusta decir que tiene las reservas más grandes del mundo, más que las de Arabia Saudita. Y ha llegado a esta absurda conclusión mediante un jueguito de números: ha "calculado" que el 20% de las reservas de la Faja se pueden traer a la superficie, a pesar de que no existe la tecnología para ello. Tal vez para el siglo XXII pueda existir esa tecnología. Para entonces Chávez y su Gobierno podrán recordarse como los grandes profetas. Por ahora, sólo pueden ser percibidos como unos reverendos mentirosos.
Ahora, independientemente de cuales sean las verdaderas reservas de Venezuela (40, 170, o 296,5 millardos), el hecho es que ese petróleo bajo tierra no sirve para nada si no se invierte en la infraestructura necesaria para ponerlo en producción. La lamentable realidad es que la PDVSA "nueva" ni siquiera invierte lo suficiente para mantener en óptima operación los pozos existentes. Prueba de ello es que sólo se están produciendo 2,5 millones de barriles diarios, cuando para 1998 la PDVSA "vieja" estaba produciendo 3,5 millones de barriles diarios, y se estimaba que en 2011 la producción estaría en 6 millones de barriles diarios.

Tomado de VENECONOMIA del 17feb11                                  HumanismSymbol

2011/02/12

¿Que cuántos años tengo???

  José Saramago
¿Que cuántos años tengo? - ¡Qué importa eso !
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso…
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.


¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo/a,
y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!....
¡Estás muy viejo/a, ya no podrás!...
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada…
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..  

                       
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos


¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa cuántos años tengo…
o cuántos espero, si con los años que tengo,  
¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!

En cada palabra una lección…

"La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos. Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree."

Paulo Coelho

 

Porque… si no es para aprender, para luego mejorar…. entonces… ¿Para que…?

2011/02/11

Kirk Douglas entrevistado en su cumpleaños 84.

image

- Mis hijos no tuvieron las ventajas que tuve yo en mi infancia: cuando uno viene de la pobreza más abyecta, no hay otra dirección adonde ir que no sea hacia arriba.

- Sé que el amor es más hondo a medida que uno se hace más viejo.

- Sé que todo el mundo tiene ego.

- Sé que, por más que a los judíos nos enseñen a leer en hebreo, no entendemos un carajo de lo que estamos leyendo. Cuanto más estudio la Torá menos religioso me vuelvo, y más espiritual quizá. En el último Yom Kippur opté por la traducción al inglés y descubrí que Dios no necesita que le cantemos alabanzas sino que seamos mejores como personas. 

- Sé que cada hijo es diferente y que hay que darles soga, siempre: no aconsejarlos mucho y dejarlos cometer sus propios errores. Es como el pase inglés: uno tira los dados y espera a ver qué pasa.

- Sé que, a veces, lo que te compromete te libera. Yo no quería ser actor de cine. Mi vida era el teatro y la primera vez que me llamaron de Hollywood rechacé el ofrecimiento. Pero entonces nació Michael y hacía falta más dinero, y me vine para acá.

- Sé que todo buen aprendizaje termina sólo cuando estás bien muerto.

- Sé que, si un hombre me diera a entender que nunca cometió un pecado en su vida, no me interesaría en lo más mínimo hablar con él.

- Sé que los musulmanes siguen a Mahoma; los cristianos a Jesús, y los judíos, a Moisés, pero es el mismo Dios, en mi opinión.

- Sé que hacer películas es una forma un poco cara de narcisismo.

- Sé que los hijos necesitan la misma cercanía física con el padre como con la madre. Cuando beso a mis hijos en la boca, alguna gente me mira raro, pero no me importa porque sé que no es una debilidad.

- Sé que Atrapado sin Salida fue una gran decepción en mi vida. Compré los derechos para cine, pero nadie quería hacer una película con eso. Entonces pagué para hacerlo en Broadway, pero tampoco. Había una línea en especial en el libro que me parecía inigualable: cuando McMurphy trata de arrancar el lavatorio de la pared delante de los demás internos y no puede. Y todos lo están mirando y él gira hacia ellos y les grita: ‘¡Por lo menos traté!’. Hay días en que pienso que ése debería ser mi epitafio.

- Sé que por algo es que la política se ha vuelto una mala palabra.

- Sé que hay cosas en la vida que uno nunca logra hacer como Dios manda. Jugar al golf, por ejemplo.

- He sobrevivido a la caída de un helicóptero, con cirugía vertebral incluida, a un infarto que casi me lleva al suicidio, tengo un marcapasos y problemas en el habla. ¿Y qué? Siempre me digo: la edad está en la cabeza. Es el único antídoto que permite seguir funcionando.

- Sé que millones de personas murieron por motivos religiosos: algo anda mal ahí, ¿no?

- Sé que esto puede pasar: uno se muere, lo llevan frente al barbudo sentado en el trono, uno pregunta si eso es el cielo y el barbudo responde: "¿El cielo ? De ahí acaba de venir, caballero".

- Sé que la única gente que puede destruir Israel son los judíos, porque su obstinación alimenta la división. Como decía aquel chiste en que se encuentran el presidente de los Estados Unidos y el de Israel y éste le dice: ‘Sé que ha de ser difícil ser presidente de 250 millones de personas, pero ¿sabe lo que es ser presidente de cinco millones de presidentes?’

- Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron.

- Sé que pensar un poco en los demás es una manera de distraerse de uno mismo.

- Creo que recién ahora empiezo a saber quién soy. Como si mis virtudes y mis defectos hubiesen estado hirviendo en una olla todos estos años y con el hervor se hubieran ido evaporando y convirtiéndose en humo, y lo que queda en el fondo de la olla es mi esencia, y se parece inquietantemente a aquello con lo que empecé al principio.

 

Dios guarde al libre albedrio.

2011/02/09

Errores de principiante.

Emprender un negocio es un examen para cualquier persona. Las dudas, ansiedades e inseguridades, muchas veces se neutralizan con coraje, optimismo y conocimiento técnico.
Sin embargo, entre tener una idea y abrir un negocio hay un largo camino por recorrer. Es difícil no cometer ciertos errores, especialmente cuando nos enfrentamos a esta situación por primera vez. Reconocerlos y prevenirlos, puede significar la diferencia entre un emprendimiento exitoso y una empresa con serios problemas como los siguientes:

1. El mono-cliente: si más del 50% de sus ganancias provienen de un único cliente, usted podría encontrarse en serios problemas. Si bien es más fácil y rentable tratar con un pequeño número de "grandes clientes", podemos volvernos vulnerables cuando sólo uno contribuye con la mayor parte de nuestros ingresos. Tendemos a hacer grandes concesiones para conservar la relación, realizamos inversiones especiales para satisfacer sus exigencias y requerimientos, y estamos tan ocupados atendiendo a esa única "gran cuenta" que dejamos de buscar nuevos clientes y atender a los más pequeños (pero igualmente importantes). Si por cualquier razón ese cliente desapareciera, nuestro negocio quedaría al borde del colapso. Recuerde: si ponemos todos los huevos en la misma canasta...
Utilicemos ese "gran cliente" como fuente de gratificación y como señal de peligro. Busquemos siempre nuevos clientes y procuremos diversificar las fuentes de ingresos.
2. Producto sin mercado: tenemos una gran idea e invertimos meses en ella. Cuando finalmente sale al mercado, nadie está interesado en comprarla. Estábamos tan "enamorados" de nuestra idea, que nunca nos tomamos el tiempo de averiguar si a alguien más le interesaba lo suficiente, como para pagar por ella.
No seamos "un producto en busca de un mercado". Investiguemos el mercado antes. Probemos la idea. Hablemos con potenciales clientes y preguntémosles si comprarían nuestra propuesta. Si suficientes personas nos dicen "Sí", continuemos y desarrollemos el producto. Si no obtenemos una respuesta positiva, pasemos a la próxima idea.
3. Producto sin valor: ¿Qué aportará su producto a su cliente? ¿Cuánto dinero les permitirá ahorrar? ¿Qué beneficios -directos e indirectos- le dará? Analice estos puntos. Hable con sus clientes, registre estudios de casos. Idee formas de cuantificar los beneficios. Si usted no puede justificar la compra de su propio producto, no espere que sus clientes lo hagan.
4. Precios bajos: algunos emprendedores piensan que pueden vender a bajo precio sus productos y obtener grandes ganancias en el volumen de ventas. ¿Usted trabajaría por un bajo salario? ¿Por qué entonces, querría vender a bajos precios? Recuerde que los márgenes amplios pagan los gastos más rápidamente. Si los márgenes son muy pequeños, las ganancias son imperceptibles y el tiempo de retorno de inversión mucho mayor.
Asegúrese de "hacer bien los números" antes de decidir una estrategia de precios bajos. Para las compañías de servicios, los precios bajos casi nunca son una buena idea. ¿Cómo decidir cuán alto? ¡Auméntelos! Si los clientes dejan de comprarle, entonces fue demasiado lejos...
5. Capital insuficiente: todos nos tentamos e imaginamos proyecciones de ventas optimistas, lapsos de desarrollo de productos breves y competidores lentos. Pero todos estos "pensamientos positivos" no salvarán a un negocio de la falta de capital. Incluso las empresas maduras, con frecuencia, no tienen dinero suficiente para soportar un descenso en sus operaciones.
Verifique sus "supuestos" sobre el negocio que desea emprender. Debemos ser conservadores y cautelosos en nuestras proyecciones. Asegurarnos de tener tanto capital como necesitemos, para mantenernos durante un mal ciclo de ventas, o hasta la próxima "inyección" de inversiones.
6. Falta de enfoque: si el suyo es como la mayoría de los negocios, no tendrá el tiempo suficiente -ni las personas- como para perseguir cada oportunidad interesante que se le presente. Sin embargo, muchos emprendedores piensan que más siempre es mejor y persiguen todo, en lugar de enfocarse en su producto, servicio, o mercado principal. Concentrar la atención en un área limitada conduce a mejores resultados, superando casi siempre las ganancias generadas tras una diversificación.
Existen miles de ideas buenas en el mundo, su trabajo es elegir sólo aquellas que ofrezcan mejores retornos. Hágase conocido en su "nicho de mercado" por las cosas que hace y hágalas cada vez mejor.
7. Exceso de gastos: muchos emprendimientos mueren por exceso de gastos. Los mejores emprendedores saben cómo utilizar su dinero para procesos clave del negocio (como innovación, ventas y marketing), pero son humildes y procuran comprar barato.
No compre equipos o muebles lujosos, a menos que realmente le permitan ahorrar tiempo y obtener más ventas. Invierta el dinero necesario para mantener en funcionamiento -y en crecimiento- su negocio. Siempre pregúntese: ¿este gasto... está justificado?
8. Perfeccionitis: esta grave enfermedad afecta a muchos emprendedores (quienes nunca lanzan sus productos si no están absolutamente perfectos). Cuando se trata de desarrollar productos, la perfección es imposible de lograr y extremadamente costosa. Además, mientras estamos perfeccionando el producto, el mercado está cambiando frente a nuestros ojos.
¿El antídoto? Imponerse un lapso razonable para crear el producto. Fijar una fecha límite y cumplirla: cuando llegue este día, lance el producto.
9. Socios 50/50: usted es el mejor vendedor del mundo pero necesita alguien que trabaje en la oficina. O es un genio en su área pero necesita alguien que le traiga clientes. Cualquiera sea el caso, usted y su nuevo socio dividen el negocio mitad y mitad. Parecería ser lo más justo pero, a medida que sus intereses personales y profesionales se alejan, las confrontaciones se acercan. El poder de veto de cualquiera de las partes puede detener el crecimiento de su empresa y ninguno tendrá suficiente voz para modificar la situación. Si ambos tienen la misma ingerencia, cada mínima decisión se convierte en un debate y las cosas se "empantanan" rápidamente.
Alguien debe estar a cargo. 51/49 es mejor que 50/50. Si usted y su socio deben tener partes iguales, otorgue un pequeño porcentaje a un asesor externo que cumpla funciones de "desempate".

Estos nueve errores son muy perjudiciales, pero el peor de todos es no reconocer que estamos cometiendo errores. La cruel verdad es difícil de aceptar, sin embargo, admitir un problema es el primer paso para resolverlo. Si no, los errores crecerán y crecerán... y nuestro negocio se reducirá y reducirá...

Tomado del Club de la Efectividad 09/02/11

Pedagogía de CONFUCIO

Hace 2500 años, Confucio dijo: "Escucho y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo." Estas palabras, tan lejanas en el tiempo y el espacio, resuenan hoy con increíble fuerza en el campo de la educación. Adaptando estas reflexiones, podríamos actualizarlas y obtener algunas herramientas, para quienes tienen la compleja misión de enseñar... a aprender.

Vemos posibilidades y vamos hacia ellas: lo primero que descubrimos en este pensamiento es que las personas deben estar lo suficientemente atraídas para participar de algo. Como maestros, o facilitadores, debemos acercarnos a las personas, preguntarles y tratar de comprender sus necesidades para satisfacer sus expectativas de aprendizaje.
Nos divertimos y renovamos nuestras energías: pensemos en el aprendizaje en términos de "gasto de energía". Cuando las personas asisten a un evento de capacitación, hay muchas actividades que compiten por su energía y atención. Cuando reflexionamos sobre aquello que energiza a las personas y sostiene su motivación, inmediatamente pensamos en la diversión. Sin desviarnos del objetivo pedagógico de un evento, podemos hacer más divertida la experiencia -para los participantes- construyendo una atmósfera amigable e informal, donde se estimule la conversación, la relajación y el humor.
Preguntamos y nos abrimos al aprendizaje: todo docente sabe lo importante que es que las personas se abran a nuevas ideas y teorías, para facultar un aprendizaje más profundo. Las preguntas son el recurso que tienen las personas para recabar información, comparar sus expectativas con la realidad y aprender más acerca de los pensamientos y percepciones de los demás. Parte del rol de un facilitador es estimular, a los participantes, a formular sus preguntas y clarificar así sus intenciones de aprendizaje.
Mientras más sentidos involucramos, más información retenemos: una vez que los participantes están energizados y abiertos al aprendizaje, tenemos el terreno fértil para presentar un contenido dinámico e interesante. Pero para ayudar a que este contenido "eche raíces" y sea internalizado por los participantes, debe ser presentado de manera tal que active todos los sentidos y responda a los tres principales estilos de aprendizaje: visual, auditivo y kinestésico. Al igual que sentimos de varias formas, también aprendemos de modos diversos. Por eso, un docente debe utilizar estímulos visuales (imágenes, colores, mapas, fotos), auditivos (tonos de voz, música, sonidos, etc..) y kinestésicos (temperaturas, contacto físico, sensaciones, texturas).
Hacemos y comprendemos: incluso el alumno más motivado, necesitará más que escuchar, ver y tocar las ideas y los conceptos. Los participantes necesitan la oportunidad de hacer algo con la información; experimentarla de forma tal que puedan conectarla con sus situaciones y perspectivas personales. Para mejorar el desempeño, una persona debe aprender a traducir lo aprendido en nuevos y mejores resultados. La tarea de un facilitador es ayudar al aprendiz a conectar lo visto con su propósito personal y profesional. Esta es una manera efectiva de medir los efectos de un proceso de enseñanza, especialmente en adultos.
Reflexionamos, integramos y podemos compartir con los demás: una vez que las personas han comprendido algo, para fijar más un nuevo conocimiento, deben ser capaces de compartir sus aprendizajes con otras personas. Para ello, necesitan integrar el nuevo conocimiento a sus saberes previos y reflexionar sobre él detenidamente. Esto significa que un educador debe crear tiempo -y procesos- para propiciar la reflexión personal y el diálogo.
Aplicamos a la vida real y obtenemos resultados: quién resuelve un problema no sólo aprende acerca de ese tema en concreto; también aprende a actuar frente a otros problemas. Al aplicar un aprendizaje a un problema en particular, aprendemos a detectar un problema, a enunciarlo, a interpretar de qué tipo de problema se trata, a analizar las estrategias disponibles y a generar un plan de trabajo. Además, podemos aprender a identificar si estamos progresando, e identificar nuevas situaciones en las que aplicar lo aprendido.

Cada principio de este modelo nos puede ayudar a diseñar un evento de capacitación, cualquiera sea su naturaleza. Si reflexionamos acerca de la manera en que aprenden mejor las personas, sabremos aquello que necesitamos darles. Esto no significa que logremos experiencias de aprendizaje "perfectas", pero seguramente serán un poco mejores... gracias a la orientación del filósofo chino!

Tomado del “Club de la Efectividad” 09/02/11

Sigue Hambriento

Los milagros no ocurren por casualidad. Nosotros hacemos que ocurran, cuando tenemos el deseo.

Sea cual sea la fase de la vida en la que te encuentre esta nota, debes saber que es posible querer más, y ser más. Pero necesitamos desearlo. Y también necesitamos inspiración.

Cuando vemos que a otras personas les va mejor que a nosotros, que experimentan milagros, eso nos recuerda –a nivel del alma– que la Luz está ahí también para nosotros. Si percibimos carencias en nuestra vida, en lugar de sentirnos celosos de otras personas, podemos elegir sentirnos inspirados a hacer más, a saltar al siguiente nivel.

Y si prestamos atención, descubriremos que las personas que vienen a nuestra vida no están ahí por accidente. Son canales para la Luz, enviadas para inspirarnos a cambiar. Cuando estamos abiertos, pueden despertarnos a una nueva etapa de crecimiento.

Así que cuando las personas que están en tu vida exigen que te esfuerces más, no las evites: déjalas entrar. Déjalas recordarte que tú PUEDES hacerlo.

A la mayoría de nosotros no nos gusta estar rodeados de personas que nos ponen a prueba. Preferimos pasar el rato con amigos, porque es más cómodo. Quizá pensemos que no podemos soportar el esfuerzo adicional, pero sí que podemos. Por supuesto, sentir el dolor de nuestro ego no es agradable, pero cuando nos mantenemos ahí y no salimos corriendo, acabamos haciendo cosas que nunca pensamos que podríamos lograr.

Esta semana, mira a la persona que te empuja fuera de tu zona de confort, no a aquéllos que te aceptan tal y como eres. Las personas con las que realmente necesitamos estar son aquellas que dicen: “Te quiero, pero puedes hacer más”.

No dejes que el miedo te detenga de hacer milagros. Los milagros están esperando ser hechos justo delante de nosotros.

2011/02/08

REVOLUCION

Honestamente creo que si hace falta una revolución en nuestro país.

De acuerdo a la nueva panacea, léase WIKIPEDIA:

“Revolución política es aquella que tiene lugar cuando nuevas circunstancias económicas y sociales ya han comenzado a transformar la sociedad, pero las leyes e instituciones políticas tienden a frenar los cambios de mayor envergadura. La creencia radica en que al conseguirse los cambios en personal y estructuras políticas, las transformaciones económicas y sociales llegaran a un ritmo más acelerado y podrán desarrollarse por completo. Las revoluciones de 1830 y 1848 son buenos ejemplos de revoluciones políticas.”

“La característica más importante que posee es la no pretensión de transferir riquezas y/o propiedades de un grupo social a otro, generalmente quienes impulsan estas revoluciones ya cuentan con poder económico y lo que buscan es la abolición de restricción para aumentar su riqueza. Tienden a no ser sangrientas en términos relativos. En sus inicios la Revolución Francesa era fundamentalmente política,”

“Las revoluciones políticas se contraponen a las revoluciones sociales que sí alteran las relaciones de propiedad. Lo que comienza como revolución política puede derivar, por poco tiempo, en revolución social.”

“Revolución es una alteración absoluta de las estructuras establecidas en un orden social y político para ser sustituidas por otras distintas. Es la sustitución del orden social sobre el cual se basaba el anterior aparato político. Se considera que la situación está corrompida por completo y es imposible reformarlo, por lo tanto la única solución es erradicarla en su totalidad y sustituirla por algo nuevo.”

“En la esencia de la revolución, no está la violencia, pero generalmente la acompaña variando de acuerdo a la fuerza y determinación relativa de los revolucionarios y grupos dominantes, como sucedió en la revolución francesa, la rusa, la mexicana, la china.”

“La realidad política es la de un orden en movimiento, un llamado equilibrio de fuerzas. Cuando el orden no muestra capacidad para introducir los cambios que la tensión social exige, se presentara el fenómeno de la revolución.”

En mi país llevamos casi un siglo bajo la égida del socialismo en sus muchas caras, hemos estado bajo regímenes de la social democracia, del social cristianismo, y ahora del “socialismo del siglo XXI” y pareciera que estamos llegando a la conclusión, al corolario, a la sumatoria de todas las verdades y de todas las falacias, al entendimiento apocalíptico e inevitable de que: el socialismo, en todas sus caras mostradas hasta la presente fecha, no ha sido capaz de proveer esa felicidad social esgrimida como  su caballo de Troya para hacer propaganda en nuestra sociedad.

Entonces, si aceptamos la definición que encontramos en Wikipedia (en negritas, arriba) se nos presenta  la solución Salomónica de cambiar de revolución por otra que, por antítesis, permita pensar en una sociedad con un mínimo de corrupción, con miras a que el pueblo, el demos vengador, tome su rumbo hacia mejores derroteros, con mayor probabilidad de éxito ya que, en la vía de la antítesis, tendría que ser una revolución humanística totalmente diferente a todo el aparataje que han desplegado hasta ahora que no ha sido mas que: mas de lo mismo, con otras caras.

Pero resulta que, en nuestro medio, generalmente se da el caso de que la gallina pone el huevo y, después, cacarea. Cuando hablamos de humanismo, la propaganda de casi un siglo nos muestra al humanista como al extremista del pensamiento, el asiduo visitante a bares oscuros donde por obra de divinos maestros se encontraba por una parte curando su hambre, y por otra parte llenándose del conocimiento político que otros como el, que habían llegado primero a esos sitios, ya estaban en condiciones de ilustrar. Mucho se ha hablado de las características sicológicas de tales personas y, estoy seguro que, cada uno de Ustedes, lectores, conocen de obras en muchos idiomas proclamando la inteligencia preclara de esas personas que por re, o por fa, se vieron extrañados de sus países, recalando en esos recónditos lugares de la ciudad luz, (en su momento), o al sur de nuestro continente, o en México, o en España, y uno que otro, que no muchos, en países y lugares de clima menos benigno. En su mayoría, estando en estas condiciones de alejamiento de la Patria, tenían un ser mítico que les proveía de medios para subsistir, como por ejemplo, una bequita de la universidad, un dinero que de pronto enviaba un amigo que pertenecía a tal o cual partido; un etcétera, familiar o no, que permitía mantener un régimen de vida espartano, es cierto, pero régimen de vida, al fin y al cabo. Si nos ponemos a hacer memoria pocos fueron los coterráneos que, pasadas esas desventuras, destacasen en el exterior por sus obras, o sus desarrollos, que no tuviesen que ver con la política.

Si asumimos que esos prohombres políticos dedicaron la mayor parte de su tiempo de exilio, dorado o no, a prepararse en política, cabe preguntarse de donde sacaron la preparación gerencial que les permita ahora enfrentar el reto de la conducción  de esa gran empresa llamada PATRIA.

Resulta evidente que tenemos dos clases sociales totalmente diferentes, los políticos y los no políticos. Cien años nos han demostrado que los políticos no han sabido manejar el país. De haberlo sabido, la situación seria diametralmente diferente. Hoy día hablamos del “Proceso” como si el proceso político fuese una panacea y como si todos los moradores del país tuviésemos que ser políticos para que el proceso…  se ponga en marcha. Es evidente que esta línea de pensamiento nos coloca ante el gran contrasentido histórico: queremos tener una democracia donde todos seamos el calco de lo que alguien ha decidido que sea el hombre de la patria.

Ante las realidades que,a diario, nos toca vivir, en las cuales las soluciones no son, precisamente, humanísticas, donde prevalece la función política sobre toda otra, no cabe pensar en que se pueda llamar al régimen “militar” pues lo que a diario se ejecuta no es mas que la continuación de lo que se ha venido haciendo desde principios del siglo pasado, con la salvedad, evidente, de querer achacarle el son del tambor a los otros músicos, a los que entrenaron y ubicaron en los sitios claves para que hicieran el trabajo sucio, permaneciendo ellos, los sabios de Grecia, fuera del sentimiento de culpabilidad que los persigue después de tantas derrotas como han sufrido.

El ejemplo internacional con la caída de varios regímenes y el muy discutido reaccionar de socios de larga data, y de enemigos de corta data debe hacernos pensar en una clave distinta a la que estamos ya muy acostumbrados. El estomago, maravilloso motor de la humanidad, no tiene compasión con las disculpas que puedan ofrecer los integrantes de esa clase política que esta causando la desaparición de los alimentos en los anaqueles de los abastos. El costo de las medicinas que los enfermos requieren día a día, páguelas quien las pague, es otro ejemplo de la falta de capacidad de esa clase política que no ha sabido responder al requerimiento de una sociedad que esta muy por encima de sus capacidades.

Necesitamos humanistas, gente preparada para llevar el timón de la Nación, para pensar en leyes que protejan a los ciudadanos, para hacer que nuestras capacidades de producción se eleven por sobre las necesidades, para colocarnos, como país, en la vía del progreso. La palabra clave es HUMANISTAS, definiéndolos y por ende a su revolución, como aquellos conciudadanos que piensan en los demás antes de pensar en si mismos.

image

El concepto de HUMANISTAS no es nuevo, se pierde en la historia de la humanidad, consolida los deseos de toda la humanidad, de todo lo mejor de la humanidad, coloca al hombre en el centro del universo aceptando su pequeñez y su grandeza, aceptando el orden natural de todas las cosas, entendiendo que todos deben sumar a la hora de producir y todos deben consumir a la hora de renovar sus fuerzas, contribuyendo a que se detecten  los mejores y ellos, en su desarrollo, contribuyan a desarrollar a los demás. Disfrutan de la sinergia pues están convencidos de que es mas el todo que la suma de las partes.  Consideran que la ética no es una utopía y que el fin no justifica los medios, de allí que crean en el orden jurídico como parte fundamental de todas las organizaciones, un orden jurídico que va en pro del desarrollo humano, sin cortapisas. Humanistas que viven en la bonanza del libre albedrio con el sentido filosófico mas amplio pues todos los pensamientos tienen valor propio.