San Valentin
Otra vez llegamos y pasamos del 14 de febrero…
Otra vez el mercantilismo nos ganó la partida y como conejos arriados empezamos a enviar cuanto poema recordamos, cuanta lágrima escondida encontramos, como si nuestro amor o nuestro cariño, o nuestro buen deseo, por esos seres tan entrañablemente sentidos fuese cosa de un momento nada más; tal como los padres que abandonan a sus hijos o los que sienten que no son suficientemente buenos padres, queremos bañar de un solo intento la figura de esos seres, pretendiendo que lo que no hacemos en el día a día, se materialice al compás de los boleros y demás sones de moda. Parece que las flores ese día no alcanzan para todas y todos los amantes enamorados.
Por eso escribo estas líneas hoy, 15 de febrero, hoy que es el primer día de este nuevo año en que, Dios mediante, no te faltaran mis palabras, en el que, tras tu cuello, estaré resoplando mi aliento para hacerte sentir el fuego de la pasión, amor, cariño, solidaridad, compañía y apoyo que este pasado año me brindaste, tal como también lo hiciste desde el primer momento en que, piano piano, nos enredamos en nuestras vidas.
Tengo que decirte que extraño cada minuto que he pasado junto a ti… aún estando juntos, extraño y extrañé esos momentos que llegaron, fueron y se alejaron, constituyendo futuro, presente y pasado. No todos fueron gozosos, algunos hubo que recordamos con el retintín de la impaciencia por la discordancia de nuestras acciones, aún así hoy los rememoro con especial cariño pues fueron parte de nosotros y eso es lo importante, el “nosotros”. Muchos de esos momentos son irrepetibles, aguas de río que formaron los remansos y estabilizaron nuestras vidas. Aguas de río, a veces embravecidas, dándole el movimiento, el compás y el ritmo que nos da la sensación de felicidad.
Caminantes como somos de esta vida, sabemos que es el camino el que nos llena, el transitar por ese camino, respirar el aire que allí está, sentir el arrullo del frío y el escozor del calor, disfrutar en conjunto, en agradabilísima compañía, los avatares que esa marcha nos presente.
Así pues que no te sientas herida porque ayer 14 no recibiste nada especial de mi parte. Se, tan bien como tu, que ayer 14 nuestros pensamientos volaron en pos del otro, se que me recordaste tanto como yo me recordé de ti. Mi día estuvo lleno de ti.
Y los días que empiezan ahora, los del resto del año, estarán dedicados a recordarte, a vivirte, a soñarte… todos y cada uno… ese es mi San Valentín.
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