Son las 05:25 del Lunes 08 de febrero del 2010 y ya tengo despierto varias horas. Acabo de ser tele espectador del despegue del Transbordador Espacial Endevour en la misión S-130 hacia la Estación Orbital Internacional. Faltan solo cinco minutos para ir a tocarles la puerta a mi sobrino Manacho y a Enrique, su socio para este negocio, artífices de la Carroza de la Reina de la “Feria del Sol” de este año.
Hace pocos días nos enteramos que la compañía de Manacho se había ganado el contrato para preparar la carroza y participar en el desfile de la Feria del Sol, para ese evento vendría a Mérida y se alojaría en nuestra casa. Así pues que, por razones familiares, nos hemos visto en cierta forma involucrados en esta actividad.
Somos testigos de la capacidad y creatividad de Manacho y su gente, nos ha hecho sentir muy orgullosos, su desempeño empresarial lo ha mostrado como un emprendedor de mucha actualidad y mucho porvenir. No nos extrañó que hubiese obtenido ese contrato pues sabemos de sus anteriores trabajos para la “Feria de La Chinita” y claro, por sus obras los conoceréis.
El viaje de Maracaibo a Mérida se trató de hacerlo de noche para que fuese menos riesgoso pues, por el tamaño de la tarima, había que hacerlo con escolta y a muy baja velocidad. Conseguidos los permisos y demás formalidades, el grupo de trabajo, llenos de optimismo y con ganas de hacerlo bien, partieron hacia la Ciudad de Los caballeros a primeras horas de la noche del jueves 4, con la intención de llegar a Mérida en la madrugada del viernes 5 y así tener dos días para ultimar detalles en la presentación de la carroza.
El hombre propone y Dios dispone… Los funcionarios de una de las alcabalas consideraron que parecía peligroso el viaje nocturno y por eso les indicaron que buscaran cobijo al lado de sus instalaciones y procedieran a dormitar hasta que el sol naciera ese viernes. El viaje diurno se vio amenizado por el alto trafico de esa vía reduciendo la velocidad de marcha. No obstante, la llegada a Mérida en la tarde de ese Viernes fue satisfactoria y sin mayores problemas. Tuvieron la oportunidad de poner a buen resguardo la Carroza, iniciar el finiquito de detalles en la estructura, conseguir alojamiento para algunos del equipo de trabajo, cenar opíparamente y retirarse a descansar para estar en buenas condiciones al día siguiente.
El sábado fue entonces el día de la puesta a punto y si algo tuvo ese día en Mérida, fue el sol inclemente que reinó por sus fueros. Pero, a lo que venían, era a comer pasteles; pasaron su día trabajando y dejaron la carroza, lista para la Reina.
Ayer, madrugué para ser testigo del lanzamiento del Endevour y no hubo éxito pues las condiciones meteorológicas negativas se impusieron y no hubo lanzamiento. Pero si testifico que madrugaron y ya antes de las 7 estaban en pie de lucha, había que trasladar la carroza hasta el punto de partida.
El resto ya es historia, la carroza se distinguió por su colorido, dinámica, musicalidad, escogencia del tema, seguridad y entusiasmo.
Buen trabajo. Felicitaciones.
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