Estos últimos años amanezco el 1 de enero pensando en los caminantes que anoche recibieron el año en los Albergues del Camino de Santiago, en los Albergues de los Caminos del mundo, rodeados de caminantes que, como ellos, dedican parte de su tiempo en recorrer esos caminos en busca del Santo Grial.
Miguel Roberto, amigo de la infancia, etiquetó una foto mía tomada en el camino de Santiago y decía que somos caminantes de nunca terminar, en busca de nuestra razón de ser.
El cariño de la amistad coloca frases de singular tronío aplicadas a gente sencilla que encuentra gusto en rodearse de la naturaleza y la paz de los caminos, dándose la oportunidad de establecer contacto con su propio ser.
Cómo pueden ser las conversaciones de la noche de año viejo y cómo puede demostrarse la alegría del optimismo que nos embarga, ante ese nuevo espacio de 365 días para caminar hacia las metas que con tanto gusto hemos estado preparando? Cómo se complementan las ideas y la ejecución de todo cuanto hemos pensado, al calor de la compañía de los otros caminantes?
Son los hechizos del camino que ponen en nosotros el estado de animo proclive a estas gestas que tanto nos complacen. El embrujo de las vueltas del camino, el aire fresco que acaricia nuestros rostros, es un continuo saludo a las cosas bellas de la vida.
Y lo que si es verdad que no es, es el olvidarse de las otras realidades de la vida, porque no se ocultan en modo alguno, podríamos decir que no solo están claras y a la vista, sino que les vemos hasta mas aristas de las que siempre vemos. Tenemos la oportunidad de separarlas de su entorno cotidiano y observarlas en toda su profundidad, con la calma y la tranquilidad que les dan la distancia y la paz que se respira.
No hay año que carezca de su 1 de enero. Es un punto inflexible, mas como todo en la vida, es un punto de continuidad entre etapas. Podemos esperar que sea el inicio de un gran cambio, pero no debemos esperar que se llegue al cambio si no lo hemos preparado con toda pulcritud. El año que se inicia no tiene porque ser el producto de la casualidad, no lo es, tampoco nuestra vida será distinta a lo que hayamos venido preparando. Hasta un golpe de suerte, la lotería, implica el esfuerzo de haber comprado el numerito y, si lo que esperamos es el éxito después de tener a buen recaudo el dinero, el éxito llegará solo si hemos previsto lo que haremos con ese botín que la suerte nos ha deparado.
Va transcurriendo el día y nos damos plena cuenta de nuestra ubicación geográfica hoy, a muchos kilómetros de distancia de esas sendas que tanto hemos disfrutado, solo queda remediar en algo la situación y tal vez sea el entrenamiento el que nos brinde esa satisfacción; mañana 2 de enero estaremos caminando hacia La Pelota, primer escalón del año 10 para la Caminata de San Sebastián que tendrá lugar el 30 de enero en Maracay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su tiempo. Por favor, deje su email y le contestare en privado. Gracias